Socios de EFM Capital y representantes de la empresa Vicrion, especializada en el diseño de estructuras de aluminio y cristal para fachadas, firman el acuerdo de integración a Unities Alliance. Foto EFM Capital.
Socios de EFM Capital y representantes de la empresa Vicrion, especializada en el diseño de estructuras de aluminio y cristal para fachadas, firman el acuerdo de integración a Unities Alliance. Foto EFM Capital.

11 de abr. (Sentido Común) -- Cuando EFM Capital surgió en 2013 a iniciativa de un grupo de inversionistas nacionales, sus dueños pensaban que operaría como un fondo tradicional de capital privado.

     Bajo los planes originales y con los recursos de sus socios, el fondo realizó así, durante cuatro años, varias transacciones típicas de los también llamados private equity funds, como es la compra, transformación y venta de compañías.

     Tal fue el caso, al inicio de sus operaciones, de la cadena de restaurantes de comida rápida, Gorditas Doña Tota, que adquirió y vendió posteriormente al conglomerado Fomento Económico Mexicano (Femsa), dueño de las tiendas de conveniencia Oxxo, de gasolineras, farmacias y de la compañía embotelladora Coca-Cola Femsa.

     Sin embargo, a pesar del éxito que venía teniendo el fondo, su equipo directivo, encabezado por Manuel G. Martínez y Óscar Morales, se percató que de seguir con el mismo modelo de negocios las posibilidades de crecimiento acelerado de EFM Capital eran muy limitadas ante la escasez de empresa en el país que cumplieran con los requisitos mínimos que los inversionistas extranjeros, quienes resultaban ser los principales compradores de las empresas por ellos adquiridas, exigían.

     Por lo general, un fondo de capital foráneo sólo destina recursos en México a compañías que tengan cuando menos ventas anuales de 100 millones de dólares y que cumplan con ciertos niveles mínimos de institucionalización, ya no se diga gobierno corporativo.

     “No es que no existan [esas empresas] en México, pero es difícil encontrarlas”, dijo Morales, director general de EFM Capital, en una entrevista telefónica con Sentido Común.

     Frente a esa falta de oportunidades y ante la frustración de no poder crecer o escalar el negocio, los socios de EFM Capital optaron por cambiar de forma radical la forma como venían haciendo negocios.

      A partir de 2017, la empresa, con sede en la ciudad de Monterrey, la capital del estado de Nuevo León, decidió dejar atrás las tesis de inversión restrictivas que adoptó en un inicio, para pasar a flexibilizar su modelo de negocios. Esto con el fin de aprovechar las fortalezas que sus socios veían en múltiples pequeñas y medianas empresas y que podrían, en su conjunto, tornarse atractivas para los grandes fondos de capital privado.

     Lo que nos dijimos fue “si no existe una empresa que facture 100 millones de dólares. . . armemos una, dado que lo que hay en abundancia en México son pequeñas y medianas empresas”, agregó Morales. Así, “nuestro pipeline se abrió. . . ya que nos dimos cuenta que todas y cada una de ellas tenían algo que aportar algo de valor. Probablemente no tenían el tamaño, pero vendían a lo mejor en dólares; probablemente no tenían el tamaño, pero atendían un sector en el que cobran todos los días generando flujo. Todas y cada una de ellas tenían algún atributo”.

     El cambio de modelo, que vino también acompañado de una flexibilización en la forma de acercarse a quienes podrían estar interesados en vender alguna participación del negocio para institucionalizarlo, arrojó resultados de inmediato.

     Tan solo el año pasado, EFM Capital, a través de su plataforma de adquisiciones Unities Alliance Group, realizó 13 compras o fusiones de empresas, en lugar de las dos adquisiciones máximas que venía haciendo año con año desde 2013 hasta 2017.

