Washington, 27 de dic. (Dow Jone) -- La Casa Blanca se prepara para implementar en enero el plan de reconstrucción de infraestructura largamente postergado, mientras los asesores del presidente Donald Trump apuestan a que los votantes quieren un plan de construcción de carreteras y puentes de un billón de dólares, aunque algunos legisladores se opongan a él.

Los asesores de Trump están dando los toques finales a un plan para dirigir el gasto federal de 200 mil millones o más dólares --fondos que propondrían compensar con recortes en otros rubros del presupuesto federal-- para apalancar cientos de miles de millones de dólares más de los gobiernos locales e inversionistas privados destinados a pagar la renovación de las carreteras, ferrocarriles, sistemas hidráulicos y servicios públicos.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron durante meses que esperaban enfocarse a la infraestructura una vez que el Congreso hubiese aprobado la reforma del código fiscal, que ha mantenido ocupados al sistema republicano y a sus aliados comerciales durante los últimos meses.

Más recientemente, los republicanos han señalado que planean enfocarse en otra prioridad después de los impuestos, la reforma del sistema de salud de la nación. También esperan volver a revisar la derogación de la Ley de Servicios Médicos Asequibles el próximo año.

Las legislaciones importantes puede ser más difíciles de promulgar en un año electoral, pero los asesores políticos de Trump han dicho que creen que cuentan con el apoyo público.

Eso va en contra de las dudas generalizadas que prevalecen en Washington de que el Congreso querría diseñar una gran iniciativa de gasto luego del paquete de impuestos que podría elevar el déficit en más de un billón de dólares.

La encuesta, compartida recientemente con la Casa Blanca, muestra el apoyo de la mayoría para una inversión en infraestructura entre los grupos que han favorecido a Trump, como los hombres blancos sin títulos universitarios. Pero el tema también sondea bien entre los grupos que desaprueban el desempeño de Trump.

Cincuenta y dos por ciento de los votantes que apoyaron a Hillary Clinton en 2016 respaldan un programa de infraestructura, de acuerdo con una encuesta. Alrededor de 53% de los hombres blancos que respondieron en los estados ganados por Clinton apoyan una iniciativa de infraestructura, así como 51% de los votantes que dijeron que desaprueban el trabajo que hace Trump como presidente.

“La infraestructura es un problema mediante el cual podremos mover a las personas a la columna de aprobación del trabajo del presidente y ganar apoyo para futuras iniciativas políticas”, dijo la subsecretaria de prensa Lindsay Walters.

Sin embargo, la administración primero tendrá que obtener la aprobación de una ley por parte de los legisladores que se resistan a la propuesta de la administración. Estos incluyen a los halcones del gasto republicano, republicanos moderados que rechazaron muchos de los recortes presupuestales propuestos por la administración esta primavera y demócratas que quieren que el gobierno federal pague directamente cualquier mejora en la infraestructura.

“Los demócratas han sido muy claros al decir que quieren que el gobierno federal haga inversiones importantes y directas en infraestructura, no reduciendo programas ya probados o confiar en que las compañías privadas transfieran los costos a los estadounidenses de la clase media”, dijo un asistente demócrata del Senado.

Los republicanos también se han mostrado escépticos respecto de otras medidas presupuestales que podrían ser un mal augurio para los planes de la administración para encontrar recortes de 200 mil millones de dólares.

Un subcomité del Senado deshizo muchas de las reducciones propuestas por la administración para los programas de financiamiento de carreteras y ferrocarriles en julio, por ejemplo. En ese momento, la senadora Susan Collins, republicana por Maine, fue captada por micrófonos de la sala de audiencias diciéndole a un colega que los recortes habían sido propuestos sin “ninguna medida, sin pensar en ello, sin métricas, sin nada”.

“Es increíblemente irresponsable”, dijo Collins. Un asistente en ese momento confirmó la exactitud de los comentarios.

En la Casa Blanca, los asesores han trabajado durante meses para elaborar una serie de “principios” para el esfuerzo en infraestructura --ahora de docenas de páginas-- que se transmitirán al Congreso en enero. Eso marcará el inicio de una “conversación de varios meses” con los legisladores de ambos partidos, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

El paquete de infraestructura se complicó aún más con la aprobación de los proyectos de recorte de impuestos de la Cámara de Representantes y del Senado, reconoció el alto funcionario de la Casa Blanca. Las legislaciones fiscales cierran una opción alternativa de financiamiento, porque los ingresos de un impuesto único sobre las ganancias corporativas extranjeras se usarán para bajar las tasas fiscales, no para financiar un plan de construcción.

El proyecto de ley de la Cámara también elimina la ventaja fiscal de los denominados bonos de actividad privada, los bonos libres de impuestos que son comunes en acuerdos entre asociaciones público-privadas del tipo que la administración espera que sean utilizados para construir y reparar activos como carreteras, puentes y aeropuertos.

La administración aún espera que los legisladores conserven los bonos de la actividad privada, tal vez dirigiéndolos más estrictamente para usos de infraestructura, cuando se acuerde la versión final del proyecto de ley de reforma tributaria, dijo el funcionario. Lograr una revisión del código tributario era una mayor prioridad para la administración.

El funcionario dijo que la Casa Blanca ha tratado de dejar vías abiertas que podrían conducir a un acuerdo, especialmente dado que la administración necesitará votos demócratas para lograr la aprobación de un paquete en el Senado. Es probable que esas conversaciones incluyan algunas negociaciones sobre financiamiento de los grandes proyectos individuales.

La administración no ha descartado un aumento al impuesto federal de la gasolina, por ejemplo, algo que algunos líderes empresariales sugirieron durante los primeros días del mandato de Trump. Sin embargo, el líder de la minoría del Senado Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, ha dicho que se opondría a ese aumento.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

Copyright © 2017 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 27/12/2017

Etiquetas: EUA Política Infraestructura Plan Renovación Mejoría