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He aquí una historia hilarante. Durante los últimos tres años he estado pagando 15 dólares mensuales por un servicio de fax electrónico que he usado. . . dos veces. Eso es asciende a 540 dólares. Por la misma cantidad, podría haber comprado 20 rollos de papel de fax, o 10 máquinas de fax reales de trabajo, o un boleto de avión a Irlanda para visitar el museo donde se exhibe la primera máquina de fax del mundo.
Salude a la economía de suscripción, donde cada negocio --y me refiero a todos los negocios-- se mueve hacia la facturación mensual o anual. ¿Esa camisa que lleva? Hay una suscripción para eso. ¿Papel higiénico? Sí. ¿Maquinas de afeitar? Un negocio de mil millones de dólares. ¿Un timbre? Ding dong!
Los cargos que aparecen regularmente en nuestras tarjetas de crédito se han ampliado mucho más allá de los servicios de transmisión de video y música y, sí, también de los periódicos que recibimos en la puerta. El estadounidense promedio paga 237 dólares al mes por servicios de suscripción, de acuerdo con un informe de julio de 2018 de West Monroe Partners.
El informe señala que 84% de los estadounidenses también subestiman completamente cuánto gastan cada mes en suscripciones.
Eso es porque la variedad de servicios es más difícil de rastrear que los sabores del agua gasificada LaCroix. Además, la cantidad de suscripciones que pagamos y cuánto pagamos solo seguirá aumentando.
No me malinterprete. Me encantan las suscripciones. Me encanta que pronto podré pagar siete dólares mensuales por el recientemente anunciado Disney + en lugar de tener que pagar a la carta tres dólares por cada episodio de ‘Mickey Mouse Clubhouse’.
Pero no podemos seguir inscribiéndonos a “pruebas gratuitas” que se convierten en pagos mensuales que duran años. Tenemos que prestar atención a dónde va nuestro dinero. Únase a mí Programa de Limpieza de Suscripciones de Verano, disponible únicamente por cero dólares al mes, si actúa ahora mismo.
Por qué están proliferando las suscripciones
La industria de la tecnología ama el término Programas como un Servicio (SaaS, por sus siglas en inglés). Es la idea de que los programas no se compran una vez y se instalan, sino más bien uno se suscribe al mismo y éste siempre es actualizado. ¿El Microsoft Office? SaaS. ¿Google Drive? SaaS. ¿La aplicación de codificación de su hijo? También es SaaS.
También hay Contenidos como Servicios (CaaS, por sus siglas en inglés). ¿Netflix? ¿Hulu? ¿Spotyfy? ¿AppleNews? Todos son CaasS. Además, también hay Equipos como Servicios (HaaS, por sus siglas en inglés). La chapa de su puerta, termostato, cámara de seguridad, hasta su coche o cepillo de dientes conectados a internet, ahora viene con suscripciones.
Incluya todo en una canasta y llámelo Todo como Servicio o –si, ya sé que esto parece odioso-- (EaaS, por sus siglas en inglés).
“No puedo exagerar la mega tendencia de todo como servicio. En esto no hay límites”, dijo Tom Dibble, director ejecutivo de Aria Systems, una compañía que proporciona una plataforma de facturación en nube para las empresas de suscripción. “Hay una demanda masiva de esto, por lo general alrededor de los millennials que se resisten a la propiedad”.
Con las suscripciones, las compañías pueden recibir depósitos bancarios -- literalmente-- de cierta cantidad cada mes o año de un número determinado de personas.
“Wall Street ama a estos modelos de negocios. Los ingresos recurrentes tienen un gran poder”, dijo Tien Tzuo, director ejecutivo de Zuora, una compañía que crea programas para ayudar a las empresas a administrar servicios de suscripción.
No vea más allá del movimiento de Apple hacia los servicios, ahora que las ventas de iPhone han disminuido y el reciente anuncio de la compañía de ofrecer nuevos juegos, noticias y servicios de televisión, todos mediante suscripción.
