2 de ene (Dow Jones) -- Si tiene bitcoin en su poder, felicitaciones. Su explosivo aumento el año pasado le ha otorgado el derecho de regodearse. Desafortunadamente, si también cree que bitcoin, o cualquier otra criptomoneda, algun día desplazará al dinero regular, esos prospectos nunca se han visto peor.

Desde que un creador anónimo lanzó bitcoin en 2009, los defensores han esperado que las criptomonedas puedan hacer el trabajo de los dólares, euros y yenes, pero de forma más eficiente, económica y anónima.

Para hacerlo, una criptomoneda tendría que cumplir al menos dos de las funciones básicas del dinero: ser una reserva estable de valor y un medio de intercambio ampliamente utilizado. La salvaje jornada de bitcoin muestra que no puede satisfacer ninguna de las dos.

El que bitcoin sea o no una burbuja, eso no viene al caso. El que se haga esa pregunta muestra que bitcoin ya no puede ser considerada una moneda. Una acción, bono o escritura de propiedad le confiere la propiedad de un flujo de ingresos futuros.

A partir de eso, uno puede juzgar el valor intrínseco del activo y, por lo tanto, si su precio actual representa una burbuja. Se supone que las monedas no tienen ningún valor intrínseco más que por los bienes o servicios que permitien comprar en algún momento en el futuro.

Esta distinción ahora se está difuminando evidentemente. El aumento de las criptomonedas, especialmente a través de las “ofertas iniciales de monedas”, es asombrosamente similar a la ola de ofertas de acciones públicas iniciales que acompañan a todas las manías del mercado bursátil.

Eso motivó a Jay Clayton, el presidente de Securities and Exchange Commision, o Sec, a advertir a los inversionistas que no combinen las monedas y los valores. “Las monedas y las ofertas que incorporan características y esfuerzos de mercadotecnia que enfatizan el potencial de obtener ganancias basadas en los esfuerzos empresariales o gerenciales de otros continúan conteniendo sellos de seguridad”, dijo, y deben estar regulados como tales.

El aumento de las monedas también socava el argumento de que la emisión limitada de una criptomoneda --bitcoin tiene un límite de 21 millones de monedas-- la protege de los estragos de los gobiernos propensos a la inflación. A medida que crece la cantidad de monedas, cada una se convierte en el equivalente digital de una placa conmemorativa de edición limitada.

Entre más se parecen las monedas digitales a los valores especulativos, menos adecuados se vuelven como medio de intercambio. Los consumidores tienen dólares y las empresas los aceptan ya que su poder adquisitivo no cambia mucho mientras esperan a ser gastados. Eso es totalmente falso con bitcoin: su cotización ha variado un promedio de 3% diariamente desde 2012, y en 5% de esos días varió más de 10%. En el mismo período, la cotización del oro varió un promedio de 0.7% por día y el dólar solo 0.3% contra una canasta de monedas. Ninguno registró una variación de 10% o más. Con bitcoin, lo que debería ser su activo más seguro, el efectivo, se convierte en el más riesgoso.

Algunas de las ventajas que tienen las criptomonedas sobre el dinero regular han demostrado ser exageradas. Sus defensores argumentan su anonimato: todo lo que necesita para realizar transacciones es una clave pública y privada. Esto es particularmente atractivo para cualquiera que se encuentre al margen de la ley. Sin embargo, era ingenuo pensar que la aplicación de la ley se mantendría al margen mientras una parte de la economía desaparecía en el submundo digital.

Las monedas digitales adquiridas por la venta de drogas o de hackear computadoras, como paquetes de billetes arrugados, deben eventualmente ingresar al sistema bancario para gastarse. El Tesoro de Estados Unidos ya ha declarado que las leyes contra el lavado de dinero y Bank Secrecy Act (Ley del Secreto Bancario) se aplican a las bolsas de cambio digitales y a los bancos que manejan las transacciones en monedas digitales. La Unión Europea planea hacer lo mismo.

En julio del año pasado, Financial Crimes Enforcement Network del Departamento del Tesoro le impuso a BTC-e, una agencia de cambio de divisas digitales con sede en Bulgaria y regulada por las leyes de Chipre, una multa de 110 millones de dólares por facilitar “los programas de rescate de computadoras (ransomware), la piratería informática, el robo de identidades, esquemas de fraude de reembolso de impuestos, la corrupción pública y el narcotráfico”. Su presunto operador ruso fue arrestado en Grecia.

Mientras tanto, la supuesta eficiencia de las monedas digitales se ha visto comprometida por los cuellos de botella en el procesamiento que pueden retrasar la liquidación de una transacción por horas o incluso días, proceso que se puede agilizar si se paga una tarifa adicional.

Entonces, ¿las monedas digitales aún amenazan a las monedas regulares? En un aspecto clave, sí: son más baratas. Las tarjetas de crédito, débito y las transferencias de dinero incurren en miles de millones de dólares en comisiones que cubren los costos (incluido el fraude) y los riesgos de los bancos, además de muchas ganancias puras. La revolución de “Fintech” que dio pie a PayPal, Square y la aplicación Starbucks ha hecho que pagar sea más simple pero no más barato.

Este es un sistema idóneo para la disrupción, pero no requiere una nueva moneda ajena al control de un banco central, solo un nuevo sistema de pagos.

¿Quién podría proporcionar ese sistema? Tal vez el banco central en sí mismo. Las transacciones con criptomonedas se registran en un libro mayor distribuido entre los usuarios llamado blockchain en lugar de registrarse en un libro mayor central mantenido por una empresa privada o el gobierno. La Fed ya emite papel moneda que se usa de forma gratuita. En teoría, podría usar blockchain para emitir moneda digital que también se podría usar gratis.

David Andolfatto, economista y blogger del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, dijo que algo como esto sería un regalo de Dios para los no bancarizados --las personas que no usan tarjetas de pago o cuentas bancarias debido a su costo, inconveniencia o que no tienen una dirección. Estas aplicaciones harían que el fenómeno bitcoin fuera un éxito, “incluso si bitcoin, definido de forma limitada, no sirve como dinero”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 02/01/2018

Etiquetas: Bitcoin Monedas Criptmonedas Mercado Demanda Delitos