La asociación de Advanced Micro Devices (AMD) con empresas chinas ha permitido que el país oriental esté por dar grandes pasos en el área de las súper computadoras. Foto archivo.
La asociación de Advanced Micro Devices (AMD) con empresas chinas ha permitido que el país oriental esté por dar grandes pasos en el área de las súper computadoras. Foto archivo.

18 de jul. (Dow Jones) -- Advanced Micro Devices (AMD) se transformó de ser una empresa inmersa en dificultades financieras, a ser el sueño de todo inversionista en tan solo tres años, cambio que comenzó con la decisión de ayudarles a sus socios chinos a desarrollar la tecnología avanzada de microcircuitos para computadora.

     El acuerdo pudo haber ayudado a salvar la compañía, pero también alarmó a los funcionarios de seguridad nacional de Estados Unidos, quienes lo vieron como una amenaza para su objetivo de frenar la industria de la supercomputación de China.

     El mes pasado, después de años de fricción, el Departamento de Comercio emitió una orden que efectivamente les proscribe a varias entidades chinas --incluidos los socios de AMD-- obtener la tecnología estadounidense.

     Parecía que Estados Unidos había logrado frenar el flujo de tecnología informática de punta a China. Pero en realidad, eso ya era demasiado tarde.

     Las versiones chinas de los semiconductores de AMD ya estan saliendo de las líneas de producción. Y dicha tecnología le está ayudando a China en su competencia con Estados Unidos por construir la primera supercomputadora de próxima generación, una herramienta esencial para desarrollar aplicaciones tanto civiles como militares avanzadas.

     El socio chino de AMD, un contratista militar, ya usa esos microcircuitos para construir lo que podría ser la supercomputadora más rápida del mundo, de acuerdo con expertos informáticos de alto desempeño que saben del proyecto.

     La asociación con el fabricante de microcircuitos con sede en Santa Clara, California, fue un gran cambio para China, que durante mucho tiempo no ha podido igualar el poder de supercomputación estadounidense debido a sus microcircuitos de menor capacidad, un producto que el país hasta ahora ha luchado por dominar a cabalidad.

     El acuerdo de AMD le dio a China acceso a los avanzados microcircuitos x86 de última generación, que son fabricados solo por dos compañías en el mundo: AMD e Intel. Empresas que poseen la tecnología de procesador más dominante en uso hoy en día.

     “Esa es la llave del reino”, dijo el general brigadier retirado Robert Spalding, que colaboró con el Consejo de Seguridad Nacional en 2017 y 2018 y que discutió con funcionarios de otras agencias las estrategias para impedir el trato de AMD. “Actualmente, todo está construido con base en la tecnología x86”.

     AMD dijo en una declaración por escrito que “ha cumplido y seguirá cumpliendo todas las leyes de Estados Unidos”, y que la tecnología transferida a China en el acuerdo no tiene el mejor desempeño que tienen otros productos estadounidenses que están disponibles comercialmente en ese momento.

     Funcionarios del Departamento de Comercio dijeron que la acción se realizó en consulta con otras agencias. Ésta le siguió a semanas de consultas del diario The Wall Street Journal sobre la asociación china de AMD y la creencia que tienen algunos funcionarios del gobierno de que AMD había planeado una sofisticada trama para evitar acatar lo dispuesto por los reguladores.

     Esta explicación de la prolongada batalla sobre el acuerdo entre AMD y el gobierno se basa en entrevistas con más de una docena de funcionarios gubernamentales actuales y anteriores, familiarizados con el acuerdo de la compañía con el gobierno de China, con ejecutivos senior de la industria de microcircuitos, abogados y reportes de empresas y gobiernos entregados a reguladores estadounidenses y chinos.

     Cuando Lisa Su fue nombrada directora ejecutiva de AMD en octubre de 2014, la compañía estaba desesperada por obtener efectivo, sus deudas aumentaban y sus ingresos disminuían. Sus acciones se habían reducido a alrededor de tres dólares por acción. Algunos analistas incluso predijeron que buscaría protección contra sus acreedores.

     Tres semanas después de obtener el cargo, Su, una neoyorquina nacida en Taiwán, viajó a Beijing para reunirse con funcionarios del Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información de China. Un viceministro chino la instó a asociarse con China “para lograr beneficios mutuos basados ​​en la fortaleza tecnológica de AMD”, de acuerdo un comunicado de prensa del ministerio en ese momento.

     En febrero de 2016, AMD llegó a un acuerdo de asociación con un desarrollador líder de supercomputadoras chino, un proveedor militar respaldado por el Estado,  llamado Sugon Information Industry, a fin de permitirle, bajo licencia, manufacturar el procesador x86 de AMD.

