Residentes están tratando de recuperar las antiguas residencias del lujoso barrio de Barranco en Lima, Perú. Foto de archivo.
Residentes están tratando de recuperar las antiguas residencias del lujoso barrio de Barranco en Lima, Perú. Foto de archivo.

6 de feb. (Dow Jones) -- Durante mucho tiempo, Diego Rosselló albergó el sueño de adquirir un edificio histórico en Lima y llevar a cabo una restauración auténtica. Eso significaba que estaría viviendo en el exuberante barrio de Barranco.

“Más o menos es el único distrito de Lima que ha mantenido sus rasgos originales y característicos, y tiene un estilo arquitectónico único que no se encuentra en ningún otro lugar”, dijo Rosselló, de 66 años y oriundo de la ciudad.

El distrito también fue el escenario perfecto para que Rosselló, propietario retirado de una compañía de mármol, granito y baldosas de alta gama, iniciara un nuevo negocio.

En 2016, él y su esposa, Luisa de 64 años y también originaria de Lima, compraron un edificio abandonado que alguna vez fue habitado por ocupantes ilegales en 1.5 millones de dólares. El designado hito fue un hotel de finales del siglo XIX.

A fines de 2018, se mudaron a la casa de mil 100 metros cuadrados, tres habitaciones y cuatro baños que crearon en el segundo piso y parte del primero. El resto del primer piso se convirtió en un espacio para realizar eventos de 500 metros cuadrados y con capacidad para 350 personas que se renta.

Rosselló se negó por razones de seguridad a decir exactamente cuánto gastaron en la restauración, y solo lo calificaron de “una fortuna”. Todavía tienen su antigua casa ubicada en una comunidad de playa de Lima.

La historia del nuevo hogar de los Rosselló es la historia de Barranco. Un pequeño distrito ubicado a lo alto de un risco que tiene vista al Pacífico, fue la principal escapada de playa para los miembros de la alta sociedad de Lima desde la década de 1870 hasta mediados del siglo XX. Lugar que está lleno de casas y mansiones coloridas y aireadas de la era republicana, y posee una sensación netamente bohemia que está profundamente arraigada.

Desde la década de los veinte ha sido el hogar de artistas y escritores, incluido, en cierto momento, el autor Mario Vargas Llosa. Pero en la segunda mitad del siglo XX, cuando los ricos de Lima se mudaron a casas de verano del sur de Lima, muchas mansiones se dividieron en apartamentos o estudios de artistas, mientras que otras cayeron en mal estado.

En este siglo, muchas residencias con vista al mar que están ubicadas a lo largo de la carretera que bordea el acantilado han sido reemplazadas por lujosos edificios de apartamentos. Otras se han convertido en hoteles, restaurantes y bares.

Es raro verlas convertidas en casas particulares, como la restaurada por Rosselló.

“Hay un interés renovado en Barranco y la renovación del área. Tiene calles más antiguas con hermosos edificios históricos y se está destinando dinero para su reparación”, dijo Tim Brace, propietario estadounidense de Live in Lima Luxury & Lifestyle Properties.

A éste le han seguido nuevos bares y restaurantes, incluido Central, clasificado como el número seis en la lista de los mejores restaurantes del mundo de San Pellegrino.

El mercado general de viviendas de Lima estuvo en auge entre 2009 y 2012, luego se enfrió significativamente. Barranco no fue la excepción. Pero en el último año, aproximadamente, las ventas han repuntado, dijo Nella Ponce, gerente general de Sotheby's of Peru, que vendió un total de 23 propiedades en Lima a un precio de 500 mil o más dólares en 2017; ocho de estos se vendieron en más de un millón de dólares. Es el mismo número de propiedades de más de 500 dólares que Sotheby's vendió en total en la ciudad de 2013 a 2016.

Todas las ventas de Sotheby's en Barranco en 2017 están en o cerca de la carretera del acantilado sobre el océano que se conoce como el Malecón. “La vista al mar, el hecho de que haya muy poco tráfico y que, con pocas excepciones, los edificios no tienen más de ocho pisos de altura, le da al área una sensación muy tranquila”, dijo Ponce.

