Las medidas proteccionistas que aplicó el gobierno de México para contrarrestar la aplicación de aranceles que ordenó Estados Unidos tendrán poco impacto en el desempeño de la economía, pero sí representan una mala señal del estado de la relación bilateral y podrían dañar el perfil crediticio mexicano si esas tensiones escalan, dijeron los expertos de la agencia calificadora Moody’s Investors Services.

     Estados Unidos determinó gravar con 10% las importaciones de aluminio y con 15% las de acero provenientes de Canadá, México y la Unión Europea, a pesar que en el pasado estos países eran vistos como aliados comerciales, por considerar que los elevados niveles de compras desde el exterior amenazaban la seguridad nacional del país.

     En respuesta, México optó por imponer aranceles a algunos bienes estadounidenses, como la carne de cerdo, algunos tubos y láminas de acero, el whiskey o las uvas, entre otros.

     Moody’s dijo que si bien los efectos económicos de esos aranceles no será grande para la economía de ambos países, es probable que esto dificulte la relación comercial con el mercado de exportación más importante, en caso de verse inmersos en una guerra comercial.

     “Los aranceles estadounidenses y las medidas en respuesta de México podrían dar lugar a barreras comerciales macroeconómicamente significativas y disruptivas”, dijo Moody’s en un reporte. “Estos procesos son negativos para el crédito para México, considerando el incremento en la probabilidad de una escalada en las tensiones comerciales y mayores tensiones en la relación bilateral Estados Unidos-México”.

     Ambos países negocian, junto a Canadá, los términos de un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que regule las condiciones del comercio en la región.

     Sin embargo, estas negociaciones, que de por sí eran complejas, parecen haberse enfriado por el momento tras la decisión del gobierno de Trump de aplicar los aranceles al acero y aluminio canadiense y mexicano.

     Ahora, Moody’s, como antes hicieron otros, teme que la Casa Blanca opte por aplicar nuevos aranceles a México por las represalias que tomó el gobierno de Enrique Peña Nieto.

     “Si la administración de Estados Unidos responde con otra ronda de aranceles, que podrían tener como objetivo productos con alto contenido de acero o aluminio”, dijeron los expertos de Moody’s, en su análisis. “La confianza de los inversionistas y la competitividad de los productores domésticos muy probablemente empezará a erosionarse en ambos países”.

     Los temores de una guerra comercial están en el aire desde hace un par de meses, cuando la administración de Trump anunció que impondría aranceles a varios productos provenientes de China, por considerar que la nación asiática violaba sistemáticamente las regulaciones de propiedad intelectual.

     China, en respuesta, anunció la aplicación de medidas espejo que afectarán el valor de miles de millones de dólares en bienes que la segunda mayor economía del mundo importa desde el mercado estadounidense.

     Al tomar esas medidas, Estados Unidos contraatacó con una nueva ronda de aranceles, un comportamiento que los expertos de Moody’s estiman que podría repetirse tras las acciones tomadas por el gobierno mexicano contra su vecino del norte.

     Tanto Canadá como México iniciaron ya procesos de disputas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para tratar de desmantelar los argumentos esgrimidos por Estados Unidos para poner aranceles a la importación de esos metales.

     Hasta ahora no es claro cuándo podrían concluir las negociaciones para modernizar el TLCAN debido a que, además de los aranceles, aparentemente sigue habiendo serias diferencias en las reglas de origen del sector automotriz, los mecanismos de solución de controversias internacionales o la aplicación de una cláusula de terminación automática cada cinco años (sunset clause).

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Fecha de publicación: 07/06/2018

Etiquetas: Aranceles Comercio Economía EUA México Moodys TLCAN