26 de jun. (Bloomberg) -- Durante años, Manlio Fabio Beltrones tuvo su propia música de introducción en un programa radial mexicano: el tema de la película ‘The Godfather’ (El Padrino).

Escándalos de soborno giraron en torno al poderoso político. Parecía impenetrable. Beltrones nunca fue acusado de nada, pero, con razón o sin ella, se convirtió en una de las caras de lo que muchos mexicanos consideran una cultura de tratos clandestinos y otras fechorías.

Ahora, los votantes están dispuestos a castigar a su corrupto sistema al elegir a un candidato de manos limpias como presidente. Uno pensaría que eso sería un problema para Beltrones y a muchos de sus cómplices. Pero hay indicios que indican lo contrario: es posible que "el Padrino" no vaya a ninguna parte en un gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Él podría incluso prosperar.

Cuando se les pregunta qué le afecta al país, los mexicanos colocan regularmente la corrupción en la parte superior de la lista. Todos los políticos prometen enfrentarla. Los dos contendientes principales de las elecciones presidenciales del 1 de julio no son una excepción, pero sus estrategias son muy diferentes.

López Obrador enfatiza que, fuera de unos pocos casos especiales o en curso, no procesará a los miembros de la administración saliente del presidente Enrique Peña Nieto y al partido al que pertenece, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Él se enfocará a prevenir los sobornos y la corrupción en el futuro.

 

¿Se estará ablandando?

Críticos dicen que el líder izquierdista, se ha ablandado con la corrupción y que se está codeando con el PRI. Sin embargo, el tono conciliador está atrayendo a votantes de partidos rivales. Su ventaja en las encuestas electorales continúa creciendo.

“Está ampliando conscientemente su espectro político para recibir a miembros del PRI que se sienten defraudados”, dijo Andrew Selee, de Migration Policy Institute en Washington. Eso podría ayudar a López Obrador, cuya victoria presidencial parece cada vez más segura, e incluye una mayoría en el Congreso, dijo Selee.

Es fácil ver cómo Beltrones, o alguien como él, podría ser útil en una administración de López Obrador. Un ayudante lo describe como un pulpo, con ominosos tentáculos extendidos por todas las partes.

Como líder del PRI en la cámara baja, jugó un papel clave al cruzar pasillos para lograr las reformas energéticas y educativas de Peña Nieto. Su asistente personal en el Congreso, Canek Vázquez, se unió desde entonces al bloque Morena al que pertenece López Obrador, quien puede necesitar aliados para impulsar una ambiciosa agenda económica.

Contendiendo en un distante segundo lugar en las encuestas está una coalición de derecha-izquierda encabezada por Ricardo Anaya, quien ha usado un tono mucho más agresivo contra políticos como Beltrones. Él se ha comprometido a investigar a Peña Nieto por delitos de corrupción, luchar por que haya fiscales totalmente autónomos y fortalecer las instituciones contra el soborno.

Fernando Rodríguez Doval, vocero de la campaña de Anaya, dijo a Bloomberg que Peña Nieto está “negociando su impunidad” con López Obrador. El presidente del PRI, René Juárez, calificó esos rumores como una “leyenda urbana”, y López Obrador dijo que esa era una señal de desesperación.

 

Vehemente pero vago

Sin embargo, a pesar de sus discursos hostiles, los vínculos de Anaya con las administraciones anteriores han socavado su promesa de hacer un rompimiento con el pasado, mientras que sus enfrentamientos directos con el PRI lo han aislado. El último rastreador de encuestas de Bloomberg muestra a Anaya a 26 puntos porcentuales por detrás de López Obrador, y solo ligeramente por arriba del candidato del PRI, José Antonio Meade.

Meade, que ni siquiera es miembro del partido, fue nominado como la mejor opción del PRI para desvincularlo de la actual presidencia que ha estado teñida por el escándalo. Pero ese plan ha fracasado rotundamente.

Cuando se trata de corrupción, López Obrador es vehemente pero vago. Promete centralizar todas las adquisiciones del gobierno federal y, en general, liderar con el ejemplo.

En ese caso, algunos mexicanos se preguntan, ¿por qué los asesores de López Obrador defienden a los incondicionales del partido gobernante como el Padrino, incluso cuando están sumidos en el escándalo?

Ricardo Monreal, uno de los coordinadores de campaña de López Obrador, elogió a Beltrones como un político honorable. Más recientemente, Yeidckol Polevnsky, la líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador, defendió a un funcionario que está siendo enjuiciado por supuestamente desviar dinero del gobierno a las arcas del PRI con fines electoreros. De ahí que han surgido rumores de un pacto entre ambas partes.

Polevnsky se disculpó rápidamente y dijo que había sido citada incorrectamente. 

 

‘Un cierto olvido’

Hay signos de “una especie de coordinación estratégica” entre el partido gobernante y su probable sucesor, dijo el politólogo Carlos Bravo. “Eso puede ser difícil de digerir” para algunos mexicanos, dijo, pero no es “inaudito. “Los proyectos de cambio de régimen a veces han requerido cierto olvido o perdón de pecados pasados“.

Esa clemencia parece incluir a personas como Beltrones, quien ha prestado servicio en ambas cámaras del Congreso, gobernó el estado de Sonora y dirigió al PRI. Sobrevivió a una exposición del diario The New York Times en la década de los noventa que lo vinculaba con presuntos narcotraficantes. Beltrones y más tarde el gobierno mexicano negaron que estuviera involucrado en algún delito.

Otros prominentes priistas que se consideran como posibles interlocutores clave con el nuevo gobierno incluyen a Juárez, el senador Emilio Gamboa y al exsecretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio.

 

“El voto de castigo”

López Obrador necesitará todo el apoyo interpartidista que pueda obtener para llevar a cabo sus planes económicos, dijo Aldo Muñoz, un analista político de la Universidad Autónoma del Estado de México. Redistribuir la riqueza es la prioridad del candidato, a juzgar por su “Plan para la nación” de 400 páginas, colmado de nuevos programas sociales.

Esa es probablemente una de las razones por las cuales, incluso cuando señala a las grandes empresas por sus abusos, el futuro presidente probablemente pida a los mexicanos que respeten la transición de Peña Nieto cuando deje el poder.

“Con este discurso puede ganarse el favor de algunos de los indecisos”, dijo Muñoz. “Aunque ya tiene a su favor el voto de castigo contra el actual sistema político”.

 



Fecha de publicación: 26/06/2018

Etiquetas: México Política Corrupción Beltrones AMLO Delitos Sobornos Impunidad