Pemex tiene facturas por pagar que pueden repercutir en su produccion, al no poder contar con los servicios que requiere. Foto archivo.
Pemex tiene facturas por pagar que pueden repercutir en su produccion, al no poder contar con los servicios que requiere. Foto archivo.

4 de dic. (Bloomberg) -- Las empresas que ayudan a mantener en funcionamiento los debilitados pozos petroleros de México llevan meses esperando para cobrar, y las deudas se están acumulando, lo que complica los esfuerzos por resucitar una industria cuya producción ha caído 50% desde 2004.

     Ante la presión del gobierno para reducir el gasto, Petróleos Mexicanos ha retrasado hasta siete meses algunos pagos a contratistas. El resultado: los bienes y servicios son cada vez más escasos y a los contratistas les resulta cada vez más difícil asegurar financiamiento.

     “Los inversionistas y las agencias calificadoras no tienen confianza en lo que Pemex está haciendo en el sector”, dijo Sergio Suárez Toriello, director de estrategia de Marinsa de México, que realiza trabajos por contrato para Pemex. “Este es el mayor riesgo para los proveedores: obtener acceso a recursos y financiamiento para el capital de trabajo e inversión”.

     El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quiere terminar el año con superávit en todo el Gobierno, y ese objetivo ha desacelerado los pagos de Pemex, dijeron personas familiarizadas con el asunto a Bloomberg.

     López Obrador se comprometió a rescatar a Pemex de su deuda asfixiante y la caída de la producción a largo plazo. Pemex enfrenta a una deuda aproximada de 100 mil millones de dólares, la más elevada entre las principales petroleras del mundo.

     Pemex debe a Marinsa, la cual proporciona servicios a las plataformas de perforación marina de México, 155 millones de pesos (ocho millones de dólares), de acuerdo con Suárez Toriello. La compañía lleva esperando siete meses al pago de unos 47 millones de pesos (2.4 millones de dólares) de esa deuda por contratos de logística, señaló. La cantidad restante lleva en mora unos tres o cuatro meses.

     Marinsa no es la única empresa en tal situación. Otro proveedor internacional de servicios con presencia establecida en México enfrenta retrasos de más de tres meses en sus pagos, dijo una persona familiarizada con las finanzas que pidió que no se revelara su identidad porque la información es privada.

     Ni Pemex ni la Secretaría de Hacienda respondieron a solicitudes para que dieran sus comentarios sobre el tema.

     Desde que el colapso global del precio del petróleo llevó a Pemex a despedir trabajadores y recortar contratos en 2016, “el proceso de pago de Pemex ha cambiado mucho”, dijo Suárez Toriello. “No es bueno ni normal, pero es una dinámica con la que hemos estado viviendo en los últimos dos años”, manifestó el director.

     López Obrador ha hecho de la austeridad fiscal un pilar clave de su gobierno y quiere generar un superávit de 1% del producto interno bruto antes de pagos de intereses en 2019, el mayor en diez años. Esa disciplina presupuestaria, junto con unas tasas de interés que se encuentran entre las más altas del mundo, ha mantenido el peso estable a pesar de las fricciones con Estados Unidos.

     Pero no ha hecho mucho por la economía, que sufrió una pequeña recesión en la primera mitad del año, o el comercio petrolero del país.

     “En algún momento, la gente se va a dar cuenta de que son un cliente terrible”, manifestó Wilbur Matthews, fundador de Vaquero Global Investment, que negocia bonos de Pemex.

     Un impacto del retraso en los pagos son las crecientes dificultades para asegurar las plataformas, dijo Suárez Toriello. Marinsa tuvo que contratar una plataforma elevadora de China para perforar el campo petrolero Xikin en alta mar.

     Algunas plataformas de este tipo que ya están en el Golfo “no tienen la capacidad o las características técnicas que requiere Pemex” y también hay menos, dijo Suárez Toriello.

     Además, las plataformas elevadoras de Oro Negro con sede en Singapur no pueden ser rentadas debido a la actual demanda legal entre la compañía de servicios petroleros y Pemex. 

     Asimismo, los contratistas enfrentan a un nuevo sistema de licitación complicado que tiene por objetivo reducir aún más los costos y que se ha vuelto más opaco. El nuevo modelo acelera el proceso y da prioridad a las empresas nacionales frente a las extranjeras.

    “Hay una reconfiguración del sector”, manifestó Suárez Toriello.

    En lugar de que grandes actores internacionales como Schlumberger y Halliburton lideren los contratos de perforación como lo han hecho tradicionalmente, ahora tienen que pasar por un contratista mexicano para realizar parte del trabajo que solían hacerle directamente a Pemex.

    Los representantes de Schlumberger y Halliburton, mientras tanto, declinaron hacer comentarios.

     La naturaleza improvisada de las nuevas prácticas de contratación ha creado inquietud entre los proveedores mundiales de equipos, que suministran a empresas como Marinsa, dijo un agente de equipos que cubre el mercado latinoamericano, quien pidió que no se le nombrara para evitar represalias de Pemex, un cliente importante.

     A medida que Pemex toma medidas para exprimir su cadena de suministro para compensar la caída de la producción de petróleo y los bajos precios del crudo, los ejecutivos regionales del petróleo dijeron que ven similitudes con lo que sucedió en Venezuela en 2002 y 2003 después de un golpe fallido y una huelga petrolera contra el entonces presidente Hugo Chávez.

     Petróleos de Venezuela, con sede en Caracas, o PDVSA, presionó a los proveedores para que aceptaran precios más bajos con el costo de diferir las inversiones necesarias, y al mismo tiempo acumularon las facturas por pagar.

     El resultado final: las compañías globales de servicios petroleros terminaron cancelando miles de millones de dólares en pérdidas venezolanas una década después.

     Los inversionistas están buscando “más transparencia y una relación de independencia entre Pemex y el gobierno”, dijo Michael Roche, estratega de Seaport Global Holdings en Nueva York, cuando se le preguntó sobre las crecientes facturas de Pemex. “Esto va en contra de lo que los inversionistas también quieren: buen gobierno y prácticas de administración de empresas basadas en principios”.

 

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo                            

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Fecha de publicación: 04/12/2019

Etiquetas: Pemex Deudas Facturas Pendientes Servicios Producción Plataformas Renta Oro Negro