Carlos Ghosn, el ex presidente de la alianza automotriz conformada por las empresas Nissan, Renault y Mitsubishi, habla en un foro en Ryadh, Arabia Saudita. Foto AP/Hassan Ammar.
Carlos Ghosn, el ex presidente de la alianza automotriz conformada por las empresas Nissan, Renault y Mitsubishi, habla en un foro en Ryadh, Arabia Saudita. Foto AP/Hassan Ammar.

Tokio, 10 de ene. (Dow Jones) -- Las recientes investigaciones realizada por los fiscales de Tokio sobre Carlos Ghosn de Nissan Motor se centran en su relación con un empresario de Arabia Saudita, Khaled Al Juffali, quien dirige parte del negocio de Nissan en Medio Oriente, de acuerdo con personas familiarizadas con el tema.

Algunas de las personas dijeron que los pagos de Nissan a una compañía de Juffali --sobre los cuales los fiscales sospechan que fueron malversados-- se realizaron con fines comerciales legítimos.

Ghosn fue arrestado en Tokio el 19 de noviembre y acusado el 10 de diciembre de no reportar sus ingresos en los estados financieros de Nissan. Su abogado ha dicho que Ghosn niega haber cometido algún delito en ese asunto. El ejecutivo, quien fue despojado de su título como presidente de Nissan pero que sigue siendo director, todavía está en una cárcel de Tokio.

El 21 de diciembre, los fiscales mencionaron nuevas sospechas, una medida que les permitió mantener detenido a Ghosn sin posibilidad de fianza. Y quienes adujeron que una persona identificada solo como “B” ayudó a Ghosn hace casi una década cuando el entonces director ejecutivo de Nissan enfrentó pérdidas en una transacción de derivados personales. 

Más tarde, dijeron los fiscales, Ghosn organizó pagos de Nissan por 14.7 millones de dólares a una compañía administrada por B, alegando que era “con el objetivo de obtener ganancias” para sí mismo y para B.

Las personas familiarizadas con el tema dijeron que B era Juffali, miembro de una de las familias más acaudaladas de Arabia Saudita que ha estado involucrado en el negocio de distribución de autos en ese país. Juffali no pudo ser contactado para obtener sus comentarios al respecto.

Los nuevos problemas implican un acuerdo de swaps de divisas al que llegó con una empresa con sede en el Líbano, entidad asociada a Ghosn, en 2006 con el banco Shinsei de Japón, dijeron personas familiarizadas con el acuerdo. El objetivo, dijeron, era garantizar que Ghosn, a quien Nissan pagaba en yenes pero que tenía gastos personales en gran parte en otras monedas, no sufriera pérdidas si se depreciaba el yen.

En lugar de eso, el yen subió bruscamente durante la crisis financiera mundial que estalló en septiembre de 2008. Al mes siguiente, Ghosn había acumulado mil 850 millones de yenes (16.7 millones de dólares) en pérdidas no saldadas debido a los swaps, por lo que Shinsei Bank le informó a Ghosn que cerraría dicha posición, si no proporcionaba garantías adicionales, dijeron los fiscales y las personas familiarizadas con el acuerdo. Shinsei Bank no quiso hacer comentarios sobre el tema.

Ghosn inicialmente transfirió su posición a Nissan, dijeron los fiscales. Pero cuando los reguladores que supervisan a Banco Shinsei hicieron preguntas, Ghosn se remitió a Juffali, un amigo de mucho tiempo que había conocido en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, dijeron las personas.

La compañía asociada con Ghosn recuperó el contrato en sus libros de Nissan a principios de 2009, y Juffali proporcionó el respaldo mediante una carta de crédito que satisfacía la solicitud de Shinsei Bank de garantías adicionales, dijeron.

En ese momento, Nissan ya tenía una empresa conjunta con una compañía de Juffali, anunciada en octubre de 2008. Esa empresa conjunta estaba supervisando las operaciones de los fabricantes de automóviles japoneses en Arabia Saudita y otras naciones de Medio Oriente.

La raíz de la última investigación de los fiscales radica en los pagos que estos dicen que fueron de Nissan a una compañía administrada por B, la persona a quien las fuentes identificaron como Juffali --en cuatro ocasiones entre 2009 y 2012, por un total de 14.7 millones de dólares.

Una persona familiarizada con la familia Ghosn dijo que eso es erróneo, y que los pagos fueron por razones comercialmente legítimas. En 2009, Ghosn le pidió a Juffali que le ayudara a mejorar el negocio de Nissan en Arabia Saudita.

Se le pidió a Juffali que ayudara a resolver las disputas con las concesionarias de Nissan afectadas por problemas con el entonces distribuidor de Nissan ahí y emprender otras actividades para reforzar el negocio, incluido el cabildeo con el gobierno saudita, dijo la persona familiarizada con la familia Ghosn y el abogado japonés de Ghosn.

Los fiscales se negaron a comentar más allá de su declaración del 21 de diciembre.

De acuerdo con una persona familiarizada con la investigación de Nissan, los pagos de Nissan a la compañía Juffali provinieron de lo que Nissan llama Reserva del director general, el término que usa la compañía para los pagos realizados a través de un proceso de aprobación simplificado. La persona dijo que estos fondos se han utilizado para realizar pagos cuando la velocidad era importante, como donaciones caritativas a raíz de desastres naturales o apoyo para descuentos en vehículos Nissan en regiones con problemas de ventas.

Juffali y su familia tienen una larga historia en el negocio automotriz en Arabia Saudita. Juffali Automotive ha sido el único distribuidor de vehículos Daimler ahí desde 1959, de acuerdo con su sitio electrónico. 

Al igual que Ghosn, quien creció en el Líbano y se crió en Francia, Juffali tiene conexiones tanto en Medio Oriente como en Europa. El empresario saudita habla alemán e inglés con fluidez, y su abuela era alemana, de acuerdo con una entrevista de 2012 con Deutsche Welle.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

       Editado por Michelle del Campo                                                              

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Fecha de publicación: 10/01/2019