La junta de gobierno de Banco de México mantuvo un tono de cautela en su más reciente minuta, a pesar de la disedencia de un integrante en el tono que usaron. Foto de Sentido Común/Gabriel Arrache.
La junta de gobierno de Banco de México mantuvo un tono de cautela en su más reciente minuta, a pesar de la disedencia de un integrante en el tono que usaron. Foto de Sentido Común/Gabriel Arrache.

11 de abr. (Sentido Común) -- Los cinco integrantes de la junta de gobierno de Banco de México no parecen estar demasiado apresurados por cambiar el ciclo actual de las tasas de interés, debido a los riesgos que se perciben en el horizonte y a la resistencia mostrada por la inflación para bajar a la meta de 3%, reveló la minuta de su última reunión para evaluar su política monetaria.

     Si bien algunos analistas esperaban señales sobre un posible cambio en el ciclo restrictivo de tasas de interés en el país, eso no parece que pueda ocurrir pronto pues solo uno de los cinco participantes de ese cuerpo colegiado, el economista Gerardo Esquivel, ve condiciones para aplicar en el corto plazo un recorte a la tasa objetivo del Instituto Central, también conocido como Banxico.

     Esta fue la primera vez que el banco central, como parte de sus esfuerzos por transparentar su accionar, reveló la identidad del miembro de la junta que expresó una postura contraria a la mayoría, aunque haya votado en el mismo sentido a la mayoría. Hasta ahora, la autoridad monetaria sólo revelaba los nombres de los miembros de la junta cuando emitían un voto disidente a la decisión de política monetaria.

     “A pesar que en su momento, con el comunicado, se esperaba un cambio de tono por parte de Banxico, se especuló que podía ser un tono más dovish pensando que en los dos primeros meses del año una tendencia a la baja de inflación, se mantuvo esta percepción de cautela”, dijo Jonathan Zuloaga, analista de la firma de asesores patrimoniales Columbus de México, en entrevista telefónica.

     En la jerga financiera se define como dovish a una postura donde los banqueros están más preocupados por un deterioro del crecimiento económico y, por lo tanto, están más inclinados a preferir tasas de interés más bajas.

     Por el contrario, los funcionarios del banco central expresaron preocupaciones por la resistencia que ha mostrado la llamada inflación subyacente, o aquella que desestima los cambios en productos muy volátiles, como alimentos o energéticos, y por la posibilidad de ver presiones adicionales a la inflación por incrementos en energía.

     “La mayoría señaló que la persistencia que ha mostrado la inflación subyacente podría dar lugar a una mayor resistencia de las expectativas de inflación de largo plazo a disminuir”, dijo Banco de México, en su minuta de la reunión del 28 de marzo. “En suma, la mayoría coincidió en que, si bien se han intensificado algunos de los factores de riesgo a la baja, se mantienen otros que la podrían presionar al alza en mayor magnitud y desviarla de la trayectoria prevista, por lo que destacaron que aún persiste un balance de riesgos al alza para la inflación respecto a su pronóstico”.

      Este sesgo en la opinión de los banqueros centrales --que podría definirse como hawkish, o más cerca de preferir tasas de interés más elevadas para evitar un aumento de la inflación-- fue lo que invitó a los integrantes de la junta a votar, de manera unánime, por mantener la tasa de interés objetivo sin cambio en un nivel de 8.25%.

     Sin embargo, un integrante de la junta consideró que la tendencia a la baja de la inflación al inicio de este año, más las expectativas de menores tasas de interés en el mundo, podrían abrir la puerta a un cambio en el ciclo de la política monetaria que ha seguido el banco central mexicano.

    Un integrante “subrayó que se podría abrir el espacio necesario para iniciar un ajuste a la baja en la tasa de interés de referencia en el futuro cercano, dado que considera que el nivel de la tasa de interés de referencia es congruente con la convergencia de la inflación a su meta y en función del avance que la inflación pueda mostrar en las próximas semanas”, reveló la minuta.

     Ese banquero fue Gerardo Esquivel, quien se incorporó al Instituto Central este año y expresó disidencia en el tono de preocupación incorporado en el más reciente comunicado.

     “Si bien estuve de acuerdo con la decisión de mantener constante el objetivo para la tasa de interés interbancaria, no coincido con el comunicado que informa sobre dicha decisión”, dijo Esquivel, en la minuta, al expresar el sentido de su voto disidente. “En concreto, difiero tanto del tono restrictivo que lo caracteriza como de la conclusión alcanzada sobre el balance de riesgos para la inflación”.

     El economista estimó que había posibilidades de darle un tono más neutral al comunicado que acompañó la decisión de política monetaria, sin embargo, los demás integrantes de la junta coincidieron en que si bien la actividad económica en México perdió fuerza entre finales del año pasado e inicios de éste, también es cierto que algunos riesgos no se han disipado y otros, como el efecto que podría tener el aumento reciente a los salarios, podrían contaminar el proceso de formación de precios.

     “La mayoría sostuvo que prevalecen factores de riesgo que podrían afectar el desempeño de los mercados financieros nacionales, entre los que destaca la situación financiera de Pemex, su viabilidad económica futura y las implicaciones que ello pudiera tener sobre su calificación crediticia”, reveló el documento que resume la discusión de los banqueros.

     La revelación por primera vez de la postura disidente de Esquivel fue algo nuevo en la minuta y que resaltaron los analistas.

      “Las minutas no se desviaron de este tono cauteloso, lo que refleja una gran cantidad de preocupaciones sobre las perspectivas de inflación, como la inercia del precio central y las expectativas elevadas, y sobre los riesgos idiosincráticos, con Pemex nuevamente en una posición muy alta”, escribieron los analistas del banco estadounidense Morgan Stanley, en un reporte. “Además de los argumentos del único dove respecto a que mantener la política restrictiva durante demasiado tiempo podría ser contraproducente, los comentarios de otros participantes sugirieron que las condiciones que hubieran justificado un cambio moderado no estaban en su lugar”.

     Los funcionarios de la junta también expresaron la necesidad de mantener finanzas públicas sanas, así como crear políticas que favorezcan un clima de confianza para las inversiones.

     “Por ello, manifestaron que es necesario tomar medidas de política económica que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, así como medidas para promover mayor productividad, la adecuada utilización de los factores, la competencia, el avance tecnológico y la formación de capital humano, así como para reducir las brechas de oportunidades”, dijo Banxico.

     Así, tal parece que el escenario en el país no ha cambiado de manera drástica y sugiere que el Banco de México optará por esperar a tener más elementos antes de decidir un ajuste a su política.

     “Me da la impresión que en realidad las variables macro tampoco es que hayan modificado de tal manera. En particular no tenías una tendencia clara que la inflación iba a seguir bajando, por lo tanto, percibir que el Banco podía hacer algo” era difícil, agregó Zuloaga, el economista de Columbus de México. “Creo que era más un tema de percepción, entrecomillado política, que realmente un tema de mercado o de variables macroeconómicas”.

     “Yo personalmente creo, más allá de que viniera un movimiento a la baja, que el banco puede esperar el mayor tiempo posible antes de hacer un ajuste, quiere tener más información. Mi lectura es que el banco pudiera tratar de permanecer on hold”, agregó el especialista de la firma de asesores de inversión.

 

 


Fecha de publicación: 11/04/2019

Etiquetas: México Banxico minuta política monetaria inflación economía Esquivel