Pese a lo que se piensa, los mercados locales tuvieron un buen desempeño en el primer año de mandato de Andrés Manuel López Obrador. Foto de AP/Marco Ugarte
Pese a lo que se piensa, los mercados locales tuvieron un buen desempeño en el primer año de mandato de Andrés Manuel López Obrador. Foto de AP/Marco Ugarte

29 de nov. (Sentido Común) -- A un año de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, los mercados, pese a lo que pudiera pensarse, han tenido un desempeño positivo, aunque desligado del “espectacular” avance de sus pares estadounidenses y a los que regularmente sigue.

     Por lo general, la llegada de un nuevo presidente en México hace que muchos inversionistas tengan una actitud de espera para ver y conocer cuáles serán las prioridades y la forma de conducir la economía por parte del nuevo gobierno.

     En el caso de López Obrador, más aún por representar él una corriente de pensamiento económico menos cercana a la filosofía del libre mercado y más a tono con el nacionalismo económico, eso, vaticinaban algunos, se exacerbaría.

     Así, ante esa perspectiva y frente a la incertidumbre que generaron muchas de las decisiones que tomó el mandatario al inidio de su gobierno, muchas de ellas incluso contrarias al libre mercado --como la suspensión de las subastas de campos petroleros hasta que las empresas privadas que ya participan en la industria den resultados-- es bastante comprensible que los mercados financieros mexicanos registraran cierto desasosiego en los úlitmos 12 meses y contrario a lo que ha ocurrido en otros lugares.

     Aunque están lejos de representar una debacle, al contrario han registrado un desempeño incluso superior, en algunos casos, al registrado en el primer año de gobierno de los dos últimos presidentes mexicanos. Además de que muchos inversionistas y analistas creen que el moderado avance de los mercados en ese lapso está creando interesantes oportunidades de inversión, principalmente en el mercado accionario, que posiblemente puedan materializarse el próximo año.

     “Hoy en día la bolsa mexicana tiene un atractivo en términos históricos está barata en comparación a otras bolsas latinoamericanas, pero le faltan drivers”, dijo Cristóbal Doberti, director regional en estrategias de ahorro e inversión de Sura Asset Management, una firma colombiana con presencia en México en la administración de cuentas patrimoniales y pensiones, entre otras actividades.

      En los primeros 12 meses del mandato de López Obrador, el índice de la Bolsa Mexicana de Valores, el S&P /BMV IPC, ha subido 2.6%, eso es mayor al rendimiento de 1.6% del primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, pero muy por debajo del aumento de 19.3% de los primeros 12 meses del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.

     En el caso del peso mexicano, la moneda mexicana ha tenido una apreciación de 4.6% en este periodo, lo cual contrasta con la depreciación de 5.3% del primer año de gobierno de Peña Nieto, y muy por encima del avance de 1% que tuvo la moneda local en el año inaugural del mandato calderonista.

     “La relativa fortaleza del peso se explica por factores externos”, ya que el 83% de las operaciones con pesos mexicanos se llevan a cabo en el exterior, escribieron en un reporte estrategas de CI Banco, en referencia a muchos inversionistas extranjeros han vendido dólares y comprado pesos por las altas tasas de interés que encuentran en el país, junto con una moneda estable que les garantiza ganancias en dólares superiores a las que obtendrían en otras economía emergentes o incluso en economías desarrolladas.

     Claro que si bien esas mismas tasas de interés explican el buen desempeño que registraron los mercados de valores estadounidenses, en el caso mexicano no tuvieron el mismo impacto por el entorno global adverso, caracterizado por la disputa comercial entre China y Estados Unidos y la falta de la ratificación del gobierno estadounidense al Tratado México, Estados Unidos, Canadá, o T-MEC, y que remplazará al Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) si es ratificado por los congresos de Estados Unidos y Canadá.

     En México, el T-MEC no sólo ya fue firmado por el ejecutivo, sino también ratificado por la Cámara de Senadores.

     El entusiasmo en los mercados de valores estadounidenses por el entorno de bajas tasas quedó de manifiesto en el desempeño que han tenido los tres principales indicadores en los últimos 12 meses. El índice Standard and Poor’s 500 registró, en ese periodo, un avance de 13.8%, es decir cinco veces más el rendimiento del principal indicador de la bolsa mexicana en ese lapso, mientras que el Dow Jones avanzó 9.8% y el Nasdaq 8.2%.

     En cambio, en México la incertidumbre generada por algunas de las decisiones tomadas por la administración de López Obrador en materia de política económica propició una menor inversión pública y privada, lo que tuvo un fuerte impacto en el desempeño económico del país, como lo reflejó el estancamiento que registró la economía mexicana en los primeros tres trimestres de este año.

     Pero con todo ello, algunos analistas consideran que el compromiso presidencial de mantener finanzas públicas sanas, no incrementar la deuda pública en términos reales y fomentar la inversión privada, como lo demostró con en el plan de infraestructura que dio a conocer a inicios de esta semana, crean condiciones que pudieran generar un ambiente de mayor confianza en el futuro económico del país en los próximos meses.

     Como ejemplo, cuando el gobierno anunció, hace tres meses, la solución legal de un conflicto entre la Comisión Federal de Electricidad y tres empresas constructoras y administradoras de siete gasoductos para el abasto de gas natural, López Obrador generó un ambiente de mayor certeza y provocó que la bolsa cerrara agosto con el segundo mejor desempeño mensual del año.

    Si Estados Unidos ratifica el T-MEC en los próximos días o semanas y si los proyectos de infraestructura se comienzan a materializar, la bolsa mexicana podría ver un renovado impulso, más si en enero López Obrador muestra una actitud más flexible con la participación de los capitales privados, nacionales y extranjeros, en el mercado energético nacional, desde petróleo hasta generación de energías limpias.

     “En el mercado, existe la percepción de que el tono del gobierno hacia la iniciativa privada ha mejorado en los últimos meses, traduciéndose en un menor riesgo país”, dijo Octavio García, estratega de inversión de banca patrimonial y privada de BBVA, en un vídeo.

     Además, con el reciente Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura, que espera poder reactivar a la economía mexicana con 147 proyectos que representaran desembolsos por cerca de 859 mil millones de pesos (42 mil millones de dólares), es posible que, de concretarse, algunas empresas locales resulten beneficiadas.

      Tal sería el caso de Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra), dedicada a operar proyectos de infraestructura, como autopistas de peaje, o el conglomerado industrial Grupo Carso, o la cementera Cemex, que podrían resultar ganadoras de los 42 proyectos carreteros que incluye el plan anunciado de la mano del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), una de las organizaciones empresariales más importantes de México.

     “A mediano plazo, la perspectiva para México es positiva gracias a que mantiene solidos pilares para la estabilidad económica”, agregó García de BBVA. “Esperamos un crecimiento económico débil, pero con potenciales catalizadores para un mayor desempeño”

 

 

 

.


Fecha de publicación: 29/11/2019

Etiquetas: BMV Mercados Nyse AMLO Inversión México