12 de sep. (Dow Jones) -- Los funcionarios del Banco de la Reserva Federal, o Fed, dejaron muchas preguntas sin respuesta cuando decidieron el año pasado reducir el portafolio del banco central conformado principalmente por valores hipotecarios y bonos del Tesoro.

Ahora están iniciando un debate interno para responder una de las preguntas más críticas: ¿Cómo será exactamente dicha cartera cuando ésta se reduzca?

La Fed ha decidido que quiere mantener en su poder principalmente bonos del Tesoro en lugar de valores hipotecarios una vez que esté hecho. Pero no ha decidido cómo será la combinación de esos títulos del Tesoro. ¿Serán principalmente bonos a muy corto plazo? ¿O incluirá una gran parte de bonos a más largo plazo?

La diferencia es decisiva. En la última década, la política de la Fed ha operado con base en la teoría de que mantener en su portafolio valores a largo plazo estimula los mercados financieros y la economía al mantener bajas las tasas de interés a largo plazo.

Se cree que esto lleva a los inversionistas a preferir los activos con mayor riesgo, como las acciones y los bonos corporativos, y que también alienta la inversión empresarial y el gasto del consumidor. Mantener valores a corto plazo, según dicha teoría, implica poco estímulo económico.

Ésta idea fue la base de la estrategia de Ben Bernanke, el ex presidente de la Reserva Federal, de optar por mantener en su haber bonos del Tesoro a largo plazo durante la crisis financiera. Las estimaciones de la Fed sugieren que dicha estrategia redujo las tasas de interés a largo plazo en un punto porcentual completo, lo que hizo que fuera menos costoso pedir prestado para los millones de propietarios de viviendas, compradores de automóviles y corporaciones. La combinación de bonos a largo y corto plazo también influye en los costos de endeudamiento del gobierno federal.

Funcionarios de la Fed, encabezados por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York y economistas del directorio de la Fed en Washington, D.C., están comenzando estudios y debates internos sobre cómo administrar esa combinación de largo plazo y corto plazo en la cartera del Tesoro de la Fed en los próximos años, de acuerdo con varias personas familiarizadas con el asunto.

Esta es una de las grandes preguntas que enfrenta el presidente de la Fed, Jerome Powell, y que incluye qué tan grande debe ser la cartera general en el largo plazo y qué herramientas se deben usar para administrar las tasas a corto plazo.

Powell está en una posición única para liderar tales discusiones. A principios de la década de los noventa, como alto funcionario del Tesoro de Estados Unidos, supervisó la política de gestión de la deuda, incluyendo preguntas sobre cuántos bonos a largo plazo emitiría el gobierno.

El proceso de revisión y el debate interno sobre la composición de la cartera está en sus primeras etapas y esto podría llevar meses, dijeron estas personas.

“Todos se han centrado en la magnitud final del balance, pero también tienen que tomar una decisión importante sobre su composición”, dijo Brian Sack, que dirigió el departamento de mercados de la Fed de Nueva York de 2009 a 2012 y que ahora es el director de economía en el gestor de fondos de cobertura DE Shaw Group. “No han dicho nada sobre la composición de los vencimientos en sus activos del Tesoro”.

Los funcionarios dijeron que no tienen prisa para finalizar su estrategia. “Esto es algo en lo que hay que pensar”, dijo en una entrevista James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis. “Estamos en buenas condiciones ahora. Y tenemos que abordar esto más seriamente el próximo año”.

Es probable que las opciones de la Fed caigan en algún lugar entre dos estrategias. La primera se enfocaría a una estrategia “neutral de vencimientos” que mantenga una cartera de letras, pagarés y bonos en una proporción que refleje la emisión por parte del Departamento del Tesoro de estos valores.

Alternativamente, los funcionarios podrían ponderar su cartera principalmente hacia los bonos del Tesoro y otros valores con vencimientos más cortos, lo inverso a sus intervenciones de la era de la crisis en bonos a largo plazo y una que proporcionaría menos apoyo a la economía.

En algún momento, después de reducirse a un tamaño que la Fed considere apropiado, la cartera de la Fed comenzará a crecer de nuevo, en línea con el crecimiento natural de la economía y el suministro de dinero. Eso significa que la Fed necesitará una estrategia sobre cómo ésta debería crecer. Para complicar la planificación, pasarán años hasta que los valores hipotecarios venzan pasivamente y sean reemplazados por bonos del Tesoro.

La participación de la Reserva Federal en los valores de duración más corta es mucho más baja ahora que antes de la crisis. En 2007, alrededor de la mitad de sus valores del Tesoro vencían en un año o menos, en comparación con el 17% actual.

Los funcionarios están divididos acerca de cuál estrategia sería la mejor.

Concentrar sus activos en cualquier rango de vencimiento podría distorsionar el funcionamiento del mercado. Esto aboga por una combinación de tenencias de valores a corto y largo plazo que refleje la oferta de valores que ya están en el mercado.

Pero diversificar las tenencias en general en muchos vencimientos significa cierta medida de estímulo potencialmente no deseado para la economía en forma de tenencias a largo plazo. Mantener una combinación adecuada podría ser complicado, si el Tesoro cambia la combinación de sus valores emitidos, alterando la combinación de valores en el mercado.

Una cartera fuertemente concentrada en bonos a corto plazo le proporciona flexibilidad operativa a la Fed. Debido a que esos bonos son muy líquidos, estos pueden reemplazarse fácilmente en una emergencia y transferirse a otros activos, como los préstamos a través de la ventanilla de descuento de la Fed a los bancos en una crisis.

“Esa flexibilidad podría ser útil en algunas circunstancias”, dijo Sack.

Una cartera concentrada en cuentas a corto plazo tiene algunas otras ventajas. Permitiría a los funcionarios de la Fed argumentar que ya no están proporcionando a la economía un estímulo no convencional, algo que los republicanos criticaron durante y después de la crisis financiera.

Algunos republicanos le dijeron a Powell en una audiencia el mes pasado que estaban preocupados de que la Fed pudiera mantener una cartera más grande, una señal de la persistente desaprobación a las intervenciones de la era de crisis del banco central.

Finalmente, una cartera con tenencias mayoritariamente con vencimiento más corto le daría a la Fed otra palanca de emergencia de la cual tirar en caso de que se presente otra recesión. En esa situación, podría volver a convertir la cartera en valores a largo plazo para proporcionar un nuevo estímulo, como lo hizo en 2011 con el programa llamado “Operación Twist”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo                             

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Fecha de publicación: 12/09/2018

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