El exembajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, durante una cumbre en Arizona en 2021. Foto Flickr/Gage Skidmore
El exembajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, durante una cumbre en Arizona en 2021. Foto Flickr/Gage Skidmore

22 de mar. (Axis negocios) -- La relación bilateral entre México y Estados Unidos se encuentra en un punto clave, en el marco de un menor intercambio entre la mayor economía del mundo y su contraparte china por la guerra comercial en la que están enfrascadas desde hace algunos años. Ello abrió la puerta a México para fortalecer los vínculos con su socio de Norteamérica, una tendencia que ahora está confirmando el proceso de relocalización de empresas que prefieren mover sus cadenas logísticas para evitar los riesgos de operar en China, el llamado nearshoring.

     Un reflejo de que México representa un socio cada vez más importante para los americanos es la balanza comercial de 2023, pues por primera vez en 21 años, Estados Unidos importó más bienes de México que de China, luego de que el país batió un récord histórico con envíos por 475 mil 607 millones de dólares hacia su vecino.

     Con elecciones presidenciales más adelante en el año en ambos lados de la frontera, muchos se preguntan si el sólido comercio entre las dos naciones podrá mantenerse o incluso mejorarse ante una serie de riesgos en el horizonte, desde la delicada crisis migratoria hasta los problemas de seguridad y el tráfico de fentanilo, junto con disputas relacionadas con la energía y el maíz transgénico de cara a la revisión del tratado comercial de Norteamérica (T-MEC) en 2026.

     Para Christopher Landau, el exembajador de Estados Unidos en México entre 2019 y 2021 --durante la presidencia de Donald Trump, quien hoy busca un segundo mandato--, los dos socios deberán hacer de la migración un tema prioritario y, además, resolver lo que se perfila como una nueva fuente de fricciones: la posibilidad de que las empresas chinas se estén instalando en territorio mexicano para, a través del T-MEC, evadir los aranceles que les cobra Estados Unidos por exportar ahí, algo que ya empieza a generar preocupación al norte de la frontera.

     “A nosotros nos conviene tener un vecino próspero, y es mucho mejor para Estados Unidos que una inversión esté en México que en China”, dijo Landau, en entrevista con Axis Negocios. “Así que realmente es una situación ganar-ganar si podemos atraer inversiones desde China con la relocalización de empresas”.

     Aquí un extracto de la conversación con el exfuncionario estadounidense.

 

¿Cuál será el tema clave que definirá el rumbo de la relación bilateral en los próximos años?

El posible regreso del presidente Trump puede comenzar una época dorada en las relaciones entre Estados Unidos y México, a pesar de lo que dicen muchos comentaristas. Eso lo podemos ver, en primer lugar, por lo que Trump logró hacer durante su primer mandato, cuando arregló muchos de los problemas que encontramos en la frontera.

     Yo siempre digo, y lo creo de todo corazón, que Estados Unidos y México no pueden tener una relación sana si la frontera está en una situación de descontrol y caos, y eso lo estamos viendo ahora. Como ustedes en México lo saben muy bien, mucho mejor que yo, hay millones de personas de todo el mundo pasando por México para tratar de entrar a Estados Unidos. Eso no puede ser, no es bueno para la relación entre ambos países. Es como Naciones Unidas ahí y Estados Unidos tiene que controlar su frontera como cualquier país soberano.

     Para Trump eso es una prioridad y creo que le conviene a México, porque ahora ya no es un país tanto de migración, sino de paso para migrantes hacia Estados Unidos. No tenemos el enfoque necesario sobre asuntos comerciales en la frontera, porque todos los agentes fronterizos tienen que ser como asistentes sociales con los migrantes que llegan ahí. Así que el control de la frontera es absolutamente imprescindible para tener una sana relación y promover los lazos comerciales.

 

Hay quienes consideran que Trump tiene una postura dura contra los migrantes que buscan ingresar de manera ilegal. Hacia adelante, ¿qué podríamos esperar o qué acciones estarían sobre la mesa para atender la crisis migratoria?

Es cierto. Él estaba buscando desincentivar la migración irregular e ilegal, pero lo que yo digo y sostengo es que México también tiene un fuerte interés en desincentivar esa migración, porque ahora ya no es un tema de la relación bilateral exclusivamente, sino un problema global, así que a México no le conviene convertirse en felpudo para todo el mundo que quiere pasar a Estados Unidos.

