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21 de may. (Dow Jones) -- Al presidente Andrés Manuel López Obrador le gusta decir que su vida es tan espartana que ni siquiera tiene una cuenta de banco o usa una tarjeta de crédito, pero si quiere que más mexicanos las tengan.
Desde su elección en julio pasado, el nacionalista de izquierda se ha convertido en un aliado poco probable de los grandes bancos que buscan crecer en México.
Él se reune regularmente con los jefes de esas instituciones financieras. Ha abogado también por una regulación menos estricta, sugiriendo que los bancos se pueden regular así mismos. Recientemente, negoció un acuerdo para suavizar una propuesta de Morena, el partido al que pertenece, que buscaba eliminar muchas de las comisiones de la banca minorista y que habría costado millones de dólares en ingresos a los bancos.
Este es un giro inesperado para un presidente que ha presionado por una mayor intervención gubernamental en una gran cantidad de industrias, principalmente la energética.
Los mercados se convulsionaron después que López Obrador canceló la construcción de un nuevo aeropuerto en Ciudad de México, una decisión que los inversionistas y las firmas calificadoras han criticado por considerarla como caprichosa de su gobierno.
Su estrategia bancaria prácmática, de dejarlos hacer, se debe a su creencia de que pueden ayudarlo a combatir la corrupción y a resucitar la economía de México. Solo 38% de los adultos en México tienen una cuenta bancaria, de acuerdo con una encuesta del Banco Mundial de 2017, o la mitad de la tasa que hay en otros países con ingresos similares per cápita.
Una mayor confianza en los bancos, de acuerdo a su opinión, conducirá a una reducción en la dependencia que tienen los mexicanos de hacer transacciones en efectivo, que no son rastreables. Mientras tanto, un mayor acceso al sistema financiero podría dar impulso a los mexicanos más pobres al atraer más trabajadores a la economía formal.
López Obrador “tenía la tendencia innata a pensar que los bancos no sirven para nada”, dijo Alberto Ramos, economista en jefe para Latinoamérica de Goldman Sachs Group. “Pero, conforme pasa el tiempo y él aprende más de las diferentes industrias, ha moderado un poco su manera de pensar y se ha vuelto más pragmático”.
Para los bancos extranjeros, el acuerdo de las comisiones diseñado por López Obrador se presentó en un momento crítico. Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Banco Santander y Citigroup, se han comprometido colectivamente a invertir más de tres mil millones de dólares en México, apostándole a que el subdesarrollado del mercado bancario y la potencial expansión económico podría impulsar el crecimiento de sus ingresos.
El proyecto de ley que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) propuso para eliminar 17 comisiones comunes por servicios, como la impresión de historiales de transacciones, adelantos en efectivo y pagos atrasados. El acuerdo le permitirá a los bancos seguir cobrando la mayoría de las comisiones, pero deben ampliar los servicios a la clase media de rápido crecimiento de México y ofrecer más acceso a sus productos financieros digitales.
“Si hay muchos bancos, habrá competencia, y los banqueros tendrán que ofrecer mejores servicios a los clientes, lo que hará que los costos y comisiones bajen”, dijo López Obrador en una convención de la industria bancaria en marzo.
Los bancos planean introducir una nueva “cuenta intermedia” para los mexicanos de clase media, con límites más altos en cuanto lo que los cuentahabientes pueden depositar sin tener que pagar comisiones. Colaboradores del Congreso de México dijeron que el banco central está diseñando reglas para estas cuentas.
“Hemos participado y hemos decidido que el mejor camino es una mayor competencia, una mayor inclusión”, dijo Luis Niño de Rivera, el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) y miembro de la junta directiva de Banco Azteca de México, uno de los bancos con mayor presencia territorial en el país.
José Vázquez Jiménez, de 40 años de edad, cerró las cuentas que tenía en Citibanamex, BBVA y un banco local debido a las altas comisiones de las tarjetas de débito. El fotógrafo de la Ciudad de México que dijo que votó por López Obrador en espera que se aprueben leyes para limitar las comisiones. “Los bancos están dedicados a fregar al pequeño ahorrador”, dijo.
Citigroup genera cerca de 5% de sus ingresos globales de su división mexicana de banca de consumo, Citibanamex. Además, para atraer a los que no tiene una cuenta bancaria, éste se ha unido a empresas privadas como América Móvil, de Carlos Slim, para ofrecer cuentas básicas de transacciones digitales para saldos por debajo de 20 mil pesos (aproximadamente mil dólares). Ahora cuenta con 1.6 millones de las llamadas cuentas de transferencia que están activas.
Citigroup y otros también han trabajado con Banco de México en un sistema llamado Codi que permite a los usuarios pagar sus compras minoristas usando un código QR en sus teléfonos móviles, sin cargos por las transferencias de hasta ocho mil pesos (420 dólares). Está previsto que este sistema se despliegue a nivel nacional a finales de este año.
“Este gobierno quiere que trabajemos juntos para profundizar y ampliar el sistema financiero”, dijo Jane Fraser, directora ejecutiva de Citigroup para Latinoamérica. “Hay una gran concordancia en nuestras agendas”.
Las nuevas restricciones en las comisiones habrían afectado bastante a los bancos. En 2018, los bancos extranjeros más grandes de México --Citigroup, Bank of Nova Scotia, BBVA, HSBC Holdings y Santander-- generaron alrededor de 18% de sus ingresos locales de las comisiones que cobran, de acuerdo a la Asociación de Bancos de México.
Fitch Ratings y otros previeron que la reducción de los ingresos por comisiones podría provocar que los bancos cierren miles de sucursales, principalmente en los mercados rurales y secundarios.
Eso podría haber descarrilado los objetivos de López Obrador, como atraer a cuatro millones de personas mayores que no tiene una cuenta bancaria al sistema de pensiones, permitiéndoles así recibir pagos electrónicamente en lugar de hacerlo en efectivo.
Los gobiernos anteriores trataron de ampliar el acceso a los servicios financieros a la economía informal de México, con resultados variados. El gobierno anterior de Enrique Peña Nieto buscó reducir las comisiones bancarias y alentar más la concesión de préstamos a través de una serie de leyes de 2014 para reformar el sector financiero. El gobierno señaló que entre 2012 y 2015, el porcentaje de mexicanos con una cuenta de ahorros creció 22%.
Pero los legisladores de la bancada de Morena, el partido al que pertenece López Obrador, están buscando un término medio. Están trabajando en formas de reducir las excesivas comisiones que cobran los bancos por las transacciones con sus tarjetas de crédito, mismas que llegan hasta 4%, para alentar a los vendedores más pequeños a aceptar tarjetas de crédito.
“Tenemos una economía de efectivo por muchas razones, pero una de ellas son las elevadas comisiones y tarifas que cobran los bancos”, dijo Juan Garay, principal asesor de Ricardo Monreal, el senador de Morena que originalmente presentó el proyecto de ley para reducir y eliminar comisiones bancarias. “Lo que necesitamos es que las personas pobres no se vean perjudicadas por las elevadas comisiones”.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 21/05/2019
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