No solo vamos a tener más suscripciones sino que sus precios subirán. En los últimos meses, Netflix ha está subiendo el precio de todos sus planes --nuevamente. Eso le sigue a los incrementos de sus competidores Hulu, YouTube TV y DirecTV Now. Ellos están empezando a hacer que el cable parezca un gran gran trato.
Esto solo es el comienzo. Muchos servicios de suscripción tienen un precio intencionalmente bajo al inicio, explicó Tzuo. Una vez que se ha demostrado el valor del servicio, los precios pueden subir o se pueden agregar niveles más caros. Mientras tanto, las compañías recopilan datos sobre cómo utilizamos sus servicios para crear ventas irresistibles.
¿Qué podemos hacer al respecto?
El aumento de los servicios nos deja un gran trabajo, de hecho actualmente hay nuevos servicios que ayudan al respecto.
Probé Trim y Truebill, que analiza sus transacciones bancarias y de tarjeta de crédito para encontrar cargos recurrentes. Ambos hacen que sea muy fácil iniciar sesión en sus cuentas de finanzas personales. Thomas Smyth, director ejecutivo de Trim, me aseguró que la compañía no vende ni proporciona los datos a ninguna otra compañía y que utiliza medidas de seguridad estándar de la industria. Sin embargo, no me gusta que las empresas externas vean todas mis transacciones y saldos.
Esto podemos hacer:
Paso 1: Auditoría. Inicie sesión en su tarjeta de crédito y cuentas bancarias y haga una lista (o, mejor aún, una hoja de cálculo) de todas sus suscripciones mensuales y anuales, junto con sus cargos.
Si realmente desea una solución digital, le recomiendo una aplicación como Bobby, disponible para iOS, que le permite hacer listas simples y sumar los totales.
Paso 2: Consolide los planes familiares. Haga que su consorte haga lo mismo y luego haga una referencia cruzada de las listas. Rápidamente vi algunos duplicados en mi casa. Cancelé mi suscripción a Amazon Prime y me uní a mi esposa. Lo mismo ocurre con la música de Apple. Ahora, en lugar de 20 dólares mensuales por dos suscripciones, pagamos 15 dólares por el plan familiar.
Paso 3: Cancelar. Marque las suscripciones en las que realmente ya no encuentra ningún valor, o peor aún, las que comenzaron como pruebas gratuitas y se convirtieron en un cargo mensual recurrente. Entonces dígales adiós.
Ciertamente, es más fácil decirlo que hacerlo. La mayoría de las veces, el botón “Cancelar mi suscripción” está oculto en una aplicación o en el menú de un sitio electrónico o, lo que es peor, debe llamar y cuestionarse lo que ha hecho en su vida para merecer 30 minutos de espera escuchando música. Una ley de California del 2018, que exige que las empresas proporcionen una forma de cancelar suscripciones en línea, ciertamente ha ayudado en este sentido.
Si tiene dificultades, pruebe el servicio de chat para clientes de la empresa o simplemente envíele un correo electrónico. Obtuve un mes completo acreditado por una “prueba gratuita” de un servicio de búsqueda de personas que accidentalmente comencé a pagar.
¿Uno de los beneficios de suscribirse a otros servicios utilizando la App Store de Apple? Son fáciles de cancelar. En el iPhone, vaya a Configuración y luego a iTunes y App Store. Pulse su ID de Apple, luego Ver ID de Apple, luego Suscripciones.
Al suscribirse a nuevos servicios, busque la posibilidad de desactivar cualquier función de renovación automática, y si hay una versión de prueba gratuita, establezca un recordatorio en su calendario justo antes de que finalice el período de prueba, por lo que puede considerar cancelar antes de que se le cobre.
Paso 4: Repita.
La única forma en que podemos asegurarnos de no seguir pagando a las empresas por el resto de nuestros días es mediante esta rutina de poda cada año.
Ahora escrito en mi calendario para el 8 de mayo de 2020: Comienza el programa de limpieza de suscripciones de primavera. Este es un recordatorio prefabricado para usted si usa Google Calendar en su computadora --sin necesidad de suscripción.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 24/06/2019