México dice Shell vende gasolina cara, Petro Seven barata; mejorará medición

El gobierno de México anunció esta mañana, en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuáles son los distribuidores que venden la gasolina a mayor y menor costo en el país, con la intención de ver si los  empresarios podrían estar aumentando de manera ilegal sus márgenes de ganancia, aunque reconoció que es necesario afinar la metodología.

     De acuerdo con los datos disponibles, la empresa anglo-holandesa Shell es quien tiene un precio de venta promedio más alto en México, en tanto que la compañía Petro Seven, que opera gasolinerías en conjunto con la cadena de tiendas de conveniencia Seven-Eleven, es quien tiene un promedio de precios más bajo.

      Las estaciones que operan bajo la marca Shell venden la gasolina de bajo octanaje a un precio promedio en México de 20.23 y la de alto octanaje a 21.61 pesos, informó Rocío Nahle García, la secretaria de Energía federal.

     Los precios de Shell están 3.7% por arriba de los 19.51 pesos por litro que venden las estaciones de la empresa estatal Petróleos Mexicanos para el caso de la gasolina regular y están 3.8% por encima de los precios de la petrolera estatal para la gasolina Premium.

     Por el contrario, Petro Seven vende la gasolina de bajo octanaje a 18.74 pesos por litro y la de alto octanaje a 20.35 pesos, por debajo del promedio al que vende Pemex, como también se conoce a la empresa propiedad del Estado.

      Claro que, como el propio presidente López Obrador lo explicó en conferencia, esos costos tienen muchas variables que hay que tomar en cuenta como la distancia de las gasolineras con respecto a las refinerías o la infraestructura que haya para transportarlas, que pueden incidir en el aumento de los costos en diferentes regiones de México.

     De ahí que las gasolineras que se encuentran más aisladas probablemente registren precios mayores en comparación con otras que tengan mayor facilidad para tener el hidrocarburo, lo que aumenta los gastos operativos de las empresas.

     “Hay gasolineras que están vendiendo caro las gasolinas y el diésel porque están en lugares muy apartados, es el caso de La Yesca, es el caso de Durango”, dijo el primer mandatario, ante reporteros. “Por eso tenemos que afinar el método para ser precisos”.

      En la lista expuesta por Nahle se observa que la mayoría de gasolinerías con precios más bajos se encuentran en el estado de Tamaulipas, mientras que entre aquellas con mayores precios prevalecen las que están asentadas en el estado de Michoacán.

     La manera de promediar los precios de las gasolinas no revela toda la información necesaria para comprender los componentes que determinan el precio final de una estación de servicio, los cuales incluyen el valor del combustible en los mercados internacionales, la cotización del tipo de cambio, el impuesto que cobra el gobierno y los costos asociados al transporte y almacenamiento de cada estación.

     Así, los datos presentados hoy pueden generar un sesgo porque no se toma en cuenta el posible incremento de precios explicado por los costos asociados a la distribución de combustibles.

      La semana pasada, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, dijo en otra conferencia del presidente que se ha registrado un incremento en el margen de ganancia por parte de las empresas con respecto al primer trimestre de 2018, conforme el precio de las gasolinas empezó su proceso de liberación luego de casi ocho décadas de monopolio estatal.

     Si bien algunas alzas en los precios pudieran ser atribuibles a lo que puede describirse como abuso por parte de las gasolineras, otros agentes han dicho que es necesario también aumentar la infraestructura de esta industria.

     La Comisión Federal de Competencia económica o Cofece, que es la entidad encargada de combatir las prácticas monopólicas y concentraciones ilegales, concluyó hace poco en un estudio que las empresas gasolineras pueden estar llevando a cabo prácticas ilegales en ciertas regiones del país para poder acrecentar sus márgenes de ganancia, pero que eso podría atenuarse si hubiera mayor infraestructura.