23 de dic. (Dow Jones) -- La decisión de Ford Motor de armar una camioneta de carga más ligera, usando paneles de aluminio se ha considerado como una forma de lograr una mejor economía en el consumo de combustible. Pero el jefe de la automotriz dijo que la decisión es también un asunto de reciclaje.

La camioneta F-150 modelo 2015, la cual sale a la venta este mes en Estados Unidos, tal vez será el vehículo más importante en llegar a las concesionarias Ford en décadas. Para cuando salga de la planta y se dirija a la sala de exhibición, ésta habrá dejado atrás desechos de aluminio con valor de 300 dólares en el suelo de la planta.

Esos desechos se recogerán, limpiarán, y enviarán de regreso a la planta de aluminio --creando lo que su director ejecutivo Mark Fields denomina un "circuito cerrado" que ayudará a compensar el costo de armar su vehículo más vendido con un material más caro que el acero.

"Cada desecho de aluminio es reutilizado", dijo Fields en una entrevista. "Cuanto más se pueda reutilizar o reciclar, eso hará más convincente este modelo empresarial".

Diariamente, cerca de 50 semitractores-remolque salen de la planta F-150 de Ford en Dearborn, Mich., con miles de kilogramos de aluminio triturado, desechos que se generan del estampado de rollos de aluminio que tienen 1.8 metros de ancho y que se utilizan para fabricar los paneles de la carrocería de la F-150. Únicamente entre 60% y 65% de un rollo se usa realmente en el proceso de estampado, ya que muchos de estos paneles tienen grandes agujeros, como las ventanas.

Debido a que el aluminio se puede reciclar casi a placer, sin degradarse, el reciclaje ha jugado un papel importante en la producción de todo, desde latas de cerveza hasta aviones jumbo. El detalle es que Ford ha instalado sistemas para separar las seis diferentes aleaciones de aluminio que consume y las regresa a sus plantas de Iowa o Nueva York, para ser convertidas otra vez en hojas de aluminio que después se entregan en su planta de estampado de Dearborn.

Derek Prichett, jefe de reciclado global de Novelis con sede en Atlanta, dijo que llegar a mecanismos de aprovechamiento completo de recursos como el de Ford es una parte importante de la estrategia de su empresa. "Ahora estamos viendo a las automotrices invertir en tecnología para limpiar y separar los desechos, ya que su precio representa un incentivo para que lo hagan".

En octubre, Signature Group Holdings pagó 525 millones dólares a Aleris por su negocio de reciclaje de aluminio. Craig Bouchard, director ejecutivo de Signature, dijo que la promesa de lograr que más plantas automotrices separen sus desechos es una razón para tener optimismo.

"Estamos tratando de aprovechar una megatendencia, denominada como el síndrome de F-150", dijo Bouchard. El síndrome pudiera extenderse pronto a más modelos de uso pesado, como los F-250 y F-350 en los próximos años. Ford también realizará adecuaciones en 2015 a otra planta de F-150 para que procese el aluminio.

Desde que hizo su debut por primera vez en 1948, el F-150 --como la mayoría de los vehículos del mercado masivo-- se había armado con láminas de acero. La decisión de Ford de cambiar a aluminio le añadió 1,000 dólares más al costo de producción de cada camioneta, dijo Dick Schultz, experto en metales. Eso equivale a por lo menos 600 millones de dólares por la producción de todas las camionetas F-150 anualmente.

La chatarra de acero es mucho menos valiosa, si la F-150 fuera de acero, reciclarlo generaría un ahorro de  menos 100 dólares. El sistema de reciclado del aluminio de Ford, instalado como parte de una revisión en la planta de Dearborn, tuvo un costo de 359 millones de dólares, y le permite a la empresa recuperar hasta 300 dólares por camioneta, ayudándole a compensar cerca de 20% del incremento del costo de producción.

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

 

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Fecha de publicación: 23/12/2014