Carlos Romero Deschamps, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, podría dejar su cargo por las supuestas acusaciones de corrupción en su contra. Foto de archivo.
Carlos Romero Deschamps, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, podría dejar su cargo por las supuestas acusaciones de corrupción en su contra. Foto de archivo.

15 de oct. (Sentido Común) -- El líder petrolero Carlos Romero Deschamps enfrenta diversas acusaciones ante la Fiscalía General de la República (FGR) que aparentemente lo están obligando a plantearse la posibilidad de dejar el cargo tras 26 años al frente del gremio.

     Las denuncias las confirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina, aunque dijo ser ajeno a las decisiones que podría tomar el líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) o los mismos trabajadores petroleros en cuanto a su futuro al frente de la organización.

     “Hay denuncias presentadas ante la fiscalía. . . Todo lo que nos llega se tramita, se le da curso y hay denuncias en la fiscalía general”, dijo López Obrador, en su conferencia de prensa matutina, en relación a posibles conductas ilegales de Romero Deschamps. “Si él toma la decisión de dejar el sindicato para atender estos asuntos está en su derecho, nosotros no nos vamos a meter”.

     La posible separación del cargo de Romero Deschamps marcaría el fin de otra era, en uno de los sindicatos más poderosos del país y que siempre ha sido controlado por líderes considerados fuertes y que, en ocasiones, han aprovechado el cargo para enriquecer a sus colaboradores más cercanos y a ellos mismos.

     Antes de Deschamps, el petrolero Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como “La Quina”, estuvo al frente del sindicato por casi tres décadas, periodo en el que incluso desafió a varios mandatarios.

     La Quina, sin embargo, fue destituido como líder del gremio petrolero en 1989 cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari, en un operativo militar y sigiloso, logró su arresto en su casa, en donde supuestamente encontraron armas de alto calibre.

     Al operativo ordenado por Salinas de Gortari se le bautizó como el “quiñazo” y con él el mandatario recuperó el control del sindicato petrolero.

     Hernández Galicia, quien falleció en 2013, y otros líderes petroleros cercanos a él, como Salvador Barragán Camacho, fueron así encarcelados y acusados también de fraude. La Quina fue condenado incluso a pasar 35 años de prisión, aunque salió antes de la cárcel, en 1997, tras recibir una amnistía.

     A Hernández Galicia lo reemplazó Sebastián Guzmán Cabrera, quien cuatro años después fue, a su vez, sucedido por Romero Deschamps en 1993.

     El actual líder petrolero, quien tiene 76 años de edad, goza de una muy pobre reputación por el desplante de riqueza que ha desplegado él y sus hijos en redes sociales y que para muchos confirman los altos grados de corrupción que existen al interior del sindicato y dentro de la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.

     En una página de internet de la Secretaría de la Función Pública, donde se hacen públicos los sueldos de los funcionarios públicos, Romero Deschamps incluso aparece en dos ocasiones como trabajador de Pemex (Corporativo) con dos sueldos mensuales netos por 31 mil 671.68 y seis mil 881.70 pesos.

     El STPRM no revela los sueldos de sus dirigentes, pero para muchos analistas políticos las cifras de los ingresos oficiales del líder Romero Deschamps muy probablemente distan del estilo de vida que lleva él y su familia, lo que ha levantado sospechas de actividades irregulares desde hace ya varios años.

     En el año 2000, el líder, quien ha sido también dos veces diputado federal y dos veces senador de la República por el hoy partido de oposición, Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue incluso involucrado en un escándalo, conocido como Pemexgate, por haber supuestamente participado en el desvío de mil 100 millones de pesos desde las arcas del sindicato petrolero, a la campaña presidencial del candidato priísta, Francisco Labastida Ochoa, quien buscaba suceder al presidente Ernesto Zedillo.

     Labastida, sin embargo, perdió la elección contra el candidato opositor, Vicente Fox, un resultado que marcó el final de la hegemonía de ocho décadas en el poder por parte del PRI.

     En esta ocasión y a diferencia de lo ocurrido con Hernández Galicia, López Obrador quiso desmarcarse de una posible influencia de la Oficina de la Presidencia en la salida del líder sindical, quien fue reelecto al cargo hace apenas 10 meses y quien debía permanecer al frente del gremio hasta 2024.

     “Él va a resolver este asunto, no vamos nosotros a quitar a un dirigente para poner a otro dirigente, no nos corresponde, ese es un asunto que tienen que resolver los mismos trabajadores y de conformidad con la ley y los estatutos que existen en el caso del sindicato petrolero”, agregó López Obrador durante su conferencia matutina.

     Claro que para muchos las denuncias que enfrenta el líder petrolero podrían estar motivadas por el mismo gobierno de López Obrador para que dimita y el mandatario pueda tener el control de ese gremio a fin de limpiar los altos niveles de corrupción que diversos especialistas dicen que existen en ese sindicato.

     El presidente también dijo que respetaría los procesos internos del sindicato para la elección de quien será el próximo secretario general, ya que no está en sus funciones determinar a los líderes sindicales.

     Las denuncias que enfrenta Romero Deschamps en la Fiscalía las presentaron a principios de este año sus opositores dentro del gremio de petroleros. Sus adversarios lo acusaron de delincuencia organizada, lavado de dinero, evasión y defraudación fiscal, así como de realizar operaciones bancarias de 150 millones de dólares de procedencia ilícita, de acuerdo con la revista Forbes.

     A esas denuncias, se han agregado al parecer las que también presentó recientemente la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), una dependencia encargada de vigilar y detectar operaciones sospechosas en el sistema financiero mexicano y que está vinculada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Al parecer, UIF ha demandado a Romero Deschamps ante las autoridades de la FGR por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, reportó el diario Reforma.

     Claro que para algunos senadores de oposición, las denuncias contra Romero Deschamps parecen ser un modus operandi del gobierno actual para eliminar a quienes piensan de una manera diferente al actual gobierno. La amenaza de enfrentar cargos penales lleva a los opositores al régimen a renunciar a sus cargos a cambio de recibir impunidad para no pisar la cárcel, algo que es desde el punto de vista de algunos es un acto de corrupción.

     Romero Deschamps “es una de las expresiones más acabadas de la corrupción sindical, de la corrupción política y ha sido una figura protegida del régimen por años”, dijo Emilio Álvarez Icaza, senador independiente, a periodistas en la Cámara Alta. Si el gobierno no atiende el caso, “mandaría una señal de un pacto de impunidad: no me estorbas, pero te garantizo impunidad”.

     Sentido Común intentó contactar al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana para corroborar la posible renuncia anticipada de su secretario general, sin recibir respuesta por parte del gremio.

 

 

 


Fecha de publicación: 15/10/2019

Etiquetas: México Romero Pemex Sindicato STPRM Petróleo UIF