13 de oct. (Sentido Común) -- La minuta de la última reunión de Banco de México confirmó que los responsables de la política monetaria del país no dudaron en actuar para contrarrestar las presiones inflacionarias, provenientes sobre todo de la debilidad creciente del peso frente al dólar.

     Si bien los integrantes de la junta de gobierno del instituto central no ven aún un efecto claro de que la debilidad de la moneda mexicana frente al dólar esté ya afectando de forma negativa la conformación de los precios en el país, la mayoría sí consideró que en el corto plazo la condiciones inflacionarias, o el balance de riesgos para la inflación, se ha deteriorado.

     La moneda mexicana ha caído frente al dólar en días recientes por los temores de que Donald J. Trump, el candidato republicano que está en contra del libre comercio y los trabajadores migrantes mexicanos, gane la presidencia estadounidense.

     La mayoría destaco que “derivado de la incertidumbre asociada al entorno externo, no se puede descartar que la moneda nacional experimente depreciaciones adicionales y que ello afecte las expectativas de inflación y el comportamiento de esta última”, dijo Banco de México en la minuta de su última reunión.

     De ahí que la decisión de incrementar por tercera ocasión en el año en medio punto porcentual la tasa de interés de referencia a finales del mes pasado --en esta ocasión de 4.25 a 4.75%-- fue unánime.

     Para la mayoría de los analistas el contenido de la minuta refleja ya un tono más duro, o hawkish, por el vocablo inglés que se usa para definir una actitud a favor de elevar las tasas de interés, por parte de las autoridades monetarias que los hace pensar que no pueden descartarse acciones adicionales este año, como podría ser otro incremento a la tasa de referencia.

     Muchos incluso creen que esa cuarta tasa anual se dará en diciembre si la Reserva Federal estadounidense (Fed) concluye que la evolución económica estadounidense le permite continuar con el ciclo de normalización de su política monetaria que inicio en diciembre del año pasado cuando incrementó las tasas de referencia de ese país por primera vez en siete años.

     A esa conclusión llegan los analistas porque los comentarios de los miembros de la junta de gobierno de Banco de México, recopilados en la minuta, dejan entrever que están muy atentos a los posibles impactos negativos que provengan del exterior sobre el tipo de cambio, y de éste sobre la inflación.

     “No hubo en la minuta ninguna referencia de que el incremento de la tasa debió haber sido más modesto o de que Banxico debió esperar a tener más datos / información antes del apretón”, dijo Alberto Ramos, el codirector del equipo de estudios económicos en América Latina del banco estadounidense Goldman Sachs, en un reporte. “Tampoco hubo referencia de que la junta discutiera un incremento aún mayor para mandar una señal más fuerte”.

      En lo que va del año el peso ha perdido 9% contra el dólar, una caída que se suma al descenso de más de 14% de 2015 y que comienza ya a tener repercusión en ciertos precios de la economía, como los de las mercancías.

     La inflación anual de esa categoría de bienes su ubicó ya en 3.9% al cierre de septiembre, su nivel más alto desde en enero de 2013.

     Claro que el deterioro inflacionario no debe atribuirse sólo a factores externos. Los miembros de la junta de gobierno del banco central también mencionaron diversos problemas internos que podrían servir también para explicar la debilidad del peso contra el dólar y los riesgos de que ello genere una mayor inflación.

     “Dentro de los [factores] internos, la mayoría mencionó la percepción de un debilitamiento en las finanzas públicas”, dijo la minuta en torno a las opiniones de las autoridades del banco central mexicano. “Adicionalmente, algunos señalaron que la percepción de fragilidad fiscal se confirma con las advertencias emitidas este año por las agencias calificadoras. Como factores internos adicionales, algunos integrantes destacaron que la ampliación del déficit en la cuenta corriente también ha incidido en el debilitamiento del peso, si bien en menor medida, y un miembro añadió como factor adicional la falta de plena información sobre el plan de negocios de Pemex”.

     Pemex es la empresa petrolera del Estado mexicano y la cual enfrenta serios problemas financieros por su abultada deuda de más de 90 mil millones de dólares, por el descenso de los precios del petróleo y por la menor producción de hidrocarburos de la compañía.  

     Los participantes de la junta pusieron “atención a la combinación de factores externos e internos que pudieran deteriorar el desempeño del peso y que resultarían en efectos de segundo orden sobre la inflación”, escribió el equipo de análisis del banco Banorte Ixe, en un reporte. “Destacamos los comentarios de que la debilidad del peso se debe también a factores internos, sobre todo preocupaciones del lado fiscal”.

     Claro que al mismo tiempo los miembros de la junta de gobierno destacaron, de acuerdo a la minuta, que los recortes al gasto que ha llevado a cabo el gobierno y que ha propuesto para el próximo año “van en la dirección correcta”, aunque un miembro mostró preocupación respecto a que los ajustes a las finanzas se realicen mediante recortes a la inversión, mientras que el gasto corriente sigue en ascenso.

     Así, el consenso de la autoridad monetaria fue que el panorama para el crecimiento también se ha deteriorado, aunque también indicó que observa algunas señales alentadoras en la actividad manufacturera y los servicios.

     De hecho, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que el componente de la manufacturas de la producción industrial registró en agosto su cuarto avance seguido, al mismo tiempo que las exportaciones de autos han reportado avances en tres de los últimos cuatro meses --otra señal de que el sector manufacturero mexicano podría estar comenzando a repuntar gracias a que la debilidad del peso ha incrementado el atractivo de las mercancías mexicanas en mercados internacionales.

     Un elemento que podría traer cierto alivio a las presiones inflacionarias que está suscitando la caída del peso contra el dólar y, por ende, preocupación en las autoridades monetarias mexicanas, es la derrota de Trump el próximo 8 de noviembre.

     Para muchos, de ocurrir eso, la moneda mexicana podría recuperar parte del terreno perdido contra el dólar y reducir con ello las presiones inflacionarias. Si a ello se suma una aprobación en el Congreso de un paquete económico gubernamental responsable, entonces los temores que hoy han provocado salida de capitales del país y debilitado al peso podrían revertirse y con ello reducir las presiones sobre los precios.

     Si eso llegase a ocurrir, hay quienes incluso creen que Banco de México podría abstenerse de volver a subir la tasa de interés en diciembre, incluso si lo hace la Reserva Federal.

     “Si el peso revierte parte de sus recientes pérdidas y muestra una apreciación significativa al disiparse algunas de las fuentes de incertidumbre / riesgo actuales, Banxico podría permitirse el lujo de desacoplarse” de la Fed, escribió Ramos, de Goldman Sachs. “Es decir, si el peso opera bien y se aprecia hacia las 17-18 unidades Banxico no necesariamente se sentiría obligado” a igualar o seguir al banco central estadounidense con un aumento de tasas en diciembre.

 

 


Fecha de publicación: 13/10/2016

Etiquetas: Banxico minuta tasas inflación dólar Fed Trump