Las negociaciones entre Estados Unidos y México para encontrar soluciones a la problemática de la migración en la frontera que comparten llegaron a buen puerto, luego de que ambos países acordaran una serie de medidas para reducir y regular la llegada de personas provenientes de Centroamérica. Foto de AP/Luis Alonso Lugo.
Las negociaciones entre Estados Unidos y México para encontrar soluciones a la problemática de la migración en la frontera que comparten llegaron a buen puerto, luego de que ambos países acordaran una serie de medidas para reducir y regular la llegada de personas provenientes de Centroamérica. Foto de AP/Luis Alonso Lugo.

7 de jun. (Sentido Común) -- El gobierno de México logró esquivar una fuerte amenaza que se cernía sobre el país y no tendrá que pagar aranceles, al menos por ahora, al exportar productos a Estados Unidos, luego de una semana de negociaciones de alto nivel entre ambos países.

     La amenaza de los aranceles vino del presidente Donald J. Trump, quien anunció sus intenciones de empezar a cobrar una cuota de 5% a todos los productos mexicanos, ante la supuesta inacción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para frenar el creciente flujo de inmigrantes ilegales provenientes de Centroamérica.

     El mandatario americano dijo que cobraría los aranceles a partir del 10 de junio e incluso tenía pensado subirlos de manera gradual hasta 25% si no veía compromiso de México para frenar el tráfico de migrantes.

     Por ello es que una delegación de funcionarios mexicanos, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, la embajadora mexicana en Estados Unidos, Martha Bárcena, y el subsecretario para América del Norte de Relaciones Exteriores, Jesús Seade, viajó a la capital estadounidense desde el fin de semana pasado para hablar con gente del gabinete de Trump.

     Al final, ambos países llegaron a buen puerto tras reconocer que era necesario incrementar la seguridad en la frontera sur de México y trabajar en el mediano plazo en un plan que mejore el desarrollo de Centroamérica.

     El acuerdo alcanzado entre ambos países establece que México desplegará alrededor de seis mil elementos de la recién creada Guardia Nacional en la frontera con Guatemala para limitar inmigración de personas de origen centroamericano.

     “México incrementará significativamente su aplicación de la ley mexicana a fin de reducir la migración irregular incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional dando prioridad a la frontera sur”, dijo el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en una conferencia de prensa. “México está tomando acciones decisivas para desmantelar las organizaciones de tráfico y trata de personas. Así como sus redes de financiamiento y transporte ilegales”.

     El gobierno de López Obrador también aceptó recibir temporalmente a los migrantes centroamericanos que soliciten asilo en Estados Unidos, hasta que se resuelvan sus casos en las cortes del país vecino del norte, algo que si bien no es la demanda estadounidense de considerar a México un tercer país seguro sí cumple al menos parcialmente la demanda que hizo la Casa Blanca en la negociación.

     “Los Estados Unidos extenderán de manera inmediata la instrumentación de la sección 235 a lo largo de su frontera sur. Ello implica que quienes crucen la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo serán retornados sin demora a México donde podrán esperar las resoluciones de sus solicitudes”, agregó el canciller mexicano en su conferencia de prensa.

     México rechazó la posibilidad de convertirse un Tercer País Seguro cuando a finales de enero Estados Unidos comenzó a deportar un grupo de 20 migrantes centroamericanos por día a la garita de San Ysidro, para que esperen en territorio mexicano mientras se realizan las audiencias en los tribunales de inmigración del otro lado de la frontera que determinarán si reciben asilo en suelo estadounidense y sólo aceptó recibirlos por razones humanitarias.

      Actualmente, alrededor de ocho mil inmigrantes de países de Centroamérica esperan en México a que sean procesadas sus solicitudes de asilo en Estados Unidos, pero con el acuerdo este número podría aumentar de manera considerable.

     Trump, al llegar a suelo estadounidense luego de una gira por Europa, anunció que ponía en pausa sus intenciones de usar aranceles como herramientas de negociación, algo que muchos han criticado en el pasado.

