El líder opositor de Venezuela y autoproclamado presidente Juan Guaidó saludan a sus partidarios en Charallave, a las afueras de Caracas, Venezuela, el sábado 8 de junio de 2019. Guaidó está involucrado en una lucha de poder con el presidente Nicolás Maduro por el gobierno de Venezuela. Foto AP/Fernando Llano.
El líder opositor de Venezuela y autoproclamado presidente Juan Guaidó saludan a sus partidarios en Charallave, a las afueras de Caracas, Venezuela, el sábado 8 de junio de 2019. Guaidó está involucrado en una lucha de poder con el presidente Nicolás Maduro por el gobierno de Venezuela. Foto AP/Fernando Llano.

11 de jun. (Bloomberg) -- Cuando Donald Trump reconoció a Juan Guaidó como el líder de Venezuela en enero pasado, 50 gobiernos apoyaron de inmediato la decisión del presidente estadounidense en lo que fue una impresionante muestra de unidad occidental.

     Pero a medida que el esfuerzo por desalojar a Nicolás Maduro se estanca, muchos de esos países están trazando nuevas vías diplomáticas en Venezuela, ignorando los llamados estadounidenses para que no negocien con él.

     Las conversaciones recientemente concluidas en Noruega y las discusiones separadas entre Europa y ambos partes de la división venezolana han dejado a Estados Unidos al margen de los acontecimientos.

     Si bien persiste la preocupación generalizada de que Maduro no esté negociando en serio, un diplomático europeo de alto nivel dijo que se necesita un nueva estrategia porque han fracasado los esfuerzos liderados por Estados Unidos para derrocar al régimen.

     Entrevistas con una docena de funcionarios europeos y latinoamericanos dejaron en claro que están actuando no solo por desesperación por el futuro de Venezuela, sino también por las dudas de que la táctica estadounidense puede funcionar.

     William Burns, ex subsecretario de estado de Estados Unidos, dijo que Washington formó una coalición global efectiva contra Maduro, pero luego entró en disputas innecesarias con sus socios. Las “amenazas pasivas y agresivas de la acción militar de Estados Unidos” terminaron ayudando a Maduro a consolidar su control sobre el poder, dijo.

      “El gobierno estadounidense cayó rápidamente en una serie de trampas que han plagado su política exterior en otros lugares”, dijo Burns, quien es presidente de Carnegie Endowment for International Peace. “Escogió objetivos maximalistas que superaban con creces su capacidad y voluntad de invertir en los medios necesarios”.

     Y si bien estas preocupaciones son generalizadas, la probabilidad de éxito en estas conversaciones también parece ser escasa. Esfuerzos anteriores por negociar con Maduro han demostrado que su objetivo primordial es aferrarse al poder, mientras que el objetivo de la oposición y las docenas de países que respaldan a Guaido es sacarlo del mismo.

     Ese es el argumento de los estadounidenses que descartan cualquier posibilidad de éxito en estas negociaciones. Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado, dijo el 25 de mayo que “Lo único que se debe negociar con Nicolás Maduro son las condiciones de su partida y punto”.

     Hablando en condición de anonimato, un alto funcionario de Estados Unidos agregó que el régimen de Maduro sabe que las sanciones lo están socavando y espera que las conversaciones las mitiguen, no llamar a elecciones libres.

     Maduro solo ha provocado declive y penurias debido a su corrupción y mala gestión. Estados Unidos está listo para trabajar con el presidente interino Juan Guaidó para devolverles la riqueza y la prosperidad a los ciudadanos de Venezuela.

     Además, dijo el funcionario, si Maduro retiene el poder durante cualquier campaña política, con su capacidad para intimidar y bloquear a sus opositores, esa no sería una elección libre y nadie aceptaría sus resultados.

     Un diplomático europeo admitió su frustración luego de sus recientes pláticas con Maduro, quien hasta el momento no ha dado señales de que esté dispuesto a permitir una votación presidencial. Funcionario que señaló que para que los pedidos del gobierno de Maduro a fin de que el diálogo sea tomado en serio, un compromiso con un calendario electoral necesita estar sobre la mesa.

     Incluso entre las naciones europeas, no existe una estrategia uniforme sobre cómo avanzar en esto. Algunos gobiernos están a favor de las conversaciones recientemente concluidas en Oslo, que no generaron un gran avance, pero se espera que se reinicien, mientras que otros aliados de Estados Unidos prefieren trabajar a través del llamado Grupo de naciones de Lima, liderado por países latinoamericanos.

     En un intento por forjar una estrategia más unificado, ministros de relaciones exteriores del International Contact Group y el Lima Group se reunieron en Nueva York el lunes pasado para abogar por una “transición pacífica que conduzca a elecciones libres y justas”.

     “Vamos a poner todos nuestros esfuerzos para apoyar al pueblo venezolano a el fin de restaurar la democracia lo antes posible”, dijo a la prensa Nestor Popolizio, ministro de asuntos exteriores de Perú, en la Organización de Naciones Unidas.

     Aunque faltaron detalles sobre cómo hacerlo.

     Luis Almagro, jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo que la variedad de estrategias no coordinados muestra la falta de una táctica efectiva y cohesión de la comunidad internacional que solo da como resultado darle más tiempo a Maduro. Almagro respalda una estrategia que implique presión económica y una amenaza creíble de fuerza. 

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo                          

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Fecha de publicación: 12/06/2019

Etiquetas: Política Venezuela EUA Washington Trumpo Nicolás Maduro Poder Golpe Estado Aliados Estrategias Fallidas Pláticas