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Recientemente, los principales índices accionarios en Estados Unidos cerraron operaciones en el nivel más alto del año; para ser más precisos, los mercados bursátiles estadounidenses lograron alcanzar a finales de agosto el máximo histórico número 53 en este 2021 debido a que los inversionistas se mostraron más positivos en cuanto a que la Reserva Federal (FED) no realizará ninguna adecuación a la política monetaria, resurgiendo de esta forma un mayor optimismo en cuanto a la verdadera capacidad de recuperación económica de Estados Unidos.

     Efectivamente, en la pasada reunión de Jackson Hole, el presidente de la FED, Jerome Powell, reforzó el mensaje de que el tapering no implica el endurecimiento de la política monetaria sino únicamente el reconocimiento de que la salud de la economía está mejorando sólidamente. Más aún, el hecho de que el presidente de la FED haya señalado específicamente que el mercado laboral todavía tiene espacio para alcanzar los niveles de pleno empleo, sugiere que el Banco Central no tiene prisa para endurecer la política monetaria y emprender el alza en las tasas de interés.

     En esta ocasión el máximo histórico se fue impulsado por la expectativa de que las tasas de interés permanecerán bajas por un período prolongado de tiempo, pero ¿y los otros máximos del año? Lo cierto es que los participantes en el mercado bursátil han encontrado múltiples factores que los alientan a invertir en el mercado de valores: reportes corporativos mejor a los esperados; la percepción de que la inflación en Estados Unidos es un fenómeno temporal; el avance en el proceso de vacunación; la aprobación de nuevos programas de estímulos; cifras del PIB más positivas; el fortalecimiento del mercado laboral; y un largo etcétera.

     De lo anterior se pueden sacar dos conclusiones importantes: a) que el mercado bursátil tiene una naturaleza ganadora en el largo plazo debido al crecimiento poblacional y la mayor demanda de bienes y servicios que esto implica, los avances tecnológicos que aumentan la productividad de las empresas que cotizan en la bolsa, la posición de liderazgo de las empresas y su gran capacidad de innovación; y, b) que el impacto negativo de algunos fenómenos coyunturales, como el surgimiento de la variante Delta o episodios geopolíticos como el conflicto en Afganistán, son vistos por los inversionistas como oportunidades para participar en el mercado de valores con menores costos.

     Estas dos reflexiones son útiles para entender la forma en la que se puede construir un patrimonio que garantice un retiro digno llegado el momento en que se abandone el mundo activo. Los individuos más acaudalados del mundo invierten una buena parte de sus recursos (alrededor de 50%) en el mercado de valores y tienen una visión de largo plazo.

     Pero quizá el factor común de las personas exitosas en el mundo de las inversiones bursátiles es que todas ellas han desarrollado hábitos muy claros para construir un patrimonio; dicho de otra manera, no invierten un solo dólar esperando que la suerte les sonría y ese dólar se multiplique, sino que cuentan con una metodología que les permite invertir de manera inteligente, minimizando los riesgos y aumentando la probabilidad de alcanzar sus objetivos financieros.

     Los hábitos que distinguen a los inversionistas exitosos son principalmente seis: 1) siguen un proceso de inversión serio, disciplinado y profesional; 2) son personas organizadas y ordenadas que les permite tener un control preciso de sus inversiones y evitar adquirir activos financieros que no conocen o entienden; 3) tienen acceso a oportunidades de inversión que suelen ser invisibles para la mayoría de las personas; 4) son constantes en la persecución de sus objetivos, por lo que evitan estar entrando y saliendo del mercado; 5) son pacientes, entienden que el proceso de construir un patrimonio se da en el largo plazo y no de un día para otro; y, 6) diversifican sus portafolios, es decir, no ponen todos los huevos en una sola canasta.

     Así que no pierda de perspectiva sus objetivos financieros y sea constante, si volteamos la mirada nos daremos cuenta de que en el 2020, con todo el cierre económico mundial, los inversionistas que mantuvieron sus posiciones bursátiles no sólo se recuperaron de las minusvalías observadas sino que terminaron por registrar ganancias importantes.

     Hoy el panorama puede parecer sombrío, sobre todo por la aparición de la variante Delta, pero no nos tropecemos con el árbol sin observar el resto del bosque. El entorno es, sin lugar a duda, favorable para la inversión bursátil en Estados Unidos debido a los avances en el control de la pandemia (difícilmente veremos un nuevo cierre económico), así como a la presencia de tasas de interés muy bajas y una alta liquidez que está buscando destinos más rentables que el mercado de bonos.

     Una vez que se contenga el avance de la variante Delta, seguramente los inversionistas se volcarán hacia el mercado de valores, reconociendo el gran potencial de la economía, este rally o estos nuevos rallys impulsarán los índices hacia nuevos máximos históricos. Si usted cuenta con las características que distingue a los inversionistas exitosos, disciplina, metodología, constancia y visión de largo plazo, estará preparado para aprovechar el crecimiento del mercado y construir de esta forma un sólido patrimonio.

     Usted debe de tener hábitos sólidos para invertir de manera exitosa en el mercado de valores, pero no necesariamente tiene que ser un experto en finanzas, por esto, siempre será una buena idea acercarse a un asesor profesional.

 

*Manuel Guzmán es Socio Director en IDEA Asset Management

 


Fecha de publicación: 07/09/2021