El presidente Donald Trump le entrega una pluma a Sen Chuck Grassley, republicano por Iowa, luego de firmar una ley de reforma de la justicia penal en la Oficina Oval de la Casa Blanca, el viernes 21 de diciembre de 2018, en Washington. La representante Virginia Foxx, republicana por Carolina del Norte, en primera fila, segunda de derecha a izquierda, observa. Foto AP/Evan Vucci.
El presidente Donald Trump le entrega una pluma a Sen Chuck Grassley, republicano por Iowa, luego de firmar una ley de reforma de la justicia penal en la Oficina Oval de la Casa Blanca, el viernes 21 de diciembre de 2018, en Washington. La representante Virginia Foxx, republicana por Carolina del Norte, en primera fila, segunda de derecha a izquierda, observa. Foto AP/Evan Vucci.

Washington, 24 de jun. (Dow Jones) -- Pocos sectores de la economía estadounidense se han visto tan afectados por el conflicto comercial China-Estados Unidos como los agricultores que producen maíz y soya, a quienes el senador republicano Chuck Grassley cuenta entre sus electores más fieles en Iowa.

     Esa es una de las razones por las que Grassley, uno de los republicanos de mayor rango en el Congreso, ha asumido un papel más opositor cuando se trata de las políticas comerciales del presidente Donald Trump.

     Después de que Trump propuso imponer aranceles a México a finales del mes pasado, Grassley, al ver la posibilidad de que los agricultores se vieran atrapados en el fuego cruzado nuevamente, emitió una declaración pública inusualmente crítica que calificó las tarifas propuestas como un abuso del poder presidencial.

     Dos semanas antes, Grassley elevó su voz ante el presidente durante una tensa reunión en la sala Roosevelt junto a otros legisladores republicanos sobre los aranceles al acero y aluminio de Canadá y México.

     La tensión fue provocada en parte, dijo Grassley, por un artículo de opinión que escribió para el diario The Wall Street Journal en abril. El senador argumentó que Trump no podría obtener la aprobación del senado para el nuevo Tratado México- Canadá-Estados Unidos, o T-MEC, a menos que primero cancelaran los aranceles.

      “Yo no estaba enojado con el presidente” dijo Grassley, pero agregó que Trump parecía estar enojado por su artículo de opinión publicado en el diario.

     La Casa Blanca se negó a comentar sobre el rípido intercambio de Trump con Grassley.

     Poco después de la reunión, Trump acordó anular las tarifas al acero y aluminio, una medida que Larry Kudlow, el asesor económico de la Casa Blanca, acredita en parte a la influencia de Grassley.

     “Levantará la voz para recalcar una cuestión”, dijo Kudlow sobre el senador.

     Debido a que el T-MEC enfrenta resistencia de los demócratas, Trump cuenta con un sólido apoyo de los republicanos como Grassley para asegurar la ratificación del acuerdo. Pero el apoyo de los legisladores ha sido puesto a prueba, más recientemente por la amenaza de Trump de imponer aranceles de hasta 25% a los 347 mil millones de dólares en importaciones provenientes de México.

     “Algo así como un paso adelante imponiendo los aranceles al acero y al aluminio y dos pasos atrás”, dijo Grassley. “No hubo ninguna consulta, así que me enteré por los medios de comunicación”.

     El acuerdo de México para fortalecer la seguridad fronteriza ha mitigado las amenazas arancelarias por ahora, pero Grassley y otros legisladores dijeron que seguirán adelante con la legislación para frenar las leyes de la época de la Guerra Fría que le dan al presidente la autoridad para imponer sanciones comerciales.

     Grassley y las compañías estadounidenses atrapadas en el punto de mira argumentan que una ley comercial conocida como la Sección 232 otorga indebidamente a los presidentes demasiado poder sobre los aranceles, que la Constitución delega en el Congreso.

     Mientras tanto, los republicanos que tienen en mente las elecciones de 2020 están discutiendo si su partido representa aranceles reducidos y un sistema de comercio abierto o un cambio a una economía más protegida para apuntalar los sectores enfermos de la manufactura estadounidense.

     En Iowa, Joni Ernst, senadora republicana del estado, está siguiendo una vía delicada en su reelección de 2020 entre apoyar los objetivos políticos de Trump y criticar los aranceles que llevan a las represalias extranjeras contra los productos agrícolas estadounidenses, incluidos el maíz y la soya cultivada en la granja familiar de Grassley.

     “Seamos honestos, los intereses de la agricultura están siendo afectados”, dijo Wendy Cutler, ex funcionaria de comercio en la administración de Obama y vicepresidenta en Asia Society Policy Institute.

     Grassley ha defendido la confrontación de Trump con Beijing y dijo que la agricultura estadounidense también ha sufrido las prácticas chinas, como el robo de semillas de maíz de alta tecnología. En su lugar, ha enfocado sus críticas a los aranceles estadounidenses impuestos a los aliados y países socios.

     Eliminar los aranceles del acero y el aluminio fue en parte una oferta de paz para alentar a los legisladores de los tres países a ratificar el T-MEC, que tiene como meta reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, del cual Trump ha amenazado con retirarse.

      Aunado al senador Pat Roberts (republicano por Kansas) y otros senadores de los estados agrícolas, Grassley se ha reunido regularmente con Trump para hablar de comercio durante un año y medio. A principios de 2018, él y otros senadores dijeron que ayudaron a persuadir al presidente para que se mantuviera en las negociaciones tendientes a reemplazar el TLCAN en lugar de retirarse del acuerdo, lo que habría perjudicado a los agricultores del Medio Oeste.

     Después de la jubilación del senador Orrin Hatch, Grassley, de 85 años de edad, asumió este año el cargo de presidente temporal en el Senado, convirtiéndolo en el tercero en la línea de sucesión a la Oficina Oval.

     Además, lo que es más importante, él asumió el papel Hatch como presidente del Comité de Finanzas, lo que le dio influencia en la consideración del acuerdo T-MEC con México y Canadá, así como un papel clave en la elaboración de leyes que frenarían los poderes arancelarios presidenciales.

     Si bien Hatch rara vez realizó reuniones informativas y evitó en gran medida las críticas a la administración republicana, Grassley regularmente organiza llamadas y reuniones con reporteros sobre la política agrícola y las tácticas comerciales de la administración.

     Los esfuerzos Grassley sobre los aranceles a los metales han trastornado a los halcones comerciales de la administración, quienes esperaban que Canadá y México acordaran cuotas u otros límites en sus exportaciones de acero y aluminio a Estados Unidos, de acuerdo con personas familiarizadas con las conversaciones. Trump les ha acreditado a las barreras comerciales a los metales el rejuvenecimiento de la industria del acero y la presión a los socios comerciales para abrir sus mercados.

     “Pueden pensar lo que quieran”, dijo Grassley. “El capitalismo y el libre comercio han reducido la pobreza en todo el mundo, y eso es para beneficio de Estados Unidos”, dijo.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 24/06/2019

Etiquetas: EUA Política Aranceles Acero Aluminio TLCAN T-MEC Aprobación Canadá México Exportaciónes