El gobierno de López Obrador podría presentar un plan de negocios de Pemex que está obligado a convencer a muchos escépticos de que es viable el rescate de la petrolera. Foto de archivo.
El gobierno de López Obrador podría presentar un plan de negocios de Pemex que está obligado a convencer a muchos escépticos de que es viable el rescate de la petrolera. Foto de archivo.

11 de jul. (Sentido Común) -- La publicación del nuevo plan de negocios de Petróleos Mexicanos, con el que el gobierno establecerá las metas de mediano y largo plazo de la empresa estatal, representa uno de los mayores desafíos para la administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

     Con el plan, que podría ser publicado mañana, el gobierno federal buscará convencer a los agentes financieros, analistas e incluso a las agencias calificadoras que la nueva administración de Pemex es capaz de revertir el deterioro financiero y operativo que vive la compañía desde hace años, sin endeudarla más y sin lastimar en demasía las finanzas públicas por los apoyos gubernamentales que recibirá.

     De lo contrario, la calificación crediticia de la firma petrolera, e incluso la del país, podría verse comprometida y generar, en caso de materializarse una degradación, mayor incertidumbre sobre el futuro económico del país que enfrenta una paulatina desaceleración desde hace un año.

      “Hoy o mañana se presenta ya el plan de mediano y de largo plazo para Pemex”, dijo el presidente López Obrador, durante su conferencia de prensa matutina.

     El mandatario reiteró algunos aspectos que tendrá el plan y que ya había comentando en el pasado, como la intención de aligerar en los próxios tres años la carga fiscal de la compañía y dotarla de mayores recursos para que recupere la capacidad de producción de crudo.

     De acuerdo con cifras de la petrolera estatal, la compañía extrajo 1.68 millones de barriles diarios de crudo durante mayo, lo que representa la segunda menor cantidad de petróleo en 40 años.

      La producción del quinto mes del año implica una caída de casi la mitad de los 3.4 millones de barriles que la empresa logró extraer hace 15 años. El continuo deterioro de la capacidad productiva de Pemex es, sin embargo, culpa de administraciones pasadas, que permitieron no solo la caída de la llamada plataforma petrolera sino incluso un endeudamiento constante que llevó a la empresa, sobre todo en los últimos seis años, a convertirse en la compañía de este sector más endeudada a nivel global.

      La combinación de una plataforma petrolera decadente y un elevado endeudamiento llevaron, por ejemplo, a la calificadora Fitch Ratings a recortar el 6 de junio la calificación crediticia de la empresa de ‘BBB-’ a ‘BB+’, con lo que ya se ubica en el rango conocido como especulativo.

     Por su parte, la agencia Moody’s Investors Service cambió la perspectiva de la nota crediticia de Pemex, de 'estable' a 'negativa', por lo que está sobre la mesa la posibilidad de un recorte a la calificación de esa calificadora, Algo que de ocurrir activaría una importante oleada de ventas en bonos de la mayor empresa del país por haber perdido el estatus de "grado de inversión", de dos calificadoras.

     Muchos fondos de inversión globales, tienen reglas estrictas sobre el tipo de activos que pueden tener en sus portafolios. Una de esas reglas y que es bastante común, es que no pueden poseer bienes financieros que no tengan una calificación de dos agencias en grado de inversión.

     La problemática que podría generarse para los activos de Pemex de perder el grado de inversión que aún le otorga Moody's y Standard & Poors es algo que es reconocido por algunos dentro del gobierno lopezoborista, más no es claro si el mismo mandatario está conciente de esto.

     De ahí que hay quienes temen que, al final, se imponga la visión que aparentemente tiene el presidente y algunos de sus colaboradores de que Pemex busque fortalecer no sólo sus actividades de exploración y extracción, sino tambien de refinación, a costa de mayores apoyos gubernamentales que podrían degradar la calificación soberana y con ella la de la empresa petrolera estatal.

     De acuerdo con el mandatario, el proyecto del gobierno contempla respaldar a Pemex en la primera mitad del sexenio, para luego recibir los aparentes beneficios que esto dejará, aunque no es claro si esos lapsos tendrán o no impacto en la calificación crediticia de la petrolera o del país.

