12 de jun. (Sentido Común) -- Peter Navarro, el principal asesor en materia de comercio internacional del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ofreció disculpas al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, luego de las severas críticas que lanzó en su contra tras la reunión del Grupo de los Siete (G7) el fin de semana, una medida que podría comenzar a limar las asperezas entre ambas naciones. 

     El funcionario estadounidense, de 68 años, reconoció hoy durante una entrevista con el periódico The Wall Street Journal que las palabras que usó el domingo contra Trudeau por haber mostrado una postura contraria a la de Trump en asuntos comerciales, fue inadecuada.

     Navarro dijo a la cadena de televisión estadounidense Fox News el domingo que “debía existir un lugar especial en el infierno” para líderes que, bajo una actitud diplomática de mala fe, tratan de apuñalar por la espalda al presidente estadounidense.

     “Usé lenguaje que fue inapropiado y básicamente se perdió el poder del mensaje. Ese fue mi error”, dijo Navarro al diario estadounidense durante una conferencia organizada por el medio para platicar con directores financieros de empresas. “Esas fueron mis palabras. Me responsabilizo de eso”.

      Las palabras de Trudeau que generaron la reacción de Navarro, del mismo Trump y de otros funcionarios estadounidenses, las pronunció el primer ministro durante una conferencia de prensa al final de la cumbre del G-7.

     Ahí, expresó lo que ya había dicho antes: que los aranceles punitivos de Estados Unidos contra el acero y el aluminio canadiense eran un insulto luego que el gobierno del país vecino del sur pretextó riesgos a la seguridad nacional para imponer tarifas de 25 y 10%, respectivamente.

     A Trump, Navarro y a su asesor económico, Larry Kudlow, no gustaron esos comentarios, por lo que se lanzaron en contra de Trudeau, acusándolo de traidor y débil, lo que elevó las tensiones entre los dos aliados y socios comerciales a niveles no vistos recientemente y que al parecer, a pesar de la disculpa de Navarro, no han podido aún reducirse.

     Esta mañana, por ejemplo, el presidente Trump retomó el discurso duro en contra del primer ministro canadiense.

     Vi “la televisión y está hablando de que no será presionado por Estados Unidos. . . ¿presionado? Si acabábamos de estrecharnos la mano, muy amigable”, dijo Trump esta mañana a bordo de su avión presidencial de regreso de Singapur, donde se reunió con líder de Corea del Norte, al hacer un recuento de lo que ocurrió. “Tengo una buena relación con Canadá, teníamos, antes de la conferencia. . . Eso costará mucho dinero a Canadá. Aprendió [Trudeau] que eso no se hace”.

       Por su parte, Trudeau, tras rechazar preguntas sobre los comentarios de Trump de hace unos días, dio cierta muestra de buscar distender la relación al decir que apoya los esfuerzos estadounidenses para eliminar las armas nucleares que hoy tiene Corea del Norte.

     El origen de los problemas recientes entre Estados Unidos y Canadá, que junto con México, crearon hace ya casi un cuarto de siglo la zona de libre comercio de América del Norte, fue la inclusión por parte del gobierno de Trump de sus dos vecinos y aliados, así como de la Unión Europea, al grupo de países a los que impuso de forma unilateral aranceles punitivos al acero y aluminio a partir del 1 de julio.

      La decisión generó un amplio rechazo de esas dos naciones y esa región, con Trudeau diciendo incluso desde entonces que los aranceles no tenían ninguna justificación y eran un insulto al estar supuestamente respaldados por el argumento de que el acero y aluminio de su país podría poner en riesgo la seguridad nacional estadounidense.

      En medio de esta disputa, Canadá realizó, como estaba programada, la cumbre del G-7 que transcurrió sin sobresalto hasta la reacción de Trump a las palabras de Trudeau, que incluso provocaron que el mandatario de la mayor economía del mundo optara por no firmar el comunicado conjunto que habían bosquejado y acordado los líderes de los siete integrantes de esa asociación a favor del comercio libre y justo.

     Trump describió a Trudeau en un tuit como un líder débil y deshonesto, al tiempo que Kudlow y Navarro lo atacaron al día siguiente, generando gran tensión diplomática entre los dos países.

     Para algunos, las palabras de disculpa de Navarro forman parte, aun cuando no han sido aparentemente efectivas, de algunos esfuerzos incipientes de ambos gobiernos por intentar superar las diferencias que surgieron el fin de semana, por la alta relevancia de la relación y de que existen todavía temas pendientes entre ambos países, como es la renegociación del TLCAN.

     Otro esfuerzo en ese sentido es el que inició Sonny Perdue, secretario de Agricultura estadounidense, quien reiteró el lunes su entusiasmo para asistir a una reunión con su homólogo canadiense, Lawrence MacAulay, el próximo viernes.

     El encuentro fue planeado hace semanas por ambos funcionarios pero la confirmación de Perdue de que viajará a Canadá fue visto por algunos como una señal de intentar dejar atrás el fin de semana complicado que vivieron lo gobiernos de Canadá y Estados Unidos.

    Además, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, anunció que buscará reunirse con el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, los próximos días, para discutir las relaciones comerciales luego de mantener una conversación telefónica sobre el tema, el mismo día de los comentarios de Navarro.

 Freeland también tendrá una reunión con el Comité de Relaciones Internacionales del Senado estadounidense esta semana para hablar de la relación comercial y bilateral.

Con estas acciones las dos naciones parecerían sugerir que están dispuestas a dejar atrás la disputa comercial que emergió el fin de semana, aunque la relación continúa tensa al más alto nivel por las recriminaciones mutuas que se han lanzado las dos partes en las últimas 72 horas.

 

 


Fecha de publicación: 12/06/2018

Etiquetas: Canadá EUA Navarro Trudeau Trump