     “Hacer contribuciones a la defensa y seguridad nacional de China es la misión fundamental de Sugon”, decía su sitio web en diciembre de 2016. Sugon también fabrica computadoras para uso civil.

     A cambio, el gobierno chino le dio a AMD un salvavidas: 293 millones de dólares por la licencia, más regalías sobre las ventas de cualquier microprocesador desarrollado por la empresa.

     Ese abril, AMD recibió otro impulso de Beijing. Dijo que obtendría un pago de 371 millones de dólares por vender una participación de 85% en dos de sus fábricas de semiconductores en China y Malasia a una entidad controlada por China Integrated Circuit Industry Investment Fund, un fideicomiso respaldado por el Estado conocido como “el Gran Fondo”. Su misión es desarrollar la industria china de microprocesadores.

     Estados Unidos y China están compitiendo para desarrollar la primera computadora a gran escala del mundo, una supercomputadora de próxima generación que sería capaz de realizar cálculos de un quintillón por segundo.

     Mientras que las supercomputadoras se utilizan en tareas como la predicción del tiempo y la investigación del cáncer, también son parte integral del desarrollo de armas nucleares, encriptación, defensa contra misiles y otros sistemas.

     Los microprocesadores que producen las empresas estadounidenses para las supercomputadoras, incluido el x86 de AMD, son superiores a cualquiera que China intentara hacer por sí misma.

     “Los semiconductores son un espacio donde Estados Unidos sigue liderando a China y al resto del mundo”, dijo William Evanina, el principal funcionario de contrainteligencia del gobierno estadounidense.

     Poco antes de que AMD anunciara el acuerdo con Sugon, los funcionarios del Departamento de Defensa estadounidense se enteraron de una presentación que hicieron los socios de la empresa, en la que hablaban sobre el potencial del acuerdo para transformar al país en un líder en la tecnología para manufacturar procesadores.

     Los funcionarios del Pentágono rápidamente comenzaron a buscar formas de deshacer el trato, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.

     Cuestionaron a los representantes de la compañía y trataron repetidamente de que enviaran el acuerdo a una revisión de la Comisión de Inversión Extranjera en los Estados Unidos, o Cfius, de acuerdo con las personas.

     Las compañías buscan habitualmente la aprobación del comité para acuerdos que plantean problemas de seguridad nacional. El comité está dirigido por el Departamento del Tesoro e incluye los departamentos de Defensa, Comercio, Justicia y Energía, entre otros. La dependencia puede recomendar al presidente bloquear las inversiones extranjeras en activos de Estados Unidos por razones de seguridad nacional.

     AMD no presentó el acuerdo para la revisión del comité, argumentando que Cfius no tenía jurisdicción para revisar ese tipo de empresa conjunta, de acuerdo con las personas familiarizadas con el asunto. La compañía también afirmó que no estaba entregando ninguna tecnología de vanguardia. Los funcionarios del Pentágono encontraron que los argumentos eran opuestos a lo que la presentación decía.

     El acuerdo permite a AMD compartir tecnología con China mientras mantiene el control sobre la entidad que trabaja con su propiedad intelectual. La creación de la segunda empresa conjunta controlada por China permitió a las partes afirmar que el producto resultante se había desarrollado en China, un objetivo clave del gobierno chino.

     Si bien Cfius tiene jurisdicción para revisar las compras en el extranjero de activos de microprocesadores en Estados Unidos, no tiene una autoridad clara para revisar las empresas conjuntas en el extranjero que no otorgan el control de una entidad extranjera sobre un negocio estadounidense.

     AMD no tuvo que buscar una licencia de exportación del Departamento de Comercio porque eliminó las partes de su microprocesador x86 que hubieran requerido licencias, como la tecnología de encriptación, que China no necesitaba de cualquier manera.

     Los microprocesadores x86, en desarrollo para China y con el nombre en código Dhyana, son similares a los chips EPYC de AMD, menos la tecnología de encriptación estadounidense y que AMD omitió, dijeron personas familiarizadas con el acuerdo.

     Los gerentes estadounidenses de la empresa conjunta dijeron a los empleados que el microprocesador Dhyana se estaba desarrollando con fines comerciales, como proporcionar tecnología de procesamiento a gigantes tecnológicos chinos, como Baidu o Tencent Holdings, de acuerdo con una de las personas familiarizadas con el acuerdo.

     Sugon, sin embargo, dijo a los medios de comunicación estatales que la tecnología x86 podría servir a la apuesta de China para construir la primera supercomputadora de escala única del mundo. Las ofertas de trabajo de la empresa conjunta en chino pedían a los candidatos a ayudar a fortalecer las ambiciones domésticas de China.

