Acuerdo comercial EUA no incluye cuotas autos, dice México

29 de ago. (Sentido Común) -- El acuerdo comercial alcanzado con el gobierno de Estados Unidos promete poner fin a un año de alta incertidumbre que se vivió por el futuro de la relación más importante para la economía de México, debido a que aproximadamente ocho de cada 10 productos que el país exporta tienen como destino el norte de la frontera.

      Por esa trascendencia es que muchos, ante la falta de los detalles definitivos de este acuerdo, temen que el gobierno mexicano, para cuidar la relación con los estadounidenses, hubiera aceptado condiciones contrarias a los intereses de industrias tan trascendentes como la automotriz --que hoy en día tiene más valor incluso que la emblemática industria petrolera.

     Eso no ocurrió y para atajar algunas sospechas, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, aseguró que el acuerdo de entendimiento firmado el lunes no incluye alguna cuota o cantidad máxima de vehículos que puedan exportarse sin tener que pagar aranceles, por lo que seguirá existiendo una ruta de comercio abierto entre ambas naciones.

     “El acuerdo que negociamos en el sector automotriz es de libre comercio”, dijo Guajardo, al explicar que el acuerdo alcanzado no incluye cuotas o aranceles, en una entrevista radiofónica con el periodista Carlos Loret de Mola, en su noticiario de Grupo Radio Centro.

     Los gobiernos de México y Estados Unidos llegaron a un nuevo acuerdo comercial que tentativamente sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en el que cambiaron las normas que regulan el comercio de automóviles en la región.

     Ambos gobiernos esperan sumar en ese acuerdo a Canadá, el otro socio del TLCAN, quien a partir de hoy regresó a la mesa de negociaciones para evaluar su participación en esta nueva base comercial.

     Dentro de los cambios aprobados entre Estados Unidos y México se acordó elevar de 62.5 a 75% la regla de origen en autos, o la cantidad mínima de autopartes norteamericanas que debe contener un vehículo para comercializarse libre de aranceles en la región.

     De acuerdo con Guajardo, aproximadamente 70% de las unidades que México vende al norte de su frontera ya cumplen con ese requisito.

     En caso de los autos que incumplan con la nueva regla de origen, éstos enfrentarán un arancel de 2.5% que dicta las normas de la Organización Mundial de Comercio para México y Estados Unidos, bajo la regulación conocida como Nación Más Favorecida.

     El secretario de Economía, quien lidera a México en el proceso de modernización del TLCAN, dijo, sin embargo, que el país envió una carta a Estados Unidos para proteger a la industria nacional de posibles aranceles.

      Los negociadores mexicanos buscaron este seguro luego que el gobierno del presidente Donald J. Trump inició una investigación para determinar si las importaciones de autos a suelo estadounidense representan una amenaza a la seguridad nacional de ese país.

     Si la pesquisa del Departamento de Comercio estadounidense así lo determina, entonces la Casa Blanca podrá imponer un arancel de hasta 25% a todos los autos que importa ese país, tal como hizo antes con el acero y el aluminio, cuyas compras del exterior ahora enfrentan tarifas de 25 y 10%, respectivamente.

      De ahí que, para evitar un daño en la industria automotriz nacional, México pidió a través de una carta [independiente a la negociación del acuerdo comercial] que ese sector pueda exportar hasta 2.4 millones de unidades anuales libres de arancel, en caso de que Trump decida imponer esas medidas proteccionistas.

     Las unidades que buscan garantizarse están 41% por encima del 1.7 millones de unidades que México vendió en suelo estadounidense durante 2017, por lo que garantizaría la expansión de la industria en los años siguientes.

     Sin embargo, esas cifras contrastan con los reportes mensuales de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), el organismo que agrupa las principales ensambladoras de automóviles en México.

     De acuerdo con AMIA, las exportaciones de vehículos de México hacia Estados Unidos alcanzaron un total de dos millones 335 mil unidades a lo largo del año pasado, o 75.3% de todos los envíos de unidades al exterior en ese periodo.

     La diferencia entre las cifras de Guajardo y las de AMIA corresponde a las exportaciones de vehículos tipo pick up hacia Estados Unidos, por lo que no es claro si esos modelos podrían quedar fuera del seguro acordado por el gobierno mexicano.

     Ningún otro país, hasta ahora, cuenta con un acuerdo similar en contra de esas eventuales tarifas que la Casa Blanca podría imponer a las importaciones de vehículos o autopartes.

     “México es el primer país que tiene un acuerdo paralelo que parte de nuestra capacidad productiva de exportaciones a Estados Unidos le pusimos un 40% adicional de crecimiento”, dijo Guajardo en la entrevista. “En caso que quieran hacer amenazas en ese sentido, México es el país al que no le van a hacer nada”.

     “¿Cómo nos protegimos?, con un side letter, una carta por fuera”, agregó Guajardo en la entrevista radiofónica.

     El secretario de Economía habló al respecto ante un reporte de la agencia de noticias Reuters, que anoche dio a conocer el contenido de la carta alterna, pero que generó dudas dudas acerca de los alcances de esas cuotas, o si éstas aplicarían dentro del nuevo acuerdo comercial, al no distinguir que se trataba de un acuerdo paralelo que entraría en vigor sólo si Trump decide imponer tarifas punitivas a los autos importados bajo el pretexto de la seguridad nacional estadounidense.

     Guajardo dijo que el gobierno de México dará a conocer los documentos finales del nuevo acuerdo comercial dentro de un mes, para cumplir con el plazo de 60 días necesarios antes de la firma final que realicen los mandatarios de los tres países.

     Lo anterior, en caso que Estados Unidos envíe el texto a su Congreso este viernes, tal como todos desean.

     Los negociadores mexicanos y estadounidenses espera que Canadá se incorpore al nuevo acuerdo antes que termine esta semana, para que en noviembre de este año los presidentes puedan plasmar su firma en el pacto y enviar el acuerdo a sus respectivos legisladores para que sea ratificado.