El gobierno de México presentó una propuesta con tres opciones para saldar las diferencias que persisten sobre la industria automotriz en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), reportó la agencia de noticias Bloomberg.

     El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, pidió incluir en las negociaciones para reescribir el TLCAN una regla de origen  más estricta para el sector automotor.

     A su juicio, esas reglas, que establecen los valores mínimos que debe tener un auto para no pagar aranceles son demasiado laxas, han permitido que algunas empresas dejen territorio estadounidense en buscar de encontrar mejores márgenes financieros en sus vecinos del norte y sur.

     De ahí que México, tras consultar a su industria en días pasados, presentó una postura donde si bien no acepta del todo las condiciones de Estados Unidos sí eleva aún más los factores mínimos que rigen actualmente a esa industria en Norteamérica.

     La primera opción que la delegación mexicana presentó el lunes a sus contrapartes de Estados Unidos incluye imponer un contenido mínimo de 30% de acero norteamericano en la manufactura de automóviles ensamblados en la región y comercializados bajo la regulación del TLCAN.

     La segunda alternativa involucra un contenido mínimo de 30% de aluminio producido en Canadá, Estados Unidos o México para ese tipo de automóviles, mientras que la tercera opción plantea que al menos 20% de un vehículo sea armado en plantas con trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora.

     La delegación mexicana propuso que esas medidas entren en vigor después de un periodo de 10 años, para que las empresas de la industria puedan adaptar las eventuales nuevas regulaciones en sus operaciones, un lapso mayor que el plazo de dos a cuatro años que había sugerido la Casa Blanca estadounidense.

     La reportera Jenny Leonard de Bloomberg dijo, en su cuenta de Twitter, que la contrapropuesta mexicana plantea que las empresas elijan entre alguna de esas tres opciones, aunque esa postura es contraria “a las preferencias y a las expectativas” del sector automotor mexicano.

     Los representantes comerciales de los tres países están reunidos desde el lunes 7 de mayo en Washington, D.C., donde negocian algunos de los temas más controversiales no sólo de la industria automotriz, sino también de las cláusulas de protección a inversionistas o la temporalidad agrícola, entre otras.

     En las sesiones de hoy están presentes algunos representantes del sector automotor estadounidense como American Automotive Policy Council (AAPC), que representa las marcas Ford Motor, General Motors y Fiat Chrysler Automobiles, así como funcionarios de otras asociaciones automotrices.

     “Les pedimos [a los líderes comerciales] una culminación rápida de las negociaciones”, dijo Matt Blunt, el presidente de AAPC ante medios de comunicación, al salir de su participación en los diálogos del TLCAN en Washington.

     Por parte de México también acudieron a esos encuentros diversos empresarios del país, que conforman el llamado ‘cuarto de junto’, un consejo que sirve como consultor del gobierno frente a las propuestas que ponen sobre la mesa los gobiernos de Canadá y Estados Unidos.

     En los diálogos de hoy “toda la agenda está sobre la mesa” de negociaciones, dijo el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, a diversos reporteros antes de entrar a las reuniones que son realizadas en la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.

     Aunque Guajardo no ofreció detalles acerca de las reuniones de hoy, la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, dijo que le preocupa que los tres países terminen implementando unas reglas de origen automotrices que generen burocracia excesiva y hagan menos competitivas a las empresas.

     Buscamos unas reglas “que no lleven a las empresas a gastar demasiado tiempo en trámites administrativos”, dijo Freeland ante reporteros. “Me gustaría que gastaran más su tiempo en inventar”.

 



Fecha de publicación: 09/05/2018