     “Los aranceles programados para ser implementados por Estados Unidos el lunes contra México quedan suspendidos indefinidamente”, escribió e presidente, en su cuenta personal de Twitter. “México, a su vez, ha acordado tomar medidas sólidas para detener la marea de la migración a través de México, y a nuestra frontera sur”.

     La dificultad que México enfrentaba y, sobre todo, el riesgo que representaba una política más restrictiva para sus exportaciones provocaron que muchos, aunque tienen reservas, celebraran que el país haya esquivado la amenaza por ahora.

     México exporta casi ocho de cada 10 productos que vende fuera de sus fronteras hacia el mercado estadounidense y, de acuerdo con datos de la oficina del Departamento de Comercio de Estados Unidos, este país fue el principal socio comercial de los americanos en el primer trimestre del año.

     “Gracias al apoyo de todos los mexicanos se logró evitar la imposición de aranceles a los productos mexicanos que se exportan a EEUU”, dijo Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, en una publicación en la red social Twitter.

     Claro que esa amenaza no está desarmada del todo y el nuevo paquete de medidas, así como las acciones adicionales planteadas a partir de esta negociación, será revisado de manera conjunta en un periodo de 90 días.

     México en esta ocasión también se comprometió a ofrecer empleo, acceso a servicios médicos y de educación, así como proteger los derechos de los migrantes y sus familias que soliciten asilo en los Estados Unidos.

     “México por razones humanitarias y en cumplimiento de sus obligaciones internacionales autorizará la entrada de dichas personas mientras esperan la resolución de sus solicitudes de asilo”, dijo Ebrard.

     Por su parte, Estados Unidos aceptó invertir en el programa de desarrollo para Centroamérica que elaboró el gobierno de México, junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, o Cepal, que pretende impulsar las economías de países como El Salvador, Guatemala y Honduras, para reducir la migración forzada al norte del continente.

     “Ambos países reconocieron la importancia fundamental de resolver rápidamente la emergencia humanitaria y la situación de seguridad prevalecientes. Los gobiernos de México y Estados Unidos trabajarán conjuntamente lo más pronto posible para alcanzar una solución duradera”, señala el comunicado conjunto de las dos naciones.

     Trump sin embargo añadió un nuevo elemento al acuerdo, pues dijo que México comenzará a comprar de manera inmediata productos agrícolas a Estados Unidos, aspecto que aún no ha sido confirmado por la administración del presidente López Obrador.

     “México ha acordado comenzar a comprar de forma inmediata grandes cantidades de productos agrícolas de nuestros grandes agricultores”, escribió el mandatario estadounidense en su cuenta @realDonaldTrump.

     El compromiso de compras agrícolas no está plasmado en el acuerdo anunciado de manera conjunta y es muy probable que se materialice a partir de la entrada en vigor del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, o T-MEC, que está en espera de ratificación en los congresos de los tres socios norteamericanos.

     Sin embargo, Trump aprovechó la ocasión para pedir a los congresistas del Partido Demócrata que despejen el camino para la ratificación del T-MEC, ya que a su juicio el acuerdo comercial es favorable para los agricultores, los trabajadores del sector manufacturero y los sindicatos de su país.

     “La nerviosa Nancy Pelosi y los congresistas demócratas no están haciendo nada. Tal vez podrían liderar el camino con el USMCA [T-MEC], el espectacular y muy popular nuevo acuerdo comercial que reemplaza al TLCAN, el peor acuerdo comercial en la historia de los EE.UU. ¡Ideal para nuestros granjeros, fabricantes y sindicatos!”, agregó Trump en la misma red social.

     Ahora, sin la amenaza de aranceles, es probable que el T-MEC sea ratificado por los congresos de los tres países a más tardar este verano.

 

 


Fecha de publicación: 07/06/2019

Etiquetas: México migración aranceles EUA Trump López Obrador Ebrard