22 de nov. (Sentido Común) -- En Estados Unidos, las voces a favor de dejar intactas ciertas características del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de mantener a ese país en ese pacto, siguen creciendo.

     Toco el turno ahora a varios senadores pedir al secretario de Comercio, Wilbur Ross, que realice un análisis económico robusto sobre los efectos del TLCAN en las industrias de su país, en particular el impacto favorable que ha tenido sobre el sector agrícola, a fin de que la administración reflexione más y deje de amenazar con que se retirará del acuerdo si no obtiene concesiones de sus socios --Canadá y México.

     Así, ese grupo de legisladores se unió a los reclamos que varias asociaciones empresariales han realizado en los últimos meses contra la política proteccionista de Trump, que amenaza con descarrillar los esfuerzos por modernizar al TLCAN.

     Es difícil saber si esas posturas y esa presión contra la postura oficial del gobierno de Trump tendrá el efecto deseado. Sobre todo porque el presidente fijo claramente desde su campaña electoral una posición crítica contra el tratado por considerar que ha sido más benéfico para Canadá y México --algo que han desmentido diversos estudios, que se demuestra que la región en su totalidad ha ganado gracias a la apertura comercial, sin negar que el acuerdo sí ha lastimado a ciertos trabajadores.

     Sin embargo, en el agregado las tres naciones, dicen los defensores del TLCAN, han ganado en productividad y competitividad.

     Trump no lo ve así, Para el presidente, de 71 años, el déficit comercial que su país tiene con los vecinos de norte y sur es un claro reflejo de que Estados Unidos ha perdido con el TLCAN. El uso ese déficit como medida del éxito o fracaso del tratado es para muchos especialistas equivocado, ya que esa métrica es el reflejo de muchas más cosas que sólo la apertura comercial.

     Por ello algunos senadores, tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, pidieron al secretario Ross un análisis económico que muestre los efectos reales que la salida del TLCAN puede tener en algunos sectores como el agrícola, cuyas exportaciones dependen en su mayoría de los envíos que realizan a México y a Canadá.

     “Es imperativo que antes de cualquier cambio al TLCAN, o cualquier otro acuerdo de libre comercio, se haga un análisis económico robusto que ilustre el impacto sobre toda la cadena de suministro de todas las industrias”, dijeron los senadores en la carta que enviaron a Ross. “Así, requerimos el análisis que examine y evalúe los impactos sobre los cultivos y la ganadería” de Estados Unidos.

     Además de los senadores, ahora las empresas productoras de camiones pesados en Estados Unidos también salieron en defensa del TLCAN a fin de presionar a Trump par que no modifique las reglas de origen para el sector automotor que actualmente tiene el acuerdo comercial.

     En la jerga económica se conoce como regla de origen al porcentaje mínimo de partes o componentes que debe tener un producto elaborado en América del Norte para que pueda recibir los beneficios del libre comercio.

     Esas reglas establecen actualmente un mínimo de 62.5% de autopartes producidas en Norteamérica para que el vehículo pueda comercializarse dentro de la región libre de aranceles.

     La administración Trump, sin embargo, busca subir ese límite a 85%, a través de una regla de contenido doméstico que obligue a los vehículos a tener al menos 50% de partes manufacturadas dentro de Estados Unidos, una medida que no existe en algún otro acuerdo comercial en el mundo.

     “Muy probablemente ningún camión producido en Norteamérica cumpliría con la propuesta estadounidense”, dijo la Asociación de Manufactureros de Camiones y Motores (EMA, por sus siglas en inglés), en un mensaje enviado a la Casa Blanca.

     Los ensambladores de camiones también cuestionaron la propuesta de una cláusula sunset, o de muerte súbita, con la que Estados Unidos busca que el acuerdo termine en cinco años a menos que los tres países acepten prolongarlo.

     Para muchos, esa propuesta generaría incertidumbre entre los empresarios, ya que cada cinco años el acuerdo comercial estaría en tela de juicio, por lo que se podría inhibir la inversión en la región.

     Esa cláusula “eliminaría la certidumbre necesaria para hacer las inversiones de capital necesarias para expandir el sector manufacturero y desarrollar nuevos camiones y motores”, agregó la asociación que representa los intereses de los camioneros estadounidenses.

     Así, las propuestas del gobierno de Trump enfrentan cada vez mayores críticas de sectores empresariales estadounidenses, para quienes esas iniciativas van a terminar con el TLCAN y dañarán la actividad económica estadounidense.

     De hecho, los agricultores y empresarios del sector de alimentos y bebidas también advirtieron sobre los daños que esa decisión ocasionaría, por ejemplo, en la producción y exportaciones de maíz, arroz, frutas, verduras, bayas, pollo, fructuosa y bebidas procesadas, entre otros.

     De acuerdo con el Departamento de Agricultura de ese país, cada dólar que el sector agrícola exporta genera 1.27 dólares de actividad económica y cada mil millones de dólares que exportan las granjas estadounidenses impulsan ocho mil empleos directos.

     De tal suerte que ahora los senadores estadounidenses se sumaron a las preocupaciones de los empresarios agrícolas por los aparentes daños que podría causar el gobierno de Trump si retira a Estados Unidos del TLCAN.

     “Los acuerdos comerciales han permitido a la industria agrícola estadounidense establecerse como un proveedor confiables, por lo que es importante que no se tomen decisiones que pongan en duda esos avances”, agregaron los senadores en la carta a Ross. “Dados sus comentarios recientes sobre agricultura y comercio internacional, nos parece esencial que la voz del Congreso sea escuchada”.

     La carta, firmada por 18 senadores de los dos partidos, en su mayoría representantes de estados como Kansas, Arizona, Missouri, Texas, Dakota del Norte, Alabama, y Montana, entre otros, y fue enviada con copia al representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer.

     Los tres países norteamericanos cerraron ayer los trabajos de la quinta ronda de negociaciones para modernizar el TLCAN, organizada en Ciudad de México.

     Aunque hubo pocos avances respecto a las cuatro rondas previas, los tres gobiernos coincidieron en realizar una sexta ronda, en enero del año próximo, ahora en territorio canadiense, con una sesión intermedia entre equipos negociadores en Washington, D.C.

 

 


Fecha de publicación: 22/11/2017

Etiquetas: Senadores EUA camioneros TLCAN comercio México Canadá economía