La respuesta a los problemas de los bancos griegos es simple: un gobierno estable, un plan económico creíble y la perspectiva de una recuperación económica.

     El rotundo "No" en el referendum de Grecia puede haberles dado la primera condición, pero las otros dos están más lejos que nunca.

      Los mercados tomaron el resultado con cierto desdén el lunes; al terminar la mañana el Stoxx Europe 600 había caído menos de 1%, teniendo a los bancos italianos y portugueses sufriendo, y los rendimientos de la deuda pública de los gobiernos del sur de Europa había aumentado sólo modestamente.

     Pero el voto aumenta las posibilidades de una salida griega: el congelado sistema bancario del país corre el riesgo de colapsarse.

      Los bancos de Grecia se están quedando desesperadamente cortos de efectivo. Iniciaron el fin de semana con apenas 1,000 millones de euros (1,110 millones de dólares) disponibles para los depositantes, de acuerdo a la asociación bancaria nacional, y dependiendo del ritmo de los retiros, estos ahora tienen un día o dos a lo máximo.

      Es muy poco probable que el Banco Central Europeo permita conceder un mayor financiamiento de emergencia estando actualmente muerto el rescate de Grecia.



Fecha de publicación: 06/07/2015