Chevron, la italiana Eni, la española Repsol y otras compañías que en 2022 recibieron licencias especiales para operar en Venezuela no necesitan nuevas y pueden continuar con operaciones en asociaciones con la empresa estatal Petróleos de Venezuela. Foto Chevron
Chevron, la italiana Eni, la española Repsol y otras compañías que en 2022 recibieron licencias especiales para operar en Venezuela no necesitan nuevas y pueden continuar con operaciones en asociaciones con la empresa estatal Petróleos de Venezuela. Foto Chevron

24 de abr. (Dow Jones) -- La administración del presidente Joseph R. Biden anunció que permitirá que algunas compañías petroleras estadounidenses y europeas continúen en Venezuela después de que los esfuerzos de Estados Unidos para persuadir al presidente Nicolás Maduro de llevar a cabo reformas democráticas levantando sanciones económicas terminaran endureciendo su régimen autoritario.

     Luego de que Maduro violó un acuerdo de octubre con Estados Unidos para realizar elecciones libres y justas, la Casa Blanca estuvo bajo presión para reimponer sanciones a la industria energética vital de Venezuela.

     De acuerdo con las nuevas pautas publicadas el miércoles de la semana pasada, varias empresas energéticas occidentales que ingresaron a Venezuela después de que Estados Unidos levantó sanciones y emitió una licencia general de seis meses para operaciones petroleras deben solicitar licencias individuales al Departamento del Tesoro para permanecer en el país. Sin esa licencia, deben cerrar operaciones antes del 31 de mayo.

     Chevron, la italiana Eni, la española Repsol y otras compañías que en 2022 recibieron licencias especiales para operar en Venezuela no necesitan nuevas y pueden continuar con operaciones en asociaciones con la empresa estatal Petróleos de Venezuela. Las compañías que deseen ingresar a Venezuela pueden hacerlo después de solicitar una licencia.

     Las pautas reflejan la dificultad que ha tenido la administración Biden para responsabilizar a Maduro por sus acciones antidemocráticas de formas que no perturben los mercados energéticos regionales y aumenten los precios de la gasolina en Estados Unidos.

     Funcionarios estadounidenses también se preocupaban por tomar medidas que acercaran a Venezuela a adversarios como Rusia, Irán y China, dijo Antero Alvarado, un consultor petrolero con sede en Caracas.

     La nueva política de requerir que las compañías busquen licencias individuales probablemente beneficiará a las grandes compañías petroleras con influencia en Washington. También beneficiará a las compañías de envíos que habían ayudado a Venezuela a mover crudo en el mercado negro y cuyos servicios podrían ser necesarios, dijo Alvarado.

     “Estados Unidos tuvo que mostrar que estaba haciendo algo”, dijo Alvarado sobre la política. “Pero al final, las cosas no cambian mucho, simplemente agrega mucha más burocracia”.

     Los funcionarios estadounidenses se negaron a identificar las compañías que estarían obligadas a solicitar licencias, o a decir cuántas estaban en la lista. Aún no está claro qué impacto tendrá la nueva política en la producción de petróleo en Venezuela, que bombea mucho menos que sus principales competidores en América Latina, Brasil y México. Venezuela está produciendo alrededor de 800 mil barriles al día.

     Las licencias individuales se otorgarán de acuerdo con los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos, dijeron los funcionarios. Explicaron que Maduro aún tiene tiempo para revertir las prácticas antidemocráticas y realizar elecciones justas el 28 de julio.

     Desde la firma en octubre del acuerdo electoral en Barbados con la oposición respaldada por Estados Unidos, Maduro ha prohibido que su principal rival, María Corina Machado, se postule contra él, y también bloqueó a su sustituto electo. Arrestó a decenas de activistas disidentes y bloqueó a la mayoría de los ocho millones de migrantes que han huido de Venezuela durante sus 11 años de gobierno para registrarse y votar en las próximas elecciones.

     “Desafortunadamente, Maduro y sus representantes no cumplieron con el espíritu y la letra de ese acuerdo”, dijo un funcionario estadounidense de alto rango. Pero el funcionario agregó: “Nuestras acciones no deben ser vistas como una decisión final de que Venezuela no puede celebrar elecciones democráticas”.

     Estados Unidos levantó sanciones en octubre que habían sido impuestas bajo el mandato del presidente Donald Trump, que impuso una prohibición total del bombeo y envío de crudo venezolano para aislar al gobierno de Maduro por el fraude electoral y los abusos rampantes a los derechos humanos.

