6 de jun. (Sentido Común) -- Las manzanas del estado de Washington, el whiskey Jack Daniel’s, la carne de puerco o el queso parmesano rallado Kraft son sólo algunos de los productos estadounidenses que comúnmente compran los mexicanos y que ahora son objeto de las tarifas punitivas que adoptó el gobierno de México luego que el presidente Donald J. Trump decidiera imponer aranceles de manera unilateral al acero y aluminio.

     Las tarifas encarecerán esos bienes y muy probablemente reducirán las ventas en el país de esos y otros productores estadounidenses, muchos de ellos ubicados en estados que respaldaron a finales de 2016 la candidatura presidencial de Trump y gracias a lo cual llegó a la Casa Blanca. 

     Con la decisión de imponer tarifas que van de 5 a 25% a muchos bienes estadounidenses para compensar las que impuso Estados Unidos a los metales mexicanos, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto está indirectamente buscando presionar a Trump, a través del sector privado de su país afectado por los aranceles mexicanos, a que revierta su decisión de sancionar al acero y aluminio del país.

     Además, con esas tarifas punitivas, México está advirtiendo a Trump de las consecuencias negativas que podría tener para su país proseguir con otro plan para elevar aranceles a los vehículos importados desde México y otros países bajo el argumento injustificable de que esos autos son una amenaza a la seguridad nacional estadounidense.

     Los nuevos aranceles mexicanos son también vistos como un advertencia de las repercusiones negativas que podría tener para la mayor economía del mundo abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que hoy están renegociando Canadá, México y Estados Unidos.

     “México creo tiene que apoyarse mucho en sus aliados en Estados Unidos, las empresas, los exportadores, los inversionistas que tienen intereses en México y que si Estados Unidos decide retirarse del acuerdo [TLCAN] van a ver afectados sus bolsillos. . . Creo que es muy importante sean estos actores quienes defiendan su interés en el tratado dentro de la política interna”, dijo Luz María de la Mora, directora general de directora de LMM Consulting, una consultoría de negocios en materia internacional.

     Al parecer, el plan de México está ya funcionando.

     Los nuevos aranceles punitivos ya generaron una serie de pronunciamientos de representantes de los sectores afectados por ellos, quienes han comenzado a alzar la voz contra su gobierno por las implicaciones en sus finanzas y empleos que ha desatado su disputa comercial con el país vecino del sur.

     “Es muy desafortunado que las exportaciones de carne de cerdo de Estados Unidos a México. . . ya no disfruten de acceso libre de impuestos a este mercado crítico”, dijo Dean Halstrom, director general de U.S. Meat Export Federation (USMEF), un organismo que aglutina y promueve los intereses de productores de carne en el exterior. “Es especialmente frustrante ver al cerdo estadounidense atrapado en una disputa que no tiene nada que ver con el comercio porcino”.

     La Secretaría de Economía tomó la medida a pesar del impacto que generará en los consumidores mexicanos, que ahora deberán decidir, por ejemplo, si desean consumir manzanas estadounidenses con un sobreprecio de 20%, o buscan otras opciones como comprar este fruto proveniente del estado de Chihuahua o de otros países como Chile.

     México es el principal destino de las manzanas que se producen en el estado de Washington, un mercado que representa entre 200 y 2015 millones de dólares el año, dijo Todd M. Fryer, presidente de Apple Washington Commission, que aglutina los intereses de los exportadores de ese fruto.

     Las tarifas de México se aplicarán en un momento en que alrededor de 20% de la cosecha está pendiente de ser vendida.

     “Los grupos de ventas de la industria reaccionarán de acuerdo con la importancia estratégica de México para sus programas de ventas y mercadeo, algunos serán más afectados que otros. . . colectivamente la tarifa reducirá los ingresos a medida que la economía del mercado comparta el costo incrementado”, agregó Fryer.

     La tarifa llega en mal momento también para los productores de whiskey como Jack Daniel’s, propiedad de la empresa Brown Forman, una compañía que tiene en México uno de sus principales mercados y que ha crecido gracias a la venta aquí de su icónico whiskey elaborado en Tenesseee.

     De hecho, en medio del anuncio de las tarifas impuestas por México y otros países, Brown Forman reveló que recortará hasta en 10% su plantilla laboral, luego de registrar una contracción de 23% de sus utilidades netas en el trimestre que terminó en abril, con respecto al mismo periodo del año anterior.

     El cuarto mercado más relevante para Brown Forman, que también produce los tequilas Herradura y Jimador aquí, es México, donde obtiene 5% de sus ingresos, pero a diferencia de Reino Unido y Australia, su segundo y tercer mercado, es el  país donde registra el mayor ritmo de crecimiento de sus ventas, de 15%, por lo que el arancel al bourbon previsiblemente reducirá su ritmo de expansión en el país.

     Brown Forman prefirió por el momento no hablar sobre las tarifas impuestas en México, pero compartió la posición expresada por organismos que aglutinan los intereses del sector.

     “Esperamos que los Estados Unidos y sus socios comerciales puedan resolver sus diferencias sin someter las exportaciones de whisky de Estados Unidos a aranceles de represalia. Una guerra comercial perjudicará a los consumidores, el sector de la hostelería, las pequeñas empresas y los agricultores estadounidenses que cultivan los granos utilizados para producir los emblemáticos whiskyes del país”, dijo la asociación de bebidas espirituosas, Distilled Spirirts Council, en un comunicado en el que fijó su postura sobre el tema.

     Si bien las medidas comerciales mexicanas tocan productos agrícolas y otros productos de consumo, el mayor número de productos estadounidenses sujetos a aranceles a partir de ahora provienen de la industria acerera, que se podría ver doblemente afectada en Estados Unidos por la guerra comercial.

     Trump incluyó a México en el grupo de países a los que ha comenzado a cobrar un arancel de 25% por las importaciones de sus productos. La medida la tomó el mandatario estadounidense a pesar de que su país cuenta con un superávit de cuenta corriente en el sector siderúrgico de tres mil 600 millones de dólares, de acuerdo a cifras de la Cámara Nacional del Acero o Canacero, la cual aglutina los intereses de las empresas acereras mexicanas.

     “Las medidas espejo afectarán más que beneficiar a la industria de Estados Unidos”, explicó Canacero, en un comunicado.

    

    


Fecha de publicación: 06/06/2018

Etiquetas: Comercio México EUA TLCAN aranceles Kraft manzanas Brown Forman Canacero