2 de ene. (Sentido Común) -- A finales de noviembre del año pasado, cuando el gobierno puso fin a casi ocho décadas de control a los precios de las gasolinas, muchos especularon si el recién creado mercado de venta de combustibles podría resistir las presiones alcistas que se generan por los cambios en los precios internacionales y evitar así un segundo año seguido de fuertes ajustes.

     Hace un año el gobierno anunció aumentos de entre 14 y 20% a los precios de los combustibles, como parte de un proceso que permitiría gradualmente la liberación de precios para que fueran las empresas quienes determinaran los valores, a través de las leyes de oferta y demanda, como cualquier mercado competitivo.

     La mayor parte de esas gasolinas de hecho ya no se refinan en México, lo que abrió opciones adicionales a las empresas que estaban en condiciones de importar esos combustibles, principalmente desde Estados Unidos.

    Sin embargo, los cambios en los precios internacionales y la debilidad recientemente mostrada por el peso frente al dólar, que encarece el precio de los combustibles que se compran fuera de México, generaron presiones adicionales que muchos pensaban impulsarían nuevamente los precios al alza.

     Ante este panorama, la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros, o Amegas, una organización que representa los intereses de los propietarios de estaciones de venta de combustibles en el país, incluso estimó que los precios de gasolinas y el diesel aumentarán 6.9% en promedio este año, debido a los cambios que hizo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

     En ese acuerdo, publicado hace unos días en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de Hacienda determinó que a partir de este año el gobierno cobrará un IEPS de 4.59 pesos por litro para la gasolina de bajo octanaje, o Magna, que es la de mayor consumo a nivel nacional.

     Por su parte, estableció un impuesto de 3.88 pesos litro para la gasolina de alto octanaje, o Premium, y un gravamen de 5.04 pesos por cada litro vendido de diésel en 2018.

     Hace un año, Hacienda establecía una cuota de 4.3 pesos por litro de Magna, 3.64 pesos por litro de Premium y 4.73 pesos por litro de diésel, lo que representa incrementos de 6.7, 6.6 y 6.55%, respectivamente, para este año.

     Con base en esa información, Amegas estimó que este ajuste al IEPS elevará el precio de la gasolina Magna en 37 centavos, la Premium en 32 centavos y el precio del diésel en 39 centavos por litro.

     “El incremento es directamente a las cuotas que se describen aplicables a los combustibles automotrices y combustibles fósiles”, dijo la asociación de gasolineros, en un comunicado. Serán “centavos que impactarán el precio de venta de primera mano de Pemex Transformación Industrial, a través de la lista de precios por terminal de almacenamiento del país” que emite el gobierno.

     Si bien ahora las empresas tienen la facultad de determinar cuánto cobran por la gasolina que venden, el gobierno reiteró que aún tiene herramientas para garantizar que esta apertura se realice de forma ordenada y puedan impedirse variaciones abruptas como las de 2017.

     Por ello es que Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa petrolera estatal y quien hasta hoy en día importa al país la mayoría de las gasolinas que se consumen, para luego vendérsela a otros competidores, rechazó que haya elementos que  permitan un nuevo encarecimiento de los combustibles.

     Por el contrario, la petrolera que durante casi ocho décadas tuvo el monopolio de venta de combustibles en México agregó que Amegas ha especulado desde hace tiempo con un aumento en los precios y que éstos no se han concretado, por lo que pidió evitar difundir mensajes erróneos.

     “Pemex reitera que la fórmula  que determina los precios de las gasolinas y diesel en México contempla mecanismos que reducen su volatilidad, garantiza estabilidad, con ajustes diarios”, dijo Pemex, en un comunicado. “Amegas, la cual representa menos del 5% del total de empresarios del sector, ha realizado constantemente declaraciones sobre los precios de las gasolinas, que han resultado imprecisas o hasta mal intencionadas, por lo cual llamamos a la prudencia y a evitar la desinformación en un tema tan delicado”.

     En México, el precio de gasolinas y diesel se determina a partir de un mecanismo que contempla los precios internacionales del petróleo, los precios de los combustibles en Estados Unidos y las condiciones del mercado interno, incluyendo el estímulo fiscal que se da a través del IEPS y que el gobierno ha usado para amortiguar la volatilidad de los precios internacionales de referencia de la gasolina.

     Así, el gobierno determina cobrar un impuesto menor cuando el precio internacional sube de modo que éste no se refleje en el bolsillo de los usuarios, o viceversa en caso que el precio baje.  Hacienda reiteró que extenderá durante este año el mecanismo actual de estímulos, por lo que no prevé fuerte volatilidad.

     La SHCP respaldó lo dicho por Pemex “en cuanto a mantener la política de precios graduales de combustibles que se aplica desde hace un año con éxito para garantizar la estabilidad en este mercado, dijo por su parte esa dependencia, en un comunicado. “No se observaron incrementos desordenados en los precios al consumidor ni a finales de noviembre 2017, cuando se flexibilizaron los precios en todo el país, ni el primero o dos de enero de 2018”.

     Las variaciones en los precios de las gasolinas y el diesel no sólo pueden provenir de ajustes al Ieps, sino también a situaciones externas.

    De acuerdo con cifras de Pemex, el país refinó apenas el 22.8% de las gasolinas que se consumieron en México durante noviembre, por lo que la gran mayoría de los combustibles provienen del exterior y, por tanto, están expuestos a las variaciones en el tipo de cambio.

     Cierto que el peso culminó 2017 con una apreciación de 5% con respecto a 2016, pero algunos analistas consideran que la moneda mexicana podría debilitarse frente al dólar debido a la incertidumbre que prevalecerá este año por el proceso electoral que se vivirá en México y por la falta de acuerdos respecto al proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

     Si la moneda mexicana se debilita, entonces los precios de los combustibles podrían sufrir presiones adicionales y entonces sí reflejarse en un encarecimiento del valor de cada litro de gasolina y diésel vendido en el mercado doméstico, aunque no de forma abrupta.

 

 

 

 

 


Fecha de publicación: 02/01/2018

Etiquetas: México economía energía gasolinas Pemex Hacienda Amegas precio