     Trump va a imponer medidas para desincentivar la migración irregular y descontrolada, pero lo que también creo que debemos estar buscando es una situación ganar-ganar. Podemos buscar algo como el programa Braceros, cuando los mexicanos venían de forma regular y legal a trabajar a Estados Unidos, ganaban su dinero y después volvían a sus casas.

     Nosotros necesitamos mano de obra, eso es natural, pero entonces, ¿por qué no agilizamos los programas para que la gente pueda venir de manera legal? Decir que queremos regularizar el sistema migratorio y desincentivar la migración ilegal no es nada contra los flujos laborales regulares y controlados. Creo que en eso debemos estar poniendo nuestro énfasis, no en estimular esta migración caótica que estamos viendo ahora, donde los que realmente se benefician son los cárteles que les cobran a los migrantes.

 

¿Podríamos ver a Trump retomar la propuesta de su mandato anterior, sobre erigir un muro en la frontera y hacer que México pague por él?

El muro es parte de un sistema total de control de la frontera. Es natural que un país cuente con alguna medida física para controlarla, porque si no tenemos algo así, no se desincentivan esos flujos migratorios.

     Mucha gente en todo el mundo, no solo de México, tiene el sueño de ir a trabajar [a Estados Unidos], pero nosotros tenemos nuestras leyes migratorias, que regulan quién puede venir y bajo cuáles circunstancias. Pero es como si en la puerta principal contáramos con todas esas reglas para entrar, mientras la puerta trasera está completamente abierta.

     Ustedes [México] tienen el derecho soberano de establecer su propia política migratoria, pero si 99% de la gente que invitan a ingresar a su país se presenta en nuestra frontera para entrar a nuestro país, ya no es una cuestión solamente de la soberanía mexicana, sino de la nuestra también, así que eso sería un acto hostil.

     Creo que con algunos cambios de política [que revirtió la administración de Joseph R. Biden], esta situación se puede arreglar de manera bastante rápida.

 

¿Cómo vislumbra la parte del intercambio comercial?

Trump comenzó el distanciamiento de Estados Unidos con China, después de que China se comió todo el mercado estadounidense que México hubiera ocupado bajo el original tratado de libre comercio de principios de los 90. México estaba aumentando mucho sus manufacturas en los primeros años del TLCAN; después todo eso se esfumó y se fue a China, así que creo que este distanciamiento le ha creado enormes oportunidades a México. Lo estamos llamando ahora el nearshoring, pero es resultado de las políticas que comenzó el presidente Trump al decir: Estados Unidos ya no va a permitir esos abusos de China con el sistema internacional comercial.

     Hay muchas oportunidades ahora, porque Trump y el presidente López Obrador. . . Y quién sabe quién estará en Palacio Nacional o en la Casa Blanca el año que viene, pero es muy importante que ambos reconozcamos que estamos en el mismo equipo.

 

¿Considera que Estados Unidos buscaría hacer cambios significativos en el T-MEC durante la revisión de 2026, a fin de frenar a las empresas chinas que buscan instalarse en México para exportar hacia su país?

Es un grave problema si de repente todos los chinos se vienen a hacer sus cosas en México para evitar los aranceles. Yo digo ‘ojo con esto’, sobre todo con los automóviles chinos, los eléctricos. Entiendo que están pensando poner ahí una fábrica y lo que yo digo a México es ‘mucho cuidado’, porque para el año 26 se tiene que renegociar y reaprobar el T-MEC, y si la narrativa se convierte en que esto es otro abuso chino, ya no habrá nadie en Washington que quiera defender el tratado. ¿Quién sería una víctima de eso? Pues México. Así que mucho cuidado si ustedes van a decir ‘vénganse a chinos a invertir acá en México, pongan sus plantas acá’. Creo que es un peligro mortal para nuestra relación comercial.

 

En un caso extremo, ¿el T-MEC incluso podría revertirse, pese a ser un tratado que negoció el gobierno de Trump?

Es posible. Obviamente habrá estudios sobre los resultados del tratado, pero si se concluye que ha abierto una brecha o una puerta trasera para abusos chinos, es muy posible que todo el tratado [se revierta]. . . Ojalá podamos llegar a un acuerdo para limitar el ingreso de productos que intentan evitar impuestos, productos hechos por compañías propiedad de extranjeros de terceros países donde hay aranceles.

     Creo que es algo que se puede arreglar, a fin de que México no se convierta en puerta trasera para que los chinos ingresen al mercado estadounidense, donde no pueden acceder de manera directa.

 

 


Fecha de publicación: 22/03/2024

Etiquetas: relación bilateral México EUA comercio TMEC migración Trump Landau economía