Omar Bravo, el máximo goleador en la historia del Club Guadalajara, dejó a su equipo en 2008 como agente libre para jugar en el club español Deportivo La Coruña. A su regreso a México tuvo dificultades para enrolarse en un nuevo equipo porque las Chivas exigían un pago por derechos de formación. AP Photo/Christian Palma
Omar Bravo, el máximo goleador en la historia del Club Guadalajara, dejó a su equipo en 2008 como agente libre para jugar en el club español Deportivo La Coruña. A su regreso a México tuvo dificultades para enrolarse en un nuevo equipo porque las Chivas exigían un pago por derechos de formación. AP Photo/Christian Palma

15 de oct. (Sentido Común) -- La noche del 18 de abril de 2012, Decio de María --un economista que entonces fungía como representante de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), la institución encargada de administrar el futbol profesional mexicano-- asistió al auditorio Raúl Baillères en las instalaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

     De María, quien antes de empezar una carrera en el futbol mexicano a principios de los años 2000 había trabajado para la Organización de Telecomunicaciones Iberoamericanas y para el Banco de México, había sido invitado por el ITAM como uno de los ponentes junto a Francisco Javier González, el entonces director de Televisa Deportes Network, a una conferencia titulada "El Negocio del Futbol" organizada por el departamento de economía del instituto.

     Vestido de traje y corbata, esa noche De María explicó a los alumnos del ITAM diversos aspectos del funcionamiento del futbol nacional e internacional y el mercado de fichajes de jugadores. Entre los puntos que explicó De María fue un sistema llamado el ‘pacto de caballeros’ o, como él lo llamó esa noche, ‘el pacto México’.

     “Existe porque es un sistema que trata de proteger las inversiones de los equipos chicos”, dijo De María a los alumnos en el auditorio. “Si tú no le pones una barrera de salida al mercado laboral, el equipo grande con mucha facilidad agarra a los pocos activos de los equipos chicos y se los lleva simplemente porque su cartera es más grande”.

     “Entonces es una barrera de trabajo, es una barrera laboral”, agregó De María, quien posteriormente explicó los beneficios que ese sistema otorgaba a los futbolistas, como incrementos de sueldos, y a los equipos menos populares, o chicos, como tener un mayor retorno a la inversión que hacen en los futbolistas más jóvenes.

     “¿Es malo? No sé, podríamos debatirlo” preguntó retóricamente esa noche De María, muy probablemente ante las críticas que por años ese sistema recibió por parte de jugadores y de la sociedad mexicana en general, ya que derivó en barreras para que los futbolistas puedan moverse entre clubes.

     “Se ha hecho mucho alrededor de esto, pero es el sistema que ha permitido mantener un equilibrio para que las distancias entre los grandes y los chicos no se hagan cada vez más grandes”, concluyó.

      Sin embargo, tal vez sin intención, lo que en realidad estaba describiendo De María esa noche, a pesar de las aparentes buenas intenciones de la Femexfut, era una práctica monopólica castigada por la ley.

      Más de seis años después, el 29 de junio de 2018, la autoridad investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica decidió abrir un expediente para averiguar lo que por años fue más que un secreto a voces, una constante queja de futbolistas y un tema recurrente en la prensa deportiva: el ‘pacto de caballeros’.

     Al final de la pesquisa, Cofece, como también se conoce a la entidad encargada de sancionar las prácticas monopólicas en México, encontró no solo acuerdos colusorios entre clubes y directivos para restringir el fichaje de futbolistas, sino también pactos para fijar y manipular el monto máximo de salarios que perciben las jugadoras en la liga femenina profesional con un tope de 15 mil pesos (740 dólares).

     “La responsabilidad de la Cofece es proteger la competencia y libre concurrencia en los mercados, que es lo que hizo en este caso al sancionar un acuerdo entre competidores, clubes de fútbol, quienes acordaron establecer un tope máximo de 2,000 pesos a la contraprestación que pagaban por los servicios de las futbolistas y se coludieron para segmentar el mercado al impedir que los jugadores se cambiaran a otro equipo libremente”, dijo Brenda Hernández, comisionada presidenta del regulador.

     Los hallazgos de la fiscalía de la Comisión derivaron tres años después en un juicio por parte del pleno de Cofece y en una multa de 177.6 millones de pesos (8.8 millones de dólares) a 17 clubes de futbol profesional de la Liga MX, así como a ocho directivos por incurrir y facilitar las prácticas monopólicas absolutas.