     En buena medida, al no tener como limitante un monto mínimo de ventas anuales y al no tener que hacer una auditoría exhaustiva de las operaciones del negocio que buscaba adquirir por la nueva posibilidad de hacer un intercambio accionario con los dueños del negocio por comprar, lo que además redujo las necesidades de capital, EFM Capital se volvió en una opción interesante para pequeñas y medianas empresas en búsqueda de nuevo horizontes.

      Bajo nuestro modelo, los ex dueños “se vuelven inversionistas de nosotros y su inversión tiene atributos económicos hacia adelante. No vendió su empresa al mejor precio que pudo negociar y se despidió, sino que ahora es socio, accionista nuestro”, dijo Morales. “Esta configuración es la que nos ha dado cierto reconocimiento, permitido tener crecimiento y escalar el modelo de negocio”.

     Así, hoy Unities congrega 11 empresas de diversos tamaños, que operan en diferentes sectores, como es el de tecnologías de la información, consumo, manufactura, industrial y agrícola, y que, en su conjunto, tienen ya ventas superiores a los dos mil millones de pesos (108 millones de dólares), además de que dan empleo a más de mil trabajadores.

     Claro que en el fondo y a pesar de la transformación que ha sufrido el modelo de negocios, EFM Capital no ha perdido la vocación con la que nació: la compra y la venta de empresas.

     Sólo que ahora en lugar de irlo haciendo de forma individual, la empresa cuenta en el vehículo ideal --Unities-- para crear unidades de negocio, o empresas, lo suficientemente atractivas para que los mismos fondos de capital privado --nacionales y extranjeros— que, en el pasado, las ignoraban en lo individual, ahora voltén a verlas.

     Así, la compañía no intenta volverse un conglomerado industrial que administre diversas compañías, en distintos sectores y para siempre. Nada de eso. La diferencia es que hoy a diferencia de ayer, EFM Capital cuenta con una plataforma, mucho más versátil y ágil, para comprar, agrupar, transformar y vender empresas.

     “El objetivo al final de cuentas de EFM Capital sigue siendo comprar y vender compañías”, dijo Morales.

     Claro que ahora el siguiente paso para los socios de EFM Capital es intentar hacer incluso más líquida y redituable la inversión que hicieron aquellos empresarios que optaron por entregar sus compañías a la plataforma Unities y desde la cual esas empresas están siendo transformadas para su eventual enajenación.

     Para ello, la empresa está ya contemplando salir a bolsa, en México, en el extranjero, o incluso sólo fuera del país.

     “Estamos en ese proceso de ver si [listamos] en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) o en Biva [la Bolsa Institucional de Valores], las dos bolsas recientemente nos han contactado”, dijo Morales, agregando que también contempla listar a la empresa en el extanjero y si sólo ocurre ahí, planea vender sus títulos en el país a través del Sistema Internacional de Cotizaciones, o SIC.

     De lograr salir a bolsa aquí, algo que sus socios contemplan poder hacer en octubre de este año, EFM Capital se convertirá en la primera empresa mexicana especializada en la compra y venta de compañías en tener acciones listadas en el mercado bursátil mexicano.

     “Al momento que hagamos pública la empresa, cada uno de los empresarios, y los futuros que aporten su empresa siguiendo un proceso, recibirán acciones de una empresa pública”, dijo Morales. “De esa forma el empresario hace líquida, ahora sí literalmente líquida, su empresa, porque tiene acciones que cotizan en un mercado público”.

     De lograr esa meta y si no ocurre algo antes en el camino, EFM Capital podrá poner fin a la sequía de 33 meses que habrá existido para entonces en materia de colocaciones accionarias en el mercado de valores mexicano.

     La última colocación de títulos empresariales en México fue la de la empresa de transporte ferroviario GMéxico Transportes que tuvo lugar en noviembre de 2017 y con la que recabó 19 mil millones de pesos (996.8 millones de dólares).

 


Fecha de publicación: 11/04/2019

Etiquetas: México empresa EMF Capital fondos capital privado Bolsa Biva acciones inversiones