16 de may. (Sentido Común) -- La elección presidencial mexicana es un evento que está cada vez más en la mente de los inversionistas --aquí y afuera.

     A menos de seis semanas de que los mexicanos elijan a un nuevo mandatario que dirigirá, en buena medida, el destino político, económico, social y cultural de México hasta 2024, muchos piensan que los mercados financieros mexicanos experimentarán diversas repercusiones en los próximos días.

     Una de esas repercusiones podrá ser un freno al buen ritmo de colocaciones que venían haciendo diversas empresas en el mercado de bonos nacional para financiar sus operaciones y programas de expansión.

     Frente a la incertidumbre que genera la elección presidencial, los expertos prevén que las empresas preferirán esperar antes que endeudarse.

     Las compañías ya sopesan “la trama electoral, y con justa razón por todas las implicaciones y consecuencias que pudiera tener. Entonces, los participantes están en modo de precaución”, dijo Carlos Ponce, director general de análisis y estrategia bursátil del Grupo Financiero Ve por Más, en una entrevista telefónica.

     Hasta ahora, sin embargo, el mercado de bonos corporativos no ha dado muestras ni presentado síntomas de nerviosismo frente al proceso electoral.

     Tan solo en marzo, tanto el monto recabado como el número de emisiones de bonos corporativos que se realizaron en México, alcanzaron niveles nunca antes vistos para un mes. En total, durante ese mes, la Bolsa Mexicana de Valores registró 22 emisiones de deuda de largo plazo, con las que las compañías recabaron cerca de 58 mil millones de pesos (dos mil 975 millones de dólares).

     Incluso, el primer trimestre de este año fue el mejor que se haya visto en la historia del mercado de deuda corporativa de México. En ese lapso, las empresas pudieron recabar poco más 61.7 mil millones de pesos (tres mil 165 millones de dólares), cifras nunca antes vistas para otro trimestre.

     El buen comportamiento que ha registrado el mercado de deuda corporativo, que incluso se prolongó a abril cuando las empresas mexicanas recabaron 26 mil 500 millones de pesos (mil 360 millones de dólares), o un monto tres veces superior al registrado en el mismo mes de 2016, se ha dado aun cuando en ese lapso las encuestas señalaron como claro favorito para ganar los comicios del 1 de julio a Andrés Manuel López Obrador, el candidato menos ortodoxo en términos de políticas económicas de los cinco contendientes presidenciales.

     Claro que para algunos, el buen comportamiento del mercado de bonos corporativos se debe a que muchas compañías, ante la votación que tendrá lugar el 1 de julio y la incertidumbre que prevalecerá hasta conocer los planes concretos del nuevo gobierno, están optando por adelantar sus emisiones para evitar la mayor volatilidad y el mayor nerviosismo que los analistas creen que golpearán a los mercados financieros mexicanos durante los próximos meses.

     Los montos récord recabados recientemente se deben al hecho que muchas “empresas están adelantándose un poco, lo que buscan es fondearse, reestructurar su deuda para tener holgura, dado que en los próximos años no se sabe que pudiera pasar después de la elección o con el nuevo mandato”, dijo Juan Manuel Lozada, estratega de tipo de cambio y renta fija del banco Citibanamex, en una entrevista telefónica.

     Algunos así prevén que la búsqueda de más recursos por parte de diversas empresas podrá frenarse este mes y el siguiente ante la incertidumbre que generará la incógnita de quién gobernará al país a partir del 1 de diciembre de este año, así como por las medidas que ese mandatario podrá adoptar cuando asuma el poder.

     En este contexto, “es un hecho que en el segundo trimestre del año vamos a ver una disminución de los montos en la emisión que vimos en el primer trimestre”, agregó Lozada de Citibanamex.

     Otro elemento que podría también frenar la asistencia de empresas mexicanas al mercado de deuda nacional es la postura en torno a las tasas de interés que tomará Banco de México esta semana y en los próximos meses.

     La decisión del banco central cobrará relevancia ya que podría elevar los costos de pedir prestado de las empresas que emitan bonos en los mercados. Por lo general, los incrementos a la tasa de referencia del Instituto Central se ven reflejados en alzas a los costos de pedir prestado de las empresas.

     Claro que para la decisión del jueves, los analistas esperan que Banco de México no suba esa tasa, con algunos incluso pensando que si no en esta ocasión, sí más adelante, podrían caer ante el buen comportamiento que ha registrado la inflación en las últimas semanas.

      En abril, el índice de precios al consumidor registró una caída de 0.3%, para ubicarse en 4.55%, o su nivel más bajo de los últimos 16 meses.

     Claro que por otra parte, la debilidad del peso frente al dólar hace menos probable un recorte a la tasa de referencia por la presión que el tipo de cambio puede ejercer sobre los costos de las materias primas y componentes importados, los cuales a su vez pueden impactar la evolución de la inflación en el país.

     Así, las empresas estarán muy probablemente valorando todas estas variables para decidir el mejor momento en que deben salir a vender bonos para financiar sus operaciones y fondear su crecimiento.

 

 


Fecha de publicación: 16/05/2018

Etiquetas: bonos corporativos BMV