27 de oct. (Sentido Común) -- Los agricultores de Estados Unidos solicitaron al secretario de Comercio Wilbur Ross, a través de una carta, que no retire a su país del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) ante los posibles daños que esto causaría a la agroindustria de la región.

     “Le notificamos de forma respetuosa que la salida del TLCAN causaría un sustancial e inmediato daño a las industrias agrícola y alimenticia” de nuestro país, dijeron los productores agropecuarios en una carta firmada por 85 asociaciones de esas industrias, ubicadas a lo largo de Estados Unidos. “Se cancelarían pedidos, se perderían ventas, otros competidores buscarían tomar nuestros mercados de exportación”.

     De acuerdo con los agricultores del país vecino del norte, desde la firma del TLCAN las exportaciones de su industria hacia Canadá y México han aumentado 450% y ahora Estados Unidos cuenta con 65% del mercado agrícola en Norteamérica.

     Incluso, en 2016, esas ventas al exterior sumaron 43 mil millones de dólares, de modo que los consumidores canadienses y mexicanos se convirtieron en los principales compradores de bienes producidos por la industria alimenticia estadounidense.

     De acuerdo con la consultora especializada en análisis económico ImpactECON, el fin del TLCAN implicaría la pérdida de 50 mil empleos en la industria agrícola estadounidense y una pérdida de 13 mil millones de dólares tan solo en la producción anual de las granjas ubicadas en ese país.

     Actualmente los tres países atraviesan un proceso de negociaciones para tratar de salvar ese acuerdo, ordenadas por el presidente Donald J. Trump, quien considera que este acuerdo ha sido injusto para los trabajadores e industria estadounidenses.

     Sin embargo, durante la más reciente ronda de negociaciones, el gobierno estadounidense presentó una serie de propuestas que a consideración de las delegaciones canadienses y mexicanas son difíciles de aceptar. Estas ideas, que a juicio del gobierno de Trump buscan balancear el comercio en la región, incrementaron para muchos la posibilidad de fracaso de esas negociaciones.

     De ahí que la posible salida de Estados Unidos del TLCAN encendió alarmas por los eventuales daños económicos que podría causar y obligó a muchos empresarios que comercian con sus vecinos del norte y sur a que salgan a defender el acuerdo.

     “El TLCAN bajó el precio de varios insumos a través de toda la cadena de producción, beneficiando a los consumidores estadounidenses y haciendo nuestra industria más competitiva”, agregaron los agricultores en su carta. “También ha permitido que los consumidores de Estados Unidos accedan a productos que de otra manera estarían disponibles solo en algunas temporadas”.

     En términos desagregados, uno de los sectores en Estados Unidos más beneficiados por el TLCAN es la producción de maíz, que podría bajar en 150 millones de fanegas, equivalentes a 800 millones de dólares, si el gobierno de ese país se sale del Tratado, lo que afectaría 25 mil trabajadores.

     Otro sector que se vería afectado es el de carne porcina, que exporta 40% de su producción a México y Canadá. Esta industria perdería más de 16 mil puestos de trabajo con la salida de Estados Unidos.

     Los socios comerciales de Estados Unidos en el TLCAN adquieren 18% de su producción de frutas y verduras, así como 30% de su producción de arroz y 27% de sus exportaciones anuales de carne de res.

     Esos, y otros sectores como el del pollo, fructosa, trigo y bebidas procesadas, entre otras, también perderían miles de vacantes y millones de dólares con el final del acuerdo que rige el comercio libre de aranceles en Norteamérica.

     De ahí que algunos creen que la agroindustria estadounidense podría recibir incluso mayores daños con respecto a la de México.

     Francisco de Rosenzweig, socio de la firma White & Case, considera por ejemplo que los aranceles que enfrentaría la agricultura estadounidense serían tres veces mayor a los que vería la mexicana, sin el marco regulatorio que brinda el acuerdo comercial.

     De Rosenzweig dijo, en una reciente conferencia organizada por el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (Imef), que los aranceles que enfrentarían los agricultores estadounidenses serían en promedio de 15%, mientras que para los mexicanos serían de 5% aproximadamente.

 

 

 


Fecha de publicación: 27/10/2017

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