1 de sep. (Dow Jones) -- Un creciente número de inversionistas de bonos han eliminado su exposición a Venezuela, debido a la preocupación cada vez más probable sobre el incumplimiento o un mayor caos en el país.

     Luego está Michael Conelius.

     Pionero en la inversión en mercados emergentes, Conelius está de acuerdo en que un incumplimiento parece probable. Pero su fondo de bonos de mercados emergentes de T. Rowe Price ha tomado una posición alcista: ha acumulado tanta deuda emitida por el gobierno venezolano y la petrolera estatal que se ha convertido en uno de los mayores acreedores extranjeros del país, de acuerdo con Morningstar.

     “La gente tiende a fijarse en una situación que se está deteriorando”, dijo sobre Venezuela, y sobre los mercados emergentes. “Pero si se puede identificar una crisis que en realidad va a ser el catalizador de algún cambio político o reforma económica... entonces la buena noticia es más que obvia”.

     Cuando Conelius comenzó a invertir en bonos de mercados emergentes, su fondo se vio afectado de inmediato por la crisis del peso mexicano de 1994. Poco después, los mercados emergentes se vieron aplastados por la crisis monetaria asiática y luego fueron golpeados por el impago ruso.

     Pero después de más de 22 años de análisis del riesgo y de estudiar cómo los gobiernos con escasez de dinero responden a la crisis, Conelius es uno de los últimos inversionidysd en bonos de los mercados emergentes de la década de los noventa, dijo Morningstar.

     Algunos observadores dijeron que sus experiencias de crisis son una gran razón por la que se ha convertido en uno de los gestores de bonos de mayor rendimiento.

     “No sólo ha estudiado los períodos de estrés”, dijo Emory Zink, un analista de fondos de Morningstar, “se las ingenió para salir adelante en los periodos de estrés”.

     Su fondo de bonos de seis mil 600 millones de dólares ha redituado 5.6% anual en los últimos tres años, superando el 95% de sus similares, dijo Morningstar. Durante un período de 15 años, ha superado a tres cuartas partes del grupo.

     Conelius aumentó su participación en Venezuela hace unos años cuando los precios de los bonos comenzaron a caer junto al precio del petróleo, la principal exportación del país.

     Su apuesta por Venezuela le ayudó en su reciente desempeño, luego que el país desafió las expectativas de incumplimiento y que mantuvo el servicio de su deuda, mientras que ofrecía rendimientos de dos dígitos. Venezuela representó 5% de los activos de su fondo a fines de julio, aproximadamente el doble de la ponderación del país en el índice de referencia de la industria.

     Calcula que si hay un cambio de régimen, la situación es más probable que mejore a que se deteriore. La nueva administración podría adoptar políticas más favorables al mercado --como los tipos de cambio flotantes y abrir su sector petrolero-- para recaudar dinero de los mercados de capitales.

     El gerente de bonos de 53 años es conocido por su comportamiento estoico. Sus colegas y rivales no pueden recordar que se haya vuelto loco ni levantado la voz, ni siquiera cuando los precios de los bonos de los mercados emergentes se desplomaron después de la crisis de 1998 en Rusia o que se vieron sacudidos por la sorpresiva devaluación de China hace dos años.

     Conelius empezó a manejar los bonos de manera indirecta. Después de obtener un título en economía en la Universidad Towson de Maryland, se esforzó por conseguir un trabajo en las finanzas. Lo más cercano que pudo obtener fue como analista presupuestal de la Marina de Estados Unidos.

     Tomó una posición similar en T. Rowe Price en 1988, unos meses después de la caída del mercado de valores del lunes negro, cuando Wall Street estaba descartando puestos de trabajo.

     Su gran oportunidad llegó unos años más tarde, cuando su jefe se trasladó a analizar el riesgo de crédito de las inversiones de la empresa y que se llevó a Conelius con él. El ex analista del presupuesto de la Marina se convirtió en el primer analista del grupo de deuda de los mercados emergentes, un trabajo que Conelius recuerda que pocos parecían querer hacer.

     En aquellos días, la deuda de los mercados emergentes se consideraba una forma exótica pero altamente arriesgada de intentar ganar dinero. Aparte de GMO, T. Rowe Price y Fidelity Investments, la mayoría de las firmas de fondos de inversión se mantuvieron alejadas de estos instrumentos.

     “Probablemente no era muy atractivo para mucha gente, pero a mí me pareció muy emocionante”, dijo Conelius.

     Cornelius  recordó que las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional con funcionarios de los países atraían a menos de 10 inversionistas, todos los cuales podrían caber en una pequeña oficina. “Hoy en día, se llevan a cabo en un hotel de banquetes de Washingtin, D.C.”, con cientos de asistentes, dijo.

     Conelius es un creyente de la investigación de primera mano. Su equipo, que consta de unos 30 analistas y gestores de cartera, realiza alrededor de 150 viajes al extranjero cada año.

     “En mi opinión, este por mucho es la clase de activos más emocionante. Así puede observar el desarrollo económico, seguir la política y observar los cambios sociales”, dijo Conelius.

     Ha sufrido algunos reveces en el camino. Compró demasiado pronto durante la crisis de la deuda de Ucrania 2015, sufriendo perdidas antes de que la reestructuración de la deuda del gobierno comenzara a redituar.

     “Hemos aprendido a no tomar grandes posiciones en divisas, ya que pueden desviarse significativamente de los fundamentos”, dijo. “Nunca he visto un país que tenga tal riqueza potencial con políticas tan malas”.

    Luego de la entrevista con Cornelius, el Departamento del Tesoro anunció que se prohibirán nuevas inversiones en empresas venezolanas, así como la compra de deuda y bonos que emite el gobierno y sus entidades, incluida PDVSA, por la naturaleza dictatorial del régimen venezolano.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 01/09/2017

Etiquetas: Venezuela Rendimientos Inversiones Fondos Inversión Crisis Mercados Emergentes