FMI recorta pronóstico PIB mundial y México ante pandemia e inflación

25 de ene. (Axis Negocios) -- La recuperación de la economía global cada vez desacelera más su paso ante la persistencia de factores que los gobiernos y las empresas esperaban superar antes, como la pandemia de covid-19, la disrupción de las cadenas de suministros o la inflación, la más alta en varias décadas.

     El aumento en los precios de la energía y las interrupciones en las entregas de partes y componentes han provocado una inflación más acelerada y duradera de lo anticipado, de acuerdo con analistas del Fondo Monetario Internacional en su última actualización trimestral de pronósticos del su reporte, World Economic Outlook (WEO).

     Además, la propagación de la variante ómicron del SARS-CoV-2, aunque causa una enfermedad menos grave, ha roto los récords de contagios y ha comenzado a provocar nuevas restricciones a la movilidad en algunos países, además de enfermado a millones, dejando a algunas industrias con menos personal del necesario para operar normalmente.

     “Los acontecimientos adversos desde el informe WEO de octubre significan que la economía mundial está entrando en 2022 en una posición más débil de lo previsto”, escribió el organismo multilateral en su informe de enero. “Se espera que estos impedimentos afecten el crecimiento en el primer trimestre de 2022”.

     El organismo internacional redujo su estimado para el crecimiento de la economía global para 2022 de 4.9 a 4.4%, al tiempo que elevó su pronóstico para el crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial en 2023 de 3.6 a 3.8%.

     Para las economías avanzadas la perspectiva en el corto plazo también luce más compleja que hace unos meses, principalmente por lo esperado para las dos más grandes del planeta. Para Estados Unidos los expertos del FMI revisaron la aplicación del plan de infraestructura, incorporaron una normalización monetaria más acelerada y extendieron la perspectiva de los problemas de suministro.

     Los economistas del organismo bajaron su estimado de avance de la economía estadounidense en 2022 de 5.2 a 4.0%, al tiempo que para el año entrante la mejoraron de 2.2 a 2.6%.

     Buena parte de la atención mundial hacia Estados Unidos y su economía tiene que ver con la manera como emprenda el retiro de los estímulos monetarios que utilizó la Reserva Federal para favorecer el crecimiento de la economía a partir de la pandemia, lo que preocupa al Fondo en cuanto a la forma como sea comunicada e implementada no solo en Estados Unidos, sino en general todos los países que también están en la labor de retirar estímulos y, como México y Estados Unidos, elevar las tasas de interés para atenuar los niveles elevados de inflación que son producto de los desajustes en las cadenas de suministro.

     “Es crítico comunicar bien la transición de la política hacia una orientación más restrictiva a fin de evitar reacciones desordenadas en los mercados”, dijo en conferencia Gita Gopinath, directora de estudios económicos del FMI. “En las economías donde las presiones inflacionarias se mantienen atenuadas y la recuperación no ha llegado a término, la política monetaria puede seguir siendo acomodaticia”.

     En cuanto a China, la nación enfrenta interrupciones provocadas por su política de tolerancia cero al nuevo coronavirus y el estrés financiero relacionado con la situación del sector inmobiliario. El gigante asiático vio caer su previsión de avance para este año de 5.6 a 4.8%, y la de 2023 de 5.3 a 5.2%.

     Si bien el estimado global y estadounidense mejora para 2023, esto es producto de un repunte natural ante los frenos actuales al crecimiento y las mejores perspectivas para la segunda mitad de 2022.

     Para México, la segunda mayor economía latinoamericana, los analistas del Fondo ajustaron la predicción del presente año de 4 a 2.8%, aunque la de 2023 brincó de 2.2 a 2.5%.

     El país enfrentará una política monetaria más agresiva como respuesta a la acelerada inflación y la perspectiva deteriorada de Estados Unidos significa también una debilidad de la demanda externa esperada.

     “En el caso de México lo que tenemos es una segunda mitad de año de 2021 más débil de lo esperado debido a las disrupciones de suministro, así que eso se traslada un poco a 2022, el país aún está lidiando con el virus [SARS-CoV-2], también hay una ligera desmejora en las condiciones monetarias”, señaló en conferencia Petya Koeva, subdirectora del departamento de investigación del Fondo.

     El Fondo advirtió que los riesgos en el panorama económico global se encuentran inclinados a la baja.

     “La aparición de nuevas variantes de covid-19 podría prolongar la pandemia e inducir nuevas perturbaciones económicas”, dijo el FMI, en su reporte. “Además, las interrupciones en la cadena de suministro, la volatilidad de los precios de la energía y las presiones salariales localizadas significan que la incertidumbre en torno a la inflación y las trayectorias de las políticas es alta”.

     En particular para las economías emergentes o en desarrollo, enfrentarán riesgos a la estabilidad financiera, flujos de capital, tipo de cambio y posiciones fiscales a medida que las economías avanzadas elevan las tasas de interés, particularmente aquellas que han elevado su deuda.

     Claro que el FMI no se olvidó las tensiones geopolíticas como parte de los riesgos que podría enfrentar el crecimiento económico de 2022, así como la previsión de los desastres naturales relacionados con el calentamiento global.

     Aunque el organismo no lo mencionó, en cuanto a lo primero lo más probable es que se refiere a las tensiones de Rusia con Estados Unidos al respecto de un potencial conflicto militar en Ucrania.

     Por otro lado, los economistas no dejaron de mencionar que la pandemia, pese a parecer estar bajo control, se requiere que termine en todos lados para poder declarar una victoria global.

     “El acceso mundial a vacunas, pruebas y tratamientos es esencial para reducir el riesgo de nuevas variantes peligrosas de covid-19”, escribió el FMI. “Esto requiere una mayor producción de suministros, así como mejores sistemas de entrega dentro de los países y una distribución internacional más justa”.