     “Vamos a apoyar a Pemex tres años, o sea, este, el que viene y el [20]21. Vamos a invertir, le vamos a bajar la carga fiscal para que mejore la producción, aumente la producción. Y que en los últimos tres años Pemex le devuelva a la nación lo que se va a invertir en estos tres años para sembrar el petróleo”, dijo López Obrador, en su conferencia de prensa de este jueves. “Pemex palanca del desarrollo. O sea, si nos va bien en el plan petrolero vamos a tener producción excedente para poder financiar el rescate del campo y lograr la autosuficiencia en alimentos”.

     Claro que algunas de las apuestas que ha planteado la administración lopezobradorista, como la construcción de una nueva refinería por parte de Pemex en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, no han hecho más que generar mayor nerviosismo sobre la presentación del plan.

     Eso, de acuerdo con Arturo Herrera, el recién nombrado secretario de Hacienda y Crédito Público, no será problema y el gobierno trabajará de manera intensa en recuperar la capacidad de producción de crudo.

     “Presupuesto para refinerías ha habido en todos los años, esto no es algo nuevo. El presupuesto para producción y exploración, que es lo que va a cambiar la dirección de Pemex de manera fundamental, es muchísimo más grande que el presupuesto para las refinerías en general y para la de Dos Bocas en particular”, dijo el funcionario, en una entrevista con el periodista Carlos Mota, en su noticiario de radio en El Heraldo. “Me parece que a veces nosotros hemos permitido, y al decir nosotros me refiero no nada más al gobierno, sino a los ciudadanos, analistas y todos, centrar la discusión en un tema menor, cuando el tema realmente importante es cómo le vamos a dar la vuelta a la producción de Pemex, que hoy está en poco menos de 1.7 millones de barriles al día y estaba hace algunos años en 2.4 millones de barriles, y hacia allá es en la parte donde nosotros estamos enfocados”.

      Tras la llegada de Herrera al cargo que dejó vacante esta semana Carlos Urzúa, ahora tendrá un asiento en el consejo de administración de Pemex, lo que podría darle mayor margen de maniobra para que luche por seguir políticas públicas que permitan el desarrollo de la compañía, pero al mismo tiempo no descuiden la meta de tener finanzas públicas sanas.

     “La voz de Hacienda en el Consejo de Administración de Pemex, además, generalmente ha distado de ser una de prudencia. Quizás lo haya intentado en alguna ocasión. Pero, como la evidencia reciente demuestra, no ha logrado evitar que la empresa se embarque en proyectos o transacciones absurdas”, escribió Pablo Zárate, consultor en materia energética, en una columna del periódico El Economista. “Tiene que convencer a sus colegas del consejo de Pemex, y al propio presidente de la República, que hay una ruta políticamente viable que, contrario a lo que dicen los críticos sobre la actual, no implica poner en riesgo todo su programa económico”.

     No es claro si Herrera tendrá la capacidad de imponerse, en un consejo donde también participan Rocío Nahle, Graciela Márquez y Víctor Toledo (Semarnat), los secretarios de Energía, Economía y Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como Manuel Bartlett Díaz, el director general de la empresa eléctrica estatal  Comisión Federal de Electricidad.

     Ello, sin contar que ya están en sus cargos los tres consejeros independientes Juan José Paullada Figueroa, José Eduardo Beltrán Hernández y Francisco José Garaicochea, quienes fueron propuestos por el gobierno de López Obrador para Pemex.

     “El secretario, a pesar de tener la plataforma más potente de todos los que participan en el Consejo de Administración de Pemex, sería minoría e iría en contra de la visión actual de la alta gerencia corporativa de la compañía”, agregó Zárate, en su columna en El Economista.

     Algunos consideran que el gobierno no tendrá fácil convencer a los inversionistas de la viabilidad de este plan, especialmente a raíz de los acontecimientos ocurridos esta semana con la salida de Urzúa.

     “Los antecedentes recientes de incumplimiento de los contratos y las decisiones autoritarias que han cancelado inversiones multimillonarias, no son buen referente para conseguir credibilidad”, escribió Enrique Campos Suárez, en su editorial del periódico El Economista. “El plan de negocios de Pemex puede ser un documento tan vacío y poco profesional como lo fue el Plan Nacional de Desarrollo”.

 


Fecha de publicación: 11/07/2019

Etiquetas: México Pemex Economía Petróleo AMLO Plan