5 de nov. (Sentido Común) -- La volatilidad que generó en los mercados financieros la decisión de Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en los terrenos de lo que algún día fue el lago de Texcoco, llevó a algunos analistas a ajustar sus expectativas acerca de los próximos movimientos de tasas de interés que realizará Banco de México.

     Muchos analistas esperaban que la junta de gobierno del banco central mexicano no solo ya hubiera concluido el ciclo alcista de tasas que inició en diciembre de 2015, sino que algunos incluso pensaban que pronto habría condiciones para pensar en un relajamiento de las condiciones monetarias del país.

     De acuerdo con la más reciente encuesta mensual que levanta el Instituto Central con especialistas del sector privado, los economistas anticipaban que el banco central mantendría la tasa de referencia en 7.75%, su nivel actual, al menos hasta el cierre de 2018. Además, la expectativa era que la llamada tasa de interés objetivo bajara a 7.5% el año entrante. 

     Ese escenario, sin embargo, cambió de manera considerable a raíz del anuncio del presidente electo de acabar con el proyecto de construir el NAIM en Texcoco, Estado de México, tan pronto como tome posesión del cargo el próximo 1 de diciembre. 

      Lo anterior, debido a que el tipo de cambio perdió alrededor de 2.7% de su valor y volvió a cotizar por encima de las 20 unidades por dólar por primera vez en casi cuatro meses, amenazando con poner presiones adicionales a la inflación, al tiempo  que el principal indicador de la bolsa de valores tuvo su peor caída en dos años.

     Incluso, las agencias de calificación crediticia Fitch Ratings y HR Ratings revisaron a la baja la perspectiva de la deuda soberana del país, de ‘estable’ a ‘negativa’, por los temores que esa cancelación acabe por afectar el desempeño de las inversiones privadas.

     Otras dos calificadoras, Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s, dijeron que por ahora no tomarían acciones sobre la calificación crediticia del país, pero sí estarían atentos a cualquier evolución negativa que pudieran presentar el crecimiento económico o las finanzas públicas. 

     Así, ante el reciente deterioro del panorama económico de México y la posibilidad que la debilidad del tipo de cambio eventualmente contamine la inflación, ahora algunos analistas cambiaron su punto de vista y esperan un banco central más restrictivo. 

     De acuerdo con un sondeo elaborado por Infosel, al menos 14 grupos de análisis del sector privado han cambiado de opinión tras la decisión, y ahora esperan que la tasa de interés de referencia de Banco de México suba entre un cuarto de punto y medio punto porcentual antes que concluya el año. 

     Si ese pronóstico se cumple y la tasa de referencia cierra el año en 8.25%, o medio punto porcentual de su nivel actual, entonces habrá alcanzado su mayor nivel desde enero de 2009.

     Muchos ahora prevén que las alarmas que encendió el tipo de cambio llevarán a la junta de gobierno del banco central a elevar las tasas de interés, hasta su mayor nivel desde que usa esta herramienta de política monetaria, a fin de enfrentar la depreciación del peso y su posible contaminación en los precios de la economía, un fenómeno que se conoce en la jerga económica como pass through.

     Con ese movimiento de política monetaria, el Instituto Central esperaría evitar que el deterioro del tipo de cambio lleve a una mayor aceleración de la inflación en los siguientes meses, lo que pondría el crecimiento de los precios lejos de su meta anual de 3%.

     “Banco de México, [que] es el garante de la estabilidad de precios en el país, va a tener muy probablemente en dos semanas, el 15 de noviembre, cuando tenga su reunión de política, que incrementar de nuevo la tasa de interés”, dijo Raúl Feliz, profesor de economía del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en un programa de opinión del canal Foro TV, en las estaciones de Televisa. El tipo de cambio “nos genera un problema realmente para la inflación”.

     La decisión de cancelar las obras de NAIM en Texcoco no fue la única que alarmó los mercados por los efectos negativos que tendrá en las finanzas públicas y la confianza empresarial en México, también la forma en que López Obrador llegó a esa determinación generó preocupaciones entre muchos.

     El equipo de transición del próximo gobierno elaboró una consulta ciudadana, que generó polémica ya que para muchos expertos carecía de imparcialidad y representatividad.

     Para algunos, la pregunta hecha en la consulta inducía a los ciudadanos a votar por la opción de mantener el aeropuerto actual y complementar sus operaciones con dos pistas en la base militar de Santa Lucía, a la vez que la ubicación de las casillas había sido determinada de forma arbitraria.

     Además, muchos criticaron fallas en el proceso de la consulta, que fue ejecutada durante cuatro días, como la posibilidad de que una persona votara en más de una ocasión.

     De ahí que el hecho que el presidente electo tome su decisión con base en una consulta carente de garantías también generó incertidumbre que terminó por impactar los mercados locales.

     “Nosotros también [cambiamos de pronóstico] tras lo sucedido y viendo que el tipo de cambio ha tenido una depreciación casi permanente”, dijo Marco Oviedo, economista en jefe para América Latina del banco británico Barclays, en una entrevista telefónica. “Aquí el tema es que hacia adelante es probable que sigamos teniendo incertidumbre”.

     Ahora, “el mercado va a estar sensible a o que vaya a suceder”, agregó el economista de Barclays.

     La mayoría de los economistas también considera que Banco de México se adelantará a una eventual alza de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos, en la reunión de política monetaria que celebrará dentro de 10 días.

     Si bien la mayoría no estima que la Fed eleve la tasa de fondos federales el próximo jueves, sí esperan un incremento en la reunión de política monetaria que el banco central estadounidense celebrará en diciembre.

     De ahí que Banco de México podría tomar ese escenario en cuenta para adelantarse a la decisión y evitar que ésta afecte el comportamiento del tipo de cambio, lo que a su vez evitaría un contagio hacia el comportamiento de los precios.

     Además, esas presiones esperadas por parte de las tasas de interés en Estados Unidos, junto con las constantes alzas de los precios de los combustibles en México a lo largo de este año, ya llevaron incluso al subgobernador Manuel Ramos Francia a votar por un incremento de la tasa de referencia en la reunión pasada, cuando el Instituto Central decidió mantenerla sin cambios en 7.75%.

     No obstante, con el comportamiento reciente del peso, podrían ser más los miembros de la junta de gobierno que votarían ahora por elevar las tasas de interés.

     “El panorama de inflación ya era de por sí complicado”, agregó Oviedo en la entrevista telefónica. “La Fed probablemente suba hasta diciembre”.

     El próximo encuentro de política monetaria del Instituto Central está programado para el 15 de noviembre.

 



Fecha de publicación: 05/11/2018

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