Luiz Inacio Lula da Silva, el ex presidente de Brasil, fue declarado culpable por soborno y lavado de dinero por un juez, la sentencia más espectacular hasta ahora de un escándalo de corrupción que ha sacudido a la clase política de la economía más importante de América Latina.

     Sergio Moro, el juez principal en la investigación, también conocida como Carwash, determinó que Lula purgara nueve años y medio en prisión, de acuerdo a un documento de la corte federal del estado de Paraná.

     Lula puede apelar el veredicto, pero mientras eso ocurre sus posibilidades de llevar a su partido, el Partido de los Trabajadores, de nuevo al poder en las elecciones del próximo año han sufrido un fuerte menoscabo.

     En los últimos meses, el expresidente, uno de los mandatarios más populares en la historia reciente de Brasil, había consolidado su posición en las encuestas de opinión como el favorito en la contienda presidencial de 2018.

     “Una encuesta de Datafolha del mes pasado le dio el 30% de los votos, más del doble que su rival más cercano”, escribió Neil Shearing, economista en jefe para mercados emergentes con la consultoría británica Capital Economics, en un comentario tras la noticia de la sentencia en contra de Lula. “Dado que una victoria de Lula anularía las esperanzas de las muy necesarias reformas económicas y fiscales, esto habría sido negativo en el mercado. De ello se desprende que la decisión de hoy probablemente dará un impulso a los mercados brasileños”.

     El real brasileño finalizó la jornada en 3.21 unidades por dólar, o un avance de 1.4% con respecto al cierre previo, mientras que el índice bursátil Bovespa avanzó 1.57% a 64 mil 835.55 puntos.

     Sin embargo, si la sentencia penal contra Lula es ratificada, entonces éste no tendría derecho a participar en la carrera presidencial del año entrante.

     El fallo muy probablemente recrudezca la tensión política que priva en Brasilia, la capital de Brasil, y en donde el actual presidente Michel Temer, lucha por su supervivencia luego de que ha sido también señalado por haber participado en otros actos ilegales.

     Temer reemplazó en el poder a Dilma Rousseff, quien fue removida del cargo el el 1 de septiembre del año pasado por haber maquillado las finanzas públicas para ocultar un fuerte déficit fiscal.

     Rousseff también se vio involucrada en sospechas de haber estado involucrada en actos corrupción cuando dirigió la empresa petrolera estatal Petróleo Brasileiro. A la fecha no ha sido acusada por malos manejos o actos indebidos al frente de Petrobras, como mejor se conoce al conglomerado petrolero de Brasil.

 

 



Fecha de publicación: 12/07/2017

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