19 de ago. (Dow Jones) -- Para aquellos que creen que la mayor economía del mundo no requiere una cirugía radical, Hillary Clinton está ofreciéndoles un refugio reconfortante.

La candidata demócrata se comprometió a impulsar el crecimiento con un conjunto de políticas por el que también ha abogado el presidente Barack Obama, incluyendo un fondo que invertiría en carreteras y otro tipo de infraestructura, y un aumento al salario mínimo.

Ella le ha añadido nuevos aspectos que son populares entre los simpatizantes de Bernie Sanders, como la matrícula gratuita para la clase media en las universidades públicas, mientras que ha enviado el mensaje a los indecisos republicanos e independientes que no va a incrementar el déficit presupuestal federal. Sin embargo, en términos generales, Clinton se está adhiriendo estrechamente a la agenda económica de Obama.

Ocho años después de que Obama prometió "esperanza y cambio", Clinton está ofreciendo más esperanza sobre la economía de lo que lo ha hecho el candidato republicano Donald Trump, y cambios suficientes en las políticas como para evitar inquietar a los ya de por sí nerviosos electores.

"Está aprovechando eso en su ventaja al ofrecer una estrategia que ya es familiar y que francamente ha funcionado en gran medida y en muchos aspectos, si se le acredita al presidente la mejoría de los últimos ocho años", dijo Christopher Smart, un ex funcionario del Tesoro en el gobierno de Obama. "Tal vez eso no suene novedoso y excitante, pero esa es la tarea por hacer".

Clinton y Trump están luchando por ganarse el favor y las mentes de los votantes de la clase trabajadora que creen que no están avanzando en la recuperación estadounidense más débil vista desde la Segunda Guerra Mundial. Clinton, que está tratando de consolidar y mantener la ventaja que ha obtenido sobre Trump en las encuestas recientes, ha tratado de poner de relieve la capacidad de recuperación de Estados Unidos, en contraste con el oscuro retrato descrito por Trump, de un imperio económico en declive.

 "Existe el mito de que él responsabilizará de eso a los ricos y poderosos porque, de alguna manera, él realmente está de lado de las clases menos favorecideas", dijo Clinton en un discurso realizado en Warren, Michigan, cerca de Detroit. "No le crean".

Incluso si gana, Clinton no podrá aprobar el incremento de impuestos para los ricos porque los demócratas no controlarán el Congreso, dijo Stephen Myrow, socio administrativo de Beacon Policy Advisors de Washington y quien fuera funcionario del Tesoro en el gobierno de George W. Bush.

 

Promesas de Trump

El discurso de Clinton tuvo como finalidad contraponerse tres días después de que Trump, al hablar en Detroit, prometió profundos recortes en los impuestos sobre los ingresos personales y corporativos para impulsar la economía. Él también se comprometió a poner fin a la excesiva regulación y eliminar las restricciones para los productores de energía de la nación, un plan que se basa en la tradicional estrategia republicana.

Tanto Clinton como Trump están hablando de manera severa con relación al comercio. Clinton dijo que se opondrá al acuerdo Trans-Pacific Partnership, o TPP, (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), que impulsará la aplicación de normas comerciales e impondrá aranceles específicos cuando sea necesario. Trump posteriormente dijo que va a excluir a Estados Unidos del TPP y a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y se ha comprometido a aplicarles aranceles más altos a las mercancías procedentes de China y México.

"Ella está tratando con mucho ahínco de establecerse a sí misma como una candidata que va contra el libre comercio", dijo Myrow. "La ventaja cuando Trump describe su ecléctica mezcolanza de política económica, es que él ofrece blancos fáciles que ella puede atacar y eso le permite evitar ahondar más en sus propios planes".

La mayor economía del mundo ha producido resultados mixtos recientemente. Las nóminas subieron en 255 mil el mes pasado, superando todas las previsiones en una encuesta de Bloomberg. Aun así, el producto interno bruto creció a un ritmo anualizado menor de lo previsto de 1.2% en el segundo trimestre, lo que representa el avance más reducido de la producción en el primer semestre de un año desde 2011.

 

La mision de Clinton

Cuando aceptó la nominación demócrata el mes pasado, Clinton dijo que su misión principal como presidenta será crear un mayor número de “buenos empleos con salarios crecientes”, especialmente en las partes del país que “durante mucho tiempo no han sido tomadas en cuenta y que por lo tanto están a la zaga”.

Clinton se ha comprometido a reducir la carga fiscal de las familias de la clase media, mientras aumenta los impuestos de los ricos y les impone una tasa de salida a las empresas que partan del país para reducir el pago de impuestos. También se ha comprometido a realizar la inversión más audaz en infraestructura vista desde la década de los cincuenta, y aumentar el salario mínimo federal.

Su plan aumentaría los ingresos fiscales en 1.1 billones de dólares durante la próxima década, mientras reduciría el ahorro y la inversión, principalmente en los que perciben los ingresos más altos, de acuerdo con Tax Policy Center en Washington.

En una respuesta preventiva anterior al discurso de Clinton, la campaña de Trump subrayó un análisis de que su plan de impuestos obstaculizaría a la economía.

Ese análisis, realizado por la conservadora Tax Foundation de Washington, encontró que el plan de Clinton reduciría el PIB en 1% en el largo plazo, ya que éste crearía "tasas de impuestos marginales ligeramente más altas sobre el capital y la mano de obra".

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 19/08/2016