     Las siguientes tablas muestran la distribución de las multas (en millones de pesos) por club y directivo en cada conducta monopólica, de acuerdo con el expediente del caso consultado por Sentido Común:

 

Club

Pacto de Caballeros

Salarios máximos a jugadoras

Club América

5.5

3.8

Pachuca

5.5

4.5

Cruz Azul

4.0

3.5

Monarcas

13.5

4.0

Chivas Gdl.

5.5

4.0

Santos

3.0

3.9

Tigres

2.0

4.8

Toluca

11.5

4.5

Pumas UNAM

3.3

4.0

León

2.0

4.0

Querétaro

1.1

1.1

Necaxa

7.3

4.0

Rayados Mty.

1.8

3.7

Atlante

1.3

N/A

Xolos Tijuana

11.8

4.4

Atlas

8.0

4.2

Puebla

8.0

N/A

Femexfut

2.3

15.2

 

Directivo

Pacto de Caballeros

Salarios máximos a jugadoras

Justino Compeán

0.015

N/A

Decio de María

0.8

N/A

Enrique Bonilla

1.7

1.7

Anna Peniche

0.4

0.4

Guillermo Cantú

0.031

N/A

Margarita Iglesias

0.005

N/A

Víctor Garza

0.4

N/A

Víctor Guevara

0.5

0.5

 

     Para calcular las sanciones Cofece determinó la duración de las prácticas anticompetitivas en cada caso. Por ejemplo, América, Cruz Azul, Chivas, Pumas, Tigres, Rayados y Toluca ejecutaron el ‘pacto de caballeros’ de 2008 a 2018, mientras que León lo hizo de 2012 a 2018 o Atlas de 2014 a 2018.

     De María, quien terminó sustituyendo a Justino Compeán en 2015 como presidente de Femexfut, estuvo involucrado en la conducta anticompetitiva al menos de 2008 a 2018, mientras que Compeán lo hizo de 2008 a 2015.

     Cofece también calculó el tamaño del mercado afectado por las conductas colusorias a través de los sueldos pagados en cada año. Por ejemplo, de acuerdo con las estimaciones de la dependencia, en 2018 la cantidad de salarios en la Liga MX sumaron dos mil 790 millones de pesos (137 millones de dólares), mientras que para el caso de la liga femenina en ese mismo año los sueldos sumaron 27.4 millones --de cada 100 pesos en sueldos para las dos ligas, más de 99 pesos se destinaron a los varones.

     La Comisión además calculó el daño que cada club y directivo causaron en el mercado a través de estimaciones estadísticas que determinaron el efecto de la práctica anticompetitiva en el sueldo de los jugadores afectados directamente.

     En el caso del ‘pacto de caballeros’, el organismo regulador estimó un daño total al mercado de 51.2 millones de pesos y en el caso de los límites máximos en los salarios de la liga femenina el daño ascendió a 32.2 millones.

     El camino para llegar a esas sanciones, sin embargo, incluyó evidencia más allá de los cálculos realizados por la Comisión y de la misma conferencia que De María dio la noche de abril de 2012 en el campus de San Ángel del ITAM.

 

Cuaderno de inventarios, papeletas y confesiones    

El 15 de enero de 2018, casi seis meses antes que la fiscalía de Cofece iniciara oficialmente la pesquisa en la que realizó visitas a las instalaciones de varios clubes, interrogó a directivos y obtuvo otro tipo de evidencias, se reunieron representantes de Femexfut, la Asociación Mexicana de Futbolistas (AmfPro), la Liga MX y la Liga MX Femenil.

     El primer punto en la agenda de ese día fue el ‘pacto de caballeros’ y el cuarto punto el régimen de transferencias y contrataciones en el fútbol mexicano, de acuerdo con las minutas de esa reunión obtenidas por Cofece en una memoria externa (USB).

     El expediente muestra que durante casi tres años Cofece recabó este tipo de materiales como parte de la evidencia que fue fundamental para determinar la existencia y el funcionamiento de las prácticas anticompetitivas en la estructura del futbol mexicano.

     La autoridad investgadora encontró que los clubes de futbol, con la ayuda de Femexfut, acordaron respetar sus respectivos inventarios de futbolistas libres de contrato, estableciendo la obligación de contar con la autorización del club titular de la primera opción de contratación.

     Un ejemplo de la evidencia de esta práctica fue un cuaderno encontrado en las instalaciones del club Rayados de Monterrey en una visita de Cofece. En él, el equipo detalla cómo se compone un inventario de jugadores, a través de la vigencia de sus respectivos contratos.

      En algunos casos, además, la evidencia fue reforzada por confesiones de altos directivos del futbol mexicano.

