Comtelsat, la empresa a la que pertenece el periódico especializado El Financiero, adeuda dos mil 120 millones de pesos (98.5 millones de dólares) a la banca de desarrollo de México y está al corriente con los pagos, reveló el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

       Los recursos fueron otorgados por Nacional Financiera (Nafin) en 2014; no obstante las condiciones del préstamo se modificaron a lo largo del tiempo tras la obtención de otro financiamiento y reestructuración de la deuda con el Banco de Comercio Exterior (Bancomext), dijo Jesús Ramírez, coordinador de comunicación social del Gobierno de la República, en la conferencia matutina del presidente.

      “La situación actual es que el saldo de la deuda es de dos mil 120 millones de pesos, el plazo restante a pagar es de 12 años”, dijo Ramírez durante su intervención. “A la fecha la empresa se encuentra al corriente en sus pagos”.

      El financiamiento original de Nafin fue por 80 millones de dólares y modificado en agosto de 2015 por Bancomext, que otorgó un crédito a Comtelsat para liquidar el crédito de Nafin y ampliar una línea para capital de trabajo por 50 millones de dólares a pagar en 10 años.

     Dos años después, Bancomext autorizó la restructuración de los adeudos de la compañía con la ampliación del plazo a 15 años y cambió una parte del crédito de dólares a pesos (mil 312 millones de pesos).

     El financiamiento tiene el respaldado de la cesión de derechos de los contratos de arrendamiento y prestación de servicio y la hipoteca civil sobre varios inmuebles y equipo propiedad de Comtelsat valuados en mil 167 millones de pesos (54.2 millones de dólares).

     Entre estos inmuebles están un edificio ubicado en Periférico Sur 4355, ocupado por Proyecto Fox, que produce contenidos audiovisuales deportivos, y El Financiero; el Edificio Fuente Bella, ocupado por la también compañía deportiva ESPN; un conjunto de edificios conocido como Bolsena --donde el diario tenía su antigua sede-- y un terreno en Bosques de Santa Fe.

      La existencia del préstamo por parte de la banca de desarrollo a la empresa controladora de El Financiero saltó a la escena pública a raíz de que el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin aseguró que dicho financiamiento fue producto de la intermediación y cabildeo del ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, en las declaraciones hechas en una denuncia contra diversos actores políticos presentada ante la Fiscalía General de la República (FGR).

     Tras dicha declaración el presidente encargó al director de Nafin y Bancomext, Carlos Noriega, un informe para conocer los detalles del financiamiento.

     Las declaraciones del ex funcionario fueron retomadas ayer por el propio López Obrador, quien aseguró que no se trata de una campaña de desprestigio hacia el medio e incluso aseguró que mantiene una buena relación con el principal accionista de la compañía, Manuel Arroyo.

     “Tengo una buena relación con el dueño de El Financiero, pero este no es un asunto de amistad, es un asunto público”, apuntó el presidente en su conferencia matutina.

     La publicación de los pormenores del crédito sucede en momentos en el que para muchos el presidente presiona de diversas maneras a distintos medios y periodistas considerados opositores al gobierno federal, entre ellos las revistas Nexos y Letras Libres.

      En la parte editorial, El Financiero cuenta con alguno de los principales críticos no solo de la actual administración federal, sino también del presidente López Obrador, como los columnistas Pablo Hiriart, quien el mes pasado anunció su salida del país para cubrir el proceso electoral de Estados Unidos, o el académico y conferencista Macario Schettino; aunque también cuenta con otras colaboraciones, como las del periodista Salvador Camarena, caracterizadas por una posición más neutral.

     El Financiero fue consultado al respecto de esta situación, no obstante hasta el momento no ha emitido respuesta.

      Como muchas empresas con negocios en los medios de comunicación, El Financiero enfrenta una complicada situación por los recortes al gasto en publicidad oficial, su principal fuente de ingresos, hechos por la administración de López Obrador desde que asumió el cargo, en diciembre de 2018.

      Ante ello, el medio ha realizado diversos ajustes para tratar de reducir costos, entre ellos diversos recortes de plazas, incluidos puestos del área editorial.