     El ministro de Petróleo de Venezuela, Pedro Tellechea, dijo a los medios estatales que su gobierno resistiría cualquier medida punitiva de Estados Unidos, explicando que más de una docena de compañías extranjeras se han estado alineando para trabajar en un país que el gobierno dice que se encuentra sobre las mayores reservas petroleras del mundo.

     “Hemos podido demostrar que Venezuela, con o sin sanciones, va a poder crecer”, dijo Tellechea.

     En los últimos meses, los propietarios de tanqueros y las compañías petroleras tuvieron el desafío de prestar servicios a un país donde los muelles y la propia industria petrolera habían sido diezmados por la corrupción y la mala gestión durante años antes de que Estados Unidos comenzara a imponer duras sanciones.

     Sus esfuerzos finalmente resultaron en que las exportaciones venezolanas a Estados Unidos aumentaran de la nada a 152 mil barriles al día en enero, de acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Eso sigue siendo menos de una décima parte de lo que Estados Unidos importaba de Venezuela en su punto máximo en 1997 y una fracción de los 20 millones de barriles al día que consume Estados Unidos.

     Los comerciantes apostaban a que Washington no volvería a imponer totalmente sanciones contra el petróleo venezolano. Los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus contrapartes alineadas con Rusia, así como la guerra en Ucrania y el Medio Oriente, ya habían aumentado los precios del gas para los estadounidenses.

     Un retorno a sanciones estrictas “eliminaría oportunidades para una expansión significativa, si aún teórica, de la producción”, dijo recientemente la firma de consultoría ClearView Energy Partners a sus clientes.

     La política de la administración Biden ha recibido críticas de senadores republicanos, quienes la semana pasada enviaron una carta al presidente pidiéndole tomar medidas más fuertes contra Maduro por sus repetidos fracasos para garantizar una elección justa.

     “La historia ha demostrado una y otra vez que apaciguar a los dictadores no funciona”, dijo la carta del 12 de abril, que fue firmada por siete senadores.

     Los principales asesores de Biden han buscado mediar en la crisis social y

 económica de Venezuela, argumentando que, al eliminar sanciones, las compañías energéticas estadounidenses podrían desplazar a adversarios como Irán y Rusia que habían ganado un punto de apoyo estratégico en el país.

     Los funcionarios estadounidenses también esperaban que al estabilizar la economía de Venezuela pudieran frenar el éxodo de migrantes venezolanos hacia Estados Unidos, un desafío político para Biden antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en noviembre. Una encuesta reciente de Meganalisis encontró que 40% de la población venezolana, o 10 millones de personas, consideraría emigrar si Maduro ganara otro mandato de seis años.

     Con encuestas que muestran un rechazo generalizado a Maduro, analistas políticos y encuestadores dicen que el régimen venezolano busca dividir a la oposición en las elecciones al permitir que participe el veterano político opositor Manuel Rosales, gobernador del estado petrolero de Zulia. Es mucho menos popular que Machado, lo que causa una división entre los votantes que, según las encuestas, habrían votado por ella.

     Maduro también está trabajando para limitar la participación electoral, lo que, de acuerdo con analistas políticos, le beneficia. Millones de venezolanos en el extranjero descubrieron en los últimos días que no pueden registrarse para votar debido a los requisitos onerosos establecidos por el régimen.

     “Estas elecciones van a ser una broma”, dijo Antonio Rodríguez, un empresario venezolano que huyó a España.

     Rodríguez dijo que se subió a un automóvil con su familia y amigos y condujo cuatro horas hasta un consulado venezolano en Barcelona para intentar registrarse para votar antes de un plazo del martes. Pero después de enviar su documentación, Rodríguez dijo que recibió un correo electrónico de la autoridad electoral diciendo que su solicitud fue denegada, sin explicación.

     Escenas similares se reprodujeron en los consulados venezolanos en otros lugares. En Argentina, apenas cerca de 500 de los 217 mil venezolanos en el país se registraron con éxito, de acuerdo con la Alianza por Venezuela, una organización sin fines de lucro que trabaja con migrantes allí.

     “Queremos votar”, gritaron cientos al unísono el martes afuera del consulado de Buenos Aires.

     “No hay democracia”, dijo Ana Pulido, una administradora de empresas venezolana que vive allí. “No hay libertad de expresión”.

 

 


Fecha de publicación: 25/04/2024