La caída de Bitcoin ha sido vertiginosa y ha sembrado temores entre los inversionistas. Foto de archivo.
La caída de Bitcoin ha sido vertiginosa y ha sembrado temores entre los inversionistas. Foto de archivo.

4 de ene. (Dow Jones) -- ¿Y para cuándo el Lambo?

Fue alrededor del valor máximo de bitcoin hace un año, justo por debajo de su cotización de 20 mil dólares, cuando esta detestable pregunta ingresó al Diccionario Urbano: ¿Cuánto tiempo tomaría acumular suficiente criptoriqueza para poder comprar un Lamborghini?

Ahora, aquellos propietarios de bitcoins que aún se mantienen a salvo después de una devaluación de 82% le están poniendo buena cara al mal tiempo, pero ya no se puede negar que hemos presenciado el estallido de una clásica burbuja.

Algunos creyentes en el vasto potencial de blockchain están de acuerdo y lamentan la mentalidad de fiebre del oro que privó en el mercado. Otros están negando los hechos, calificando la ruta actual de la criptomoneda como un obstáculo más en el desarrollo de una tecnología transformadora. Quienes señalan los múltiples picos y valles parabólicos registrados a lo largo de los años y en realidad tienen, o más bien han tenido, razón.

Una locura especulativa no se define por su frecuencia o incluso su amplitud, lo que hace difícil la definición de una burbuja. Cuando bitcoin se había apreciado en más de un millón por ciento, un experto en manías dijo que esto no cumplía con sus criterios para calificarla como una burbuja. Meses después, bitcoin finalmente cumplió casi todos sus requerimientos.

Vikram Mansharamani, profesor de Harvard University y autor de libro “Boombustology: Spotting Financial Bubbles Before they Burst”, puso su dinero donde afirmaba que obtendría frutos.

En marzo de 2017, cuando escuchó que bitcoin era una manía, no estuvo de acuerdo y compró algunas en alrededor de mil dólares cada una. En diciembre pasado, cuando la cotización de bitcoin estaba llegando a los 20 mil dólares, vendió “lo suficiente como para embolsarse una muy buena ganancia”.

¿Qué cambió? Mansharamani tiene varios criterios para calificar algo como una burbuja. Un ingrediente faltante al principio fue la participación generalizada. Los obstáculos técnicos para comprar criptomonedas son mayores que para adquirir acciones tecnológicas, casas o tulipanes, pero discutiblemente aún había muchos conversos potenciales que permanecían al margen a principios de 2017.

Eso cambió a finales de ese año. Las menciones en los medios y las búsquedas en Google alcanzaron un crescendo que reflejó casi exactamente el pico de bitcoin. Mansharamani se basa en otra clásica, aunque cliché, prueba de fuego: “Cuando los taxistas comienzan a preguntar sobre eso, entonces sabes que es una burbuja”.

El uso del apalancamiento es otro de sus signos reveladores. Historias de personas que venden todas sus posesiones para invertir en criptomonedas o que las compran con tarjetas de crédito surgieron alrededor del pico. Los contratos de futuros, una forma tradicional de hacer una apuesta esperando incluso más ganancias por su dinero, también se dispararon.

De hecho, investigadores de la Reserva Federal de San Francisco creen que no es una coincidencia que bitcoin, que se disparó antes del lanzamiento del corretaje de futuros de la criptomoneda, haya alcanzado su máxima cotización el día en que la Bolsa de Chicago incluyó el corretaje de esos contratos. Los futuros finalmente dieron a los escépticos una forma de apostarle en su declive.

La “reflexividad”, es el término financiero que utiliza George Soros para los precios que suben simplemente porque suben sin tener una base en la realidad objetiva, es otro de los indicadores de burbuja de Mansharamani. A finales de 2017, los crédulos inversionistas estaban dispuestos a comprar inversiones relacionadas con la criptomoneda que ni siquiera pretendían ser una reserva de valor.

El día después de que el bitcoin alcanzó su punto máximo, el diario The Wall Street Journal publicó una historia sobre la oferta pública de una moneda digital que la gente que la vendió dijo que lo hizo “sin ningún propósito”. La empresa de riesgo, que eventualmente recaudó cuatro mil millones, recordaba la oferta de “una empresa que llevaría a cabo una tarea con una gran ventaja, pero nadie sabía qué era” y que surgió durante la burbuja británica de los Mares del Sur de 1720, una de las primeras manías financieras.

Al igual que la burbuja tecnológica, las compañías financieramente marginales podrían multiplicar su valor a través de la asociación con las criptomonedas. Como por ejemplo, Long Island Iced Tea Corp. Las acciones de la firma que perdía dinero subieron brevemente en casi 300% después de que cambió su nombre a Long Blockchain Corp. en el apogeo del frenesí de diciembre pasado.

Los que compraron bitcoins cerca de su máxima cotización no solo estaban demasiado confiados --un sello característico de las burbujas-- sino que desestimaron a los escépticos como Luditas que simplemente no comprendían el fenómeno. Los alcistas dijeron lo mismo en 1999 durante el auge tecnológico. La burbuja de bitcoin, después de la burbuja de la vivienda y la burbuja tecnológica, es la tercera en menos de 20 años. Claramente, las burbujas que explotan no nos inoculan en contra de caer en otra.

Sin embargo, los escépticos que disfrutaron la algarabía de bitcoin no deben olvidar que el principio de la espuma no significa necesariamente que un activo sea defectuoso. La infame llamada “Amazon 400 dólares” de hace 20 años --que con el tiempo subió en un factor de 30 ajustándolo por el split (división) de acciones-- habría anunciado una inversión fantástica.

Amazon.com realmente se convirtió en “la tienda de todo” e internet realmente transformó nuestras vidas a pesar de las pérdidas del mercado de valores durante la crisis tecnológica.

Aun así, las probabilidades de que alguien compre ahora un Lamborghini con sus ganancias de bitcoin son muy escasas.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

Copyright © 2018 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 04/01/2019

Etiquetas: Criptomonedas Bitcoin Cotización Alza Racha Máxima Caída Crisis Blockchaine