     Sun Ninghui, director del Instituto de Tecnología Informática de la Academia de Ciencias de China, quien trabaja en estrecha colaboración con Sugon, comparó su estrategia de desarrollo de microprocesadores con lo que hizo China con los trenes de alta velocidad: introducir una tecnología extranjera en el mercado, absorberla y luego innovar para hacer de China un líder.

     “Esto incrementa gradualmente nuestra capacidad para comprender sus tecnologías principales”, dijo Sun a un periódico del gobierno. “De esa manera, ya no podemos ser arrastrados en nuestras narices”.

     Para mediados de 2017, las preocupaciones sobre el acuerdo de AMD con China habían llegado a la Casa Blanca de Trump. El general retirado Spalding, quien dejó el Consejo de Seguridad Nacional el año pasado, dijo de AMD: “Están usando la letra de la ley para violar el espíritu de la ley”.

     En noviembre de 2017, el senador John Cornyn, republicano del estado de Texas, y el entonces representante, Robert Pittenger, también republicano del estado de Carolina del Norte, introdujo legislación para ampliar la autoridad de Cfius, incluyendo poderes más amplios para revisar empresas conjuntas en el extranjero.

     Hubo una fuerte oposición por parte de muchas empresas y organizaciones comerciales, que temían que Cfius interfiriera en sus actividades en el extranjero, y la disposición no se incluyó en la versión final que los legisladores aprobaron en agosto de 2018.   

     Los funcionarios del Departamento de Defensa decidieron enviar unilateralmente el acuerdo de Sugon de AMD a Cfius para su revisión, a pesar de la interpretación anterior del Tesoro de que estaba fuera de la jurisdicción del panel.

     En los 44 años de historia de Cfius, solo se le ha pedido al comité que revise muy de vez en cuando los tratos sin la cooperación de ninguna de las partes involucradas, de acuerdo con los abogados que rastrean los casos confidenciales.

     Mientras la presentación de Cfius estaba en el limbo, Lisa Porter, subsecretaria adjunta de Investigación e Ingeniería del Departamento de Defensa, criticó el acuerdo de AMD con China frente a los ejecutivos de la industria.

     Los funcionarios de AMD contrataron a Beacon Global Strategies, una firma de consultoría con sede en Washington que emplea a ex altos funcionarios de seguridad nacional, para tratar de hacer las paces.

     Sin embargo, el 21 de junio, el Departamento de Comercio anunció que las nuevas restricciones a la exportación prohibían a Sugon y sus afiliadas tener acceso a la tecnología estadounidense sin licencia, como establecía el acuerdo con AMD. La medida, a la que le siguió la imposición de restricciones similares a las exportaciones para el gigante de telecomunicaciones chino, Huawei Technologies del mes pasado, obligaba a AMD a deshacer el acuerdo.

     En su decisión, el Departamento de Comercio dijo que las entidades chinas estaban decididas a “actuar en contra de la seguridad nacional o los intereses de la política exterior de Estados Unidos”. Agregó: “Sugon ha reconocido públicamente una variedad de usos con fina militares para los usuarios finales de sus computadoras de alto rendimiento”.

     En un comunicado en su cuenta de WeChat, Sugon dijo que la decisión interrumpiría gravemente su cooperación con sus socios estadounidenses.

     Dijo que había cumplido con todas las leyes de Estados Unidos y que buscaría discutir el tema con los funcionarios estadounidenses. “Creemos que hay una gran brecha en la comprensión de las circunstancias corporativas de Sugon por parte de las autoridades pertinentes de Estados Unidos”, dijo.

     La acción del Departamento de Comercio hará difícil para China poder producir las futuras generaciones del microprocesador x86, y no está claro si los socios de AMD podrán continuar produciendo la versión actual sin la asistencia técnica de la compañía estadounidense, de acuerdo con expertos en tecnología de semiconductores.

     Pero China obtuvo un importante conocimiento técnico a través del acuerdo, que ya ha producido chips que actualmente funcionan en supercomputadoras.

     Para AMD, desafiar a los funcionarios de seguridad nacional estadounidenses, mientras su asociación con China ganaba terreno, dio sus frutos. El fabricante de semiconductores utilizó la infusión de efectivo para volver a ponerse de pie y desde entonces ha introducido una serie de nuevos productos competitivos.

     El precio de las acciones de la compañía ha aumentado en alrededor de 30 dólares por título recientemente, desde menos de dos dólares a principios de 2016. Las acciones de AMD fueron las de mejor desempeño del índice S&P 500 el año pasado, con un aumento de casi 80%.

 

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 18/07/2019

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