Esas cualidades son las que llevaron a Nicolás Giha a huir del tráfico de San Isidro, otro enclave rico de Lima, hacia Barranco hace unos 20 años. Él y los miembros de su familia han adquirido varios departamentos ahí. A principios de 2015, se mudó a un departamento de 800 metros cuadrados de dos pisos, que compró para sí mismo en un nuevo edificio dramáticamente construido desde el nivel de la calle hacia abajo en el acantilado.

El apartamento Giha es uno de los cuatro que están en el piso más bajo: el equivalente a un ático que cuelga de un acantilado. Cuenta con tres dormitorios, una oficina, un gimnasio y una piscina, un patio y un jardín creados en una zona plana del acantilado con una vista sin obstáculos del océano. Lo compró fuera del plan por un estimado de 2.5 millones de dólares. Brace estima hoy su valor en 3.2 millones.

“La mejor parte de Barranco son los parques y las aceras que bordean el acantilado, que te hacen sentir como si estuvieras viviendo en una ciudad de playa”, dijo Giha. “Por la noche, estas áreas están llenas de personas, madres con bebés en cochecitos, parejas, ancianos en sillas de ruedas, que salen a pasear y contemplan la exuberante puesta de sol”.

Pero muchos compradores que pueden renovar mansiones históricas no quieren lidiar con la burocracia y los requisitos legales involucrados. Es un proceso que Rosselló describió como una “pesadilla” y que ha llevado a la desaparición de muchos construcciones históricas.

El alemán Ralph Bauer, un diseñador gráfico, y su esposa, la fotógrafa de arte Flavia Gandolfo, tomaron un camino diferente con propiedad. Compraron un apartamento de 80 metros cuadrados en el segundo piso de una casa para dos familias que está en una esquina en el centro del distrito histórico de Barranco en 160 mil dólares, incluidos los derechos para agregar un piso. Completaron una renovación de 90 mil dólares para crear una casa de tres habitaciones, construyendo una cocina abierta, comedor y sala de estar en su nuevo piso superior.

El hogar, diseñado por el arquitecto Augusto Román, quien fue nominado para un premio de MCHAP Emerging Architecture que otorga el College of Architecture del Illinois Institute of Technology. La nueva construcción cuenta con ventanas de piso a techo que se abren casi en su totalidad, lo que le da una sensación de casa en un árbol y una atractiva vista de los edificios históricos circundantes.

“Barranco tiene una sensación de provincia en el sentido de que se camina a todos lados: el supermercado, la ferretería, el parque”, dijo Bauer. "Tiene una estructura de aldea y aquí se puede encontrar vida en los espacios públicos".

A algunos lugareños les preocupa que los cambios en el vecindario amenacen su estilo de vida. Los desarrolladores prefieren aprovechar los códigos permisivos para realizar nuevas construcciones en lugar de restaurar edificios históricos. Afuera de la zona monumental protegida, las autoridades han dado luz verde a varios edificios de apartamentos de 20 pisos en los últimos años, y los departamentos pueden ser tan pequeños como de unos 40 metros cuadrados, la mitad del tamaño permitido en distritos vecinos similares, dijo Ricardo Arbulú, vicepresidente de la asociación de promotores inmobiliarios. En esos distritos, dijo, los edificios tienen un promedio de 70 apartamentos, mientras que el promedio en estos edificios más nuevos en Barranco es de 100.

Entre 2010 y 2015, se vendieron un promedio de 100 apartamentos nuevos anuales en Barranco. El año pasado ese número fue de 400. Entre enero y agosto de este año, se han vendido 410.

Pero mientras algunos residentes desconfían de los cambios que están permeando el área, la mayoría está satisfecha con el aumento de valor que están experimentando sus propiedades.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

Copyright © 2019 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 06/02/2019

Etiquetas: Lima Perú Barranco Zona Residencial Lujo Restruc