2 de mar. (Dow Jones) -- La huella presupuestal del presidente Donald Trump duplicará los déficits que él previó hace un año y hay pocas expectativas de que estos se contraigan pronto.

Como resultado, la deuda federal de 20 billones de dólares que Trump criticó como candidato se proyecta que se dispare a 30 billones tan sólo en una década a partir de ahora. Y eso a pesar de la saludable dosis de optimismo económico en el presupuesto publicado recientemente: un crecimiento de 3%, baja inflación, bajas tasas de interés y bajo desempleo cada año. También asume billones de dólares en recortes de gastos que el Congreso ya ha rechazado.

Incluso antes de que el Congreso lo aprobara y que Trump aceptara un amplio acuerdo de gasto, los mercados financieros comenzaron a tomar nota. La perspectiva de una inflación decreciente y tasas de interés más altas contribuyó a la mayor caída del mercado bursátil en dos años. Los inversionistas que se pasaron enero celebrando el paquete de impuestos de Trump con el mayor repunte desde 1997 observaron cómo se esfumaron mágicamente esas ganancias, dejando al índice S&P 500 nuevamente donde estaba en noviembre pasado.

“El Congreso está dispuesto a gastar como loco, y eso fue parte del por qué liquidamos la semana pasada”, dijo Ian Winer, director de valores de Wedbush Securities. “La gente finalmente está empezando a preguntarse: ¿de dónde saldrá todo ese dinero? "

Incluso el jefe de presupuesto de Trump, Mick Mulvaney, miembro del conservador Freedom Caucus cuando estaba en el Congreso, reconoció que la tinta roja que excede un billón de dólares por año podría provocar un “aumento” en las tasas de interés. Quien añadió que si todavía fuera miembro del Congreso, probablemente habría votado en contra del acuerdo presupuestal de dos años firmado por su jefe, el cual elevará el gasto federal en casi 400 mil millones de dólars por encima de los niveles actuales.

 

Cambio deficitario

Sin embargo, la mayoría de sus ex colegas del Congreso votaron a favor del acuerdo con el apoyo de Trump. Esto representa un cambio dramático en los déficits, dado que Mulvaney y sus colegas republicanos casi llevaron a Estados Unidos al borde del incumplimiento en el pago de la deuda hace siete años para forzar a que redujera el gasto el presidente Barack Obama, un demócrata.

Ahora que los republicanos controlan la Cámara, el Senado y la Casa Blanca,  enfrentan a la tarea mucho más difícil de gobernar. El resultado hasta ahora ha sido el recorte de impuestos partidista y el aumento del gasto bipartidista.

En el Senado, el acuerdo de gastos y deudas se aprobó con 71 votos, e incluso algunos de los miembros más conservadores de la cámara, como Ted Cruz, del estado de Texas azotado por huracanes, votaron a favor, aunque dijo que era “temerario” aumentar el déficit, éste fue aprobado en la Cámara de Representantes por 240 votos a favor y 186 en la casa.

 

Números rojos

El senador republicano Rand Paul de Kentucky se opuso de manera solitaria acusando a su partido de hipócrita después de que rechazó vehementemente los déficits durante la presidencia de Obama. Otros republicanos denunciaron la legislación caza-presupuestos. Pero no hubo escapatoria ya que su partido, el cual durante mucho tiempo prometió controlar los déficits, ahora está dispuesto a presidir un histórico incremento en números rojos.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 05/03/2018

Etiquetas: Presupuesto Déficits Republicanos Trump Campaña Promesas Contraste