     “Cuando se trataba de un jugador sin contrato vigente, si el jugador se encontraba dentro del inventario de un club que lo había registrado previamente, el club que quería contratar al jugador debía de tener la venia del club que lo tenía en su inventario” dijo Justino Compeán a investigadores de Cofece en un interrogatorio ejecutado en las instalaciones de la dependencia en Santa Fe.

     El ‘pacto de caballeros’, también conocido formalmente como derecho de retención, fue ejecutado a través de un sistema creado a iniciativa de De María y Bonilla, conocido como ‘papeletas’ durante los periodos hábiles para el fichaje de futbolistas y funcionaba a través del concepto de primera opción de compra (POC) de un jugador.

     En las papeletas, los clubes plasmaban las condiciones y características de las transferencias y contrataciones.

     “Cuando estuve como secretario general y presidente de la Liga MX estuve a cargo de la administración del derecho de retención, buscando que se cumplieran con las reglas para su correcta implementación, a través de las personas que me reportaban”, dijo De María, quien también fue interrogado por investigadores de Cofece.

     “Un club nuevo que quisiera contratarlos debía de contar con la autorización del club que detentaba el POC. El POC se transmitía mediante la transferencia documentada con una papeleta B, o bien mediante la operación documentada mediante una papeleta CC”, agregó De María en su testimonio.

     Las confesiones de los altos directivos de Femexfut corroboraron las hipótesis de los investigadores de Cofece sobre una práctica denunciada por algunos periodistas y que se ajustaba a la situación que padecieron diversos futbolistas que decidieron abandonar la estructura de la “barrera laboral” que describió De María en el ITAM.

     El común denominador de jugadores que aparentemente desafiaron el 'pacto de caballeros' fue buscar hacer una carrera en ligas de otros países. Alan Pulido, Osvaldo Alanís, Francisco Fonseca, Omar Bravo o Gerardo Torrado, son algunos de los nombres que en su momento manejaron algunos periodistas que en algún momento de su carrera se toparon con barreras.

     “Es muy importante aclarar que no se sancionó la relación laboral, lo que se sanciona es un acuerdo entre competidores, en este caso los clubes de futbol, quienes, en lugar de competir para atraer al mejor talento, se pusieron de acuerdo para fijar precios, es decir topar el pago a las futbolistas y segmentar el mercado de fichaje de los futbolistas al impedir indebidamente que estos se movieran libremente de un equipo a otro”, agregó Hernández, quien preside la Cofece desde septiembre.

     Para el caso de los salarios máximos de las jugadoras en la liga femenina, los argumentos fueron aún más sencillos. Los ex directivos de Femexfut dijeron a Cofece que estos eran un vehículo para incentivar la inversión de los clubes en la liga de mujeres.

     El tope salarial de 15 mil pesos se estableció “con la finalidad de que los clubes pudieran invertir en el desarrollo y establecimiento de la Liga MX Femenil como un producto y marca en México”, dijo Bonilla en una comparecencia ante Cofece. “Se determinaron los montos que se estimaron adecuados conforme al modelo de negocios de los clubes y considerando que era un mercado que estaba en creación”.

     Con las confesiones de los ejecutivos de la Femexfut, Cofece logró terminar la investigación --a pesar de algunos contratiempos que derivaron en sanciones económicas e incluso una orden de arresto contra ejecutivos de la cadena Televisa-- y ejecutó el juicio en contra de los clubes mexicanos que culminó con las multas.

     Este expediente además marcó la primera ocasión en que las autoridades antimonopolios de México sancionan un caso sobre irregularidades en un mercado laboral.

     El ‘pacto de caballeros’ aparentemente terminó a mediados de 2018, cuando en una conferencia de prensa conjunta, representantes de la liga, equipos y jugadores anunciaron el fin de ese acuerdo colusorio en lo que catalogaron como un día “histórico”. 

     Cofece dijo que aún no ha sido notificada de potenciales demandas de amparo contra la resolución que podrían ejercer los clubes, la Federación o los directivos sancionados.

     Sentido Común buscó algunos de los principales clubes para obtener sus comentarios. El único en responder fue Rayados de Monterrey, que se limitó a decir que el tema corresponde a la Liga MX.

     “Tal como se informó en su momento el denominado 'Pacto de Caballeros' concluyó en 2018, como resultado de las pláticas y negociaciones entre la Federación Mexicana de Fútbol, la Liga MX y la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMF Pro). Mientras que el tope salarial concluyó en mayo de 2019”, dijeron la Liga y la Federación en septiembre, como respuesta a la publicación de las sanciones por parte de la Cofece.

 

 


Fecha de publicación: 15/10/2021

Etiquetas: Femexfut futbol deporte competencia jugadores Cofece derechos laborales