La vida de Peter J. Strauss como abogado, orador y padre soltero de cuatro niños con edades entre uno a 10 años le deja poco tiempo para sí mismo.

Toma un descanso en un lugar que la mayoría de la gente trata de evitar: “Me encanta ir al dentista”, dijo Strauss, de Hilton Head Island, Carolina del Sur. “Son 45 minutos en los que sé que nadie me va a interrumpir. No pueden comunicarse conmigo y no pueden pedir nada”, dijo Strauss, autor de un libro sobre auto-aseguramiento para empresas.

Aunque tiene unos dientes perfectos, él hace que se los limpien tres veces al año en lugar de los dos habituales. Las visitas son tan aburridas que a veces se queda dormido en la silla de la sala de espera.

Por increíble que esto parezca, los padres ocupados que trabajan mucho encuentran alivio en los lugares más extraños. Limpiando la cochera, lavando platos, cortando el césped o en los embotellamientos, todo puede funcionar como un intento disfrazado para disfrutar  un poco de tiempo para adultos, dijeron algunos padres.

Transformar la monotonía para deleitarse de esta manera requiere habilidades que cualquier adulto ocupado podría usar. Algunas personas nacen con estas capacidades y otras las perfeccionan con la práctica, dijeron los investigadores.

La sensación del agua caliente y jabonosa en los guantes de limpieza calma a Lisa Tan cuando lava los platos después de un día difícil. Sola en la cocina después de que sus dos hijas, de entre uno y 4 años, se van a la cama, “por lo general me limito a dejar mi mente en blanco mientras enjabono las copas de vino”, dijo Tan, directora de mercadotecnia de Reverie, Bloomfield Hills , Michigan, un fabricante de camas ajustables personalizadas. Ver los platos brillar le da una sensación de logro. “Es posible que tenga una lista de tareas pendientes de cuatro páginas, pero sé que puedo lavar los platos tranquilamente”, dijo Tan.

Trish McCall de Simi Valley, California, ha aprendido a disfrutar su recorrido diario de ida y vuelta, que dura tres horas, en “la autopista de los condenados", como ella y sus amigos llaman a la Interestatal 405 del área de Los Ángeles. Estar sentada en medio del tráfico solía frustrarla, pero ahora que tiene una hija de cuatro años, “este es realmente el único ‘tiempo libre’ que tengo”, dijo McCall, asociada administrativa de una firma de comunicaciones de Los Ángeles. Se sumerge mientras maneja en sus asuntos familiares y misterios del crimen.

Calmar la mente, incluso brevemente, puede calmar el cuerpo y mejorar la salud y el bienestar, dijo Kathryn C. Adair, una investigadora asociada de Duke University que estudia el agotamiento en el centro de trabajo. “A medida que se vuelven más estresantes las vidas de los padres, estas tareas que nos sostienen en el momento presente destacan con mayor claridad”, dijo.

Por naturaleza, algunas personas están inclinadas a estar atentas --un estado de conciencia sin prejuicios que les permite notar y apreciar experiencias con un menor enfoque en lo que significan para uno mismo, en lugar de distraerse con preocupaciones sobre el pasado o el futuro, dice la doctora Adair. Otros pueden volverse más o menos conscientes con el tiempo.

Convertirse en padre puede fomentar la atención plena porque requiere prestar atención a las emociones y necesidades cambiantes de los niños, y regular sus propios sentimientos y comportamiento al responder, dijo Shauna Shapiro, psicóloga clínica y autora de ‘Mindful Discipline’.

Tomarse un descanso ayuda a los padres a sintonizar las tensiones físicas que de otra manera pasarían desapercibidas. Zaida Khaze de Fort Lee, Nueva Jersey, a veces está tan abrumada trabajando 18 horas al día que se olvida de respirar profundamente, causándole dolores de cabeza, dijo Khaze, madre de dos niñas, de seis y ocho años, y fundadora de una compañía de productos para bebés llamada Wiggletot. La tensión a menudo pasa desapercibida hasta que saca a sus perros, un chihuahua llamado Foxy y un Yorkshire Terrier llamado Minnie, para realizar una caminata de 30 minutos por la mañana.

Solía ver a Foxy y Minnie como una tarea rutinaria, pero aprendió a verlo como un ritual reconfortante cuando puede escuchar un discurso motivacional en su teléfono, e imaginar que el día que viene se desarrolla sin problemas. “Bajé el nivel de las cosas que me hacen feliz”, dijo Khaze.

Saborear los pequeños placeres e insistir en ellos, y obtener tanto gozo como sea posible puede tener sentido en medio de la adversidad, de acuerdon a una investigación. Esto podría significar “detenerse y tomar una fotografía mental, o pensar: ‘Déjame sumergirme más en la experiencia, y ahondar en ello’” en ese momento, dijo Laura G. Kiken, científica investigadora de Kent State University en Ohio.

Las tareas rutinarias pueden ser una buena excusa para pasar un poco de tiempo totalmente libre y sin culpabilidad a solas.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

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Fecha de publicación: 15/03/2018