El proceso de ratificación del nuevo tratado comercial de América de Norte continúa avanzando luego que la Cámara de Senadores de México avalara los cambios adicionales que acordaron los tres gobiernos para asegurar su aprobación en el Congreso estadounidense. Foto tomada de la cuenta de Twitter de Marcelo Ebrard, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El proceso de ratificación del nuevo tratado comercial de América de Norte continúa avanzando luego que la Cámara de Senadores de México avalara los cambios adicionales que acordaron los tres gobiernos para asegurar su aprobación en el Congreso estadounidense. Foto tomada de la cuenta de Twitter de Marcelo Ebrard, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

12 de dic. (Sentido Común) -- El proceso de ratificación del nuevo tratado comercial de América de Norte continúa avanzando luego que la Cámara de Senadores de México avalara los cambios adicionales que acordaron los tres gobiernos para asegurar su aprobación en el Congreso estadounidense.

     El acuerdo comercial, también conocido como T-MEC, había sido firmado hace un año por los presidentes de Canadá, Estados Unidos y México, pero no había sido ratificado ni en Canadá ni en Estados Unidos. Sólo el Senado mexicano le había ya dado su visto bueno.

     En Estados Unidos, la ratificación estaba incluso condicionada a que el gobierno de Donald J. Trump aceptara ciertos cambios propuestos por los legisladores del partido opositor, el Partido Demócrata, a fin de asegurar que las condiciones a favor de los trabajadores, en términos de libertad sindical y contratos colectivos, y del medio ambiente que contenía el acuerdo tuviesen “dientes” para asegurar una eficaz aplicación en los tres países --principalmente en México, una nación con un pobre récord en materia de una ejecución efectiva de la ley laboral y medioambiental.

     El gobierno de Estados Unidos así negoció con los demócratas algunos cambios al T-MEC, que luego rebotó con los gobiernos de México y Canadá, los cuales, tras diversas negociaciones, aceptaron realizar enmiendas al acuerdo original e incluir dos acuerdos paralelos.

     Con ello, ha quedado asegurada su ratificación en las legislaturas de Estados Unidos y Canadá, mientras que el Senado mexicano ha vuelto a ser el primero de los tres países en aprobar esos cambios, a fin de que pronto eso también ocurra en las otras dos naciones.

     “El protocolo de enmienda al Tratado entre México, Estados Unidos de América y Canadá (T-MEC) representan la culminación de un importante esfuerzo en negociación con el que se ha concretado un acuerdo comercial moderno y vanguardista”, dijo Gina Cruz Blackledge, una senadora del Partido Acción Nacional (PAN), durante la discusión de las modificaciones al nuevo acuerdo comercial y que al final fueron aprobadas. “Era necesario dar una señal clara a los mercados, a nuestros socios comerciales y a los grandes inversionistas que, en una era de proteccionismo, México apuesta por el libre comercio”.

      En concreto, con los cambios propuestos por los legisladores demócratas y negociados con la Casa Blanca, que a su vez los platicó con México y Canadá, el T-MEC incluye ahora mayores controles y restricciones para obligar a un efectivo cumplimiento de las leyes laborales y medioambientales en los tres países.

     También, los cambios propuestos reducen los años de protección que originalmente negociaron los tres países para la fabricación de medicamentos biotecnológicos.

     Así, el nuevo pacto crea métricas para evaluar la aplicación de la reforma laboral aprobada recientemente por el Congreso en México, de tal suerte que los trabajadores en los tres países de Norteamérica tengan las mismas garantías de una representación sindical democrática y efectiva, para su beneficio.

     Para los legisladores demócratas esto resultaba crucial, ya que sin esos derechos es poco probable que los trabajadores en México mejoren sus condiciones laborales, algo que esperan que ahora ocurra a fin de que las diferencias salariales entre los tres países vayan reduciéndose a medida que la economía mexicana progrese.

     Claro que en la negociación el gobierno mexicano logró también eliminar algunas de las propuestas de los demócratas que generaron preocupación aquí, como la posibilidad de que inspectores estadounidenses pudiesen visitar fábricas mexicanas para verificar el cumplimiento de las leyes laborales del país.

     Ahora bien, los tres países también acordaron modificar las reglas de origen del acero que utilizan los autos ensamblados en Norteamérica. De tal suerte, que, bajo el acuerdo modificado, el acero automotriz pasará a ser considerado como contenido regional después de siete años de la entrada en vigor del T-MEC, siempre y cuando los procesos de fabricación se dan en uno o más de los países norteamericanos, exceptuando los aditivos de acero.

    En lo relativo al sector farmacéutico, fueron eliminadas las disposiciones sobre el uso exclusivo por 10 años de productos biológicos y drogas de alto costo, así como la obligación de confirmar las patentes que estarán disponibles para nuevos usos médicos.

    En materia ambiental fueron incluidos en el nuevo T-MEC los tratados multilaterales que han firmado los tres países, los cuales deberán observarse durante el proceso de implementación del tratado y también las partes deberán adoptar siete acuerdos ambientales como prioritarios.

     Los cambios fueron aprobados por el Senado con 107 votos a favor y uno en contra.

     Ahora corresponde a los congresos de Estados Unidos y Canadá ratificar el T-MEC. Muchos analistas estiman que la Cámara de Representantes estadounidense aprobará el T-MEC la próxima semana, mientras que el Senado lo hará a inicios de enero.

     En Canadá, su legislatura podría darle el visto buen también la próxima semana.

     Una vez que los congresos de los tres países ratifiquen el texto, el T-MEC, que terminará sustituyendo al Tratado de Libre Comercio para América del Norte, o TLCAN, entrará en vigor tres meses después.

     El presidente Andrés Manuel López Obrador felicitó a los senadores mexicanos por pronta ratificación del T-MEC.

     “En México ya cumplimos: el Ejecutivo firmó y el Senado ratificó el T-MEC. Ahora corresponde hacer lo propio a los congresos de Estados Unidos y Canadá. Es una buena noticia”, escribió López Obrador, en su cuenta personal de la red social Twitter. “Nos va a ir muy bien, mucho muy bien, con este acuerdo, con este tratado”.

     Claro que los cambios realizados a la versión original del T-MEC no estuvieron exentos de críticas por parte de un sector de los senadores de oposición quienes consideraron que tiene puntos preocupantes que podrían afectar a México, por ejemplo, enfrentar denuncias por incumplimientos en contra de los compromisos laborales o ambientales.

     “Preocupa que, se llamen como se llamen, en este caso panelistas laborales, tengan la facultad de revisión en nuestro país”, dijo Vanessa Rubio, una senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante la misma sesión. “Va a significar que se va a vigilar, desde otro país, el cumplimiento de nuestras leyes laborales, aun no estando vinculadas a los temas del Tratado”.

     Otros legisladores advirtieron que la Cámara de Senadores tendrá que modificar la constitución para aplicar el T-MEC de forma correcta en temas como el sector farmacéutico o el medio ambiente.

     “El cambio en el artículo 20.46, que se refiere al ajuste en los plazos de las patentes de los biotecnológicos, nos compromete al Senado para legislar al respecto y fijar los plazos aplicables en nuestro país”, dijo el senador del PAN Gustavo Madero. “Los siete convenios ambientales referidos también nos obligarán al Senado a darle seguimiento para que nuestras autoridades estén preparadas y no seamos objeto de ninguna observación”.

 


Fecha de publicación: 11/12/2019

Etiquetas: Senado modificaciones T-MEC congresos EUA Canadá comercio