El presidente Andrés Manuel López Obrador durante un mitin celebrado en el estado de Campeche, como parte de la entrega de recursos de programas sociales. Foto de Presidencia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador durante un mitin celebrado en el estado de Campeche, como parte de la entrega de recursos de programas sociales. Foto de Presidencia.

22 de abr. (Sentido Común) -- El panorama para México este año y el próximo era, hasta hace un par de semanas, bastante sombrío. La economía del país no solo enfrentaba amenazas externas sino que también debía lidiar con asuntos locales como la desaceleración habitual del primer año de gobierno o la debilidad financiera de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

     Esta combinación de riesgos propició que la mayoría de los analistas del sector privado ajustaran a la baja sus pronósticos para el crecimiento del producto interno bruto del país en 2019 y 2020 en el primer trimestre de este año.

     De acuerdo con la más reciente encuesta mensual que elabora Banco de México, los economistas del sector privado esperan, por ejemplo, una tasa de crecimiento de la economía de 1.5% para este año, o la menor desde 2009, cuando el país enfrentaba los efectos de la crisis financiera surgida un año antes en Estados Unidos.

     El pesimismo, sin embargo, no parece haber contagiado al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lejos de reconocer el entorno adverso, refrendó, la semana pasada, la apuesta que lanzó a inicio de año a los analistas de bancos y casas de bolsa nacionales y extranjeras de que la economía mexicana superaría sus expectativas.

     “Está creciendo la economía y está en pie la apuesta con los especialistas, con los bancos, con las corredurías, con los financieros, que han pronosticado que vamos a tener menos crecimiento de lo que estamos estimando”, dijo López Obrador, en su conferencia matutina del martes pasado. “Aceptamos el desafío y aquí vamos a estar viendo. En una de esas les vamos a ganar”.

     Si bien la visión del presidente dista mucho de lo que la mayoría cree --pocos, o quizás nadie, prevé que la economía avance 2% este año y menos que México crezca a una tasa anual de 4% en el actual sexenio-- algunos aparentemente sí consideran que quizá lo peor ya pasó y que el fuerte pesimismo que se vivió hasta hace unas semanas podría empezar a diluirse o que esté mal fundamentado.

     “Desde enero, las cifras sugieren que la actividad puede haber dado ya la vuelta”, escribieron Pierre Lafourcade, Rafael de la Fuente y Armando Armenta, economistas y estrategas del banco de origen suizo UBS, en un reporte titulado: México nueva apreciación: pesimismo sobre el crecimiento, ¿exagerado?". “Diciembre de 2018 parece que fue cuando [la economía] tocó fondo, ya que desde entonces los datos se han recuperado. Si este rebote es el comienzo de una recuperación incipiente es aún incierto, pero refuta la premisa de que las cosas han empeorado desde el fin del año pasado”.

     De hecho, algunos de los indicadores económicos publicados más recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el organismo responsable de recabar la información económica y social del país, describen una economía que supera las expectativas de los analistas, lo que si bien no desacredita un enfriamiento con relación al ritmo de expansión de meses atrás, tampoco confirma una trayectoria hacia una contracción económica.

     Por ejemplo, la inversión fija bruta, un indicador que permite anticipar el desempeño de la producción futura de un país con base en los gastos realizados en construcciones, maquinaria y equipos, tuvo en enero un crecimiento de 8% mensual desestacionalizado, la mayor expansión de los últimos 23 años.

     A ese desempeño, habrá que sumarle los elevados niveles que muestra la confianza de los consumidores o la constante llegada de remesas a México, que auguran un desempeño positivo del consumo interno.

     Incluso, de acuerdo con una estimación realizada por la agencia de noticias Infosel, alrededor de 80% de los analistas encuestados sobre el desempeño que tuvieron las empresas cotizadas en el mercado de valores durante el primer trimestre del año, prevé aumentos en los flujos de operación o en las ganancias de las empresas que conforman los principales indicadores de la bolsa.

     El optimismo del rumbo que siguen los negocios en el país podría, de materializarse en los próximos días, ahuyentar los temores que varios mantienen sobre el futuro económico del país luego del malestar que provocó entre empresarios e inversionistas la cancelación del proyecto para edificar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en los terrenos de lo que algún día fue el lago de Texcoco y que llevaba entre 20 y 30% de avance.

     Si eso pasa y si el gobierno lopezobradorista logra regenerar la confianza perdida entre los inversionistas nacionales e internacionales, entonces la tendencia descendente del pronóstico sobre el crecimiento futuro del país podría revertirse.

     “Esto sugiere un leve optimismo, ya que la economía parece continuar creciendo a pesar de la desaceleración”, escribieron los analistas del área de estrategia e investigación de mercados globales del banco BBVA Bancomer, en un reporte. “La relativa estabilidad financiera de los primeros meses del nuevo periodo presidencial es un elemento de seguridad que es bienvenido por el sector corporativo”.

     Claro que para que el escenario más optimista se materialice, el gobierno deberá hacer aún mucho más que sólo esperar a que las cifras negativas con las que cerró el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, desaparezcan.

     No han sido pocas las advertencias de analistas o calificadoras crediticias sobre la importancia de que el gobierno mantenga finanzas públicas sanas, especialmente frente a la promesa que hizo el presidente López Obrador de ayudar a muchos grupos sociales en el país y a la petrolera estatal Pemex, para que recupere sus años de gloria.

     Si los temores de que los gastos superen los ingresos gubernamentales desaparecen, y si el gobierno acomoda las piezas para incrementar la inversión pública y el gasto social sin elevar el déficit gubernamental, entonces hay espacio para que la sorpresa positiva que quiere dar López Obrador ocurra.

     “En el futuro, a medida que la incertidumbre se disipe y la inversión aumente, nosotros podíamos ver un crecimiento más alto que lo esperado”, dijo Krishna Srinivasan, uno de los directores adjuntos del Fondo Monetario Internacional para el hemisferio occidental, en una conferencia de prensa la semana pasada.

     Inegi publicará los resultados preliminares del crecimiento de la economía mexicana en el primer trimestre del año el 30 de abril.

 


Fecha de publicación: 22/04/2019

Etiquetas: México economía analistas López Obrador confianza pesimismo