La industria acerera de México será una de las que cuente con mayores beneficios en el nuevo acuerdo comercial que logró el gobierno con las autoridades de Canadá y Estados Unidos tras la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dijo Jesús Seade, en un evento en la Ciudad de México.

     De acuerdo con Seade, el nuevo acuerdo comercial que regulará a la región, también conocido como T-MEC, impulsará a empresas de diversos sectores a usar mayores cantidades de acero norteamericano en sus procesos, a fin de poder gozar de los beneficios de libre comercio con el nuevo acuerdo.

     Por ejemplo, el nuevo acuerdo obligará a empresas ensambladoras de electrodomésticos a usar un mayor contenido de acero norteamericano en sus productos.

     Además, la industria automotriz deberá usar por lo menos 70% de acero de Norteamérica en los vehículos que ensamble en plantas ubicadas en Canadá, Estados Unidos y México, a fin de poder exportar sus unidades sin aranceles dentro de la región.

     Esta “es una buena noticia para los acereros de la región”, dijo Seade, quien representó al equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador en las renegociaciones del T-MEC, en un evento organizado por la Cámara Española de Comercio.

     Si bien el nuevo acuerdo es una oportunidad para que los productores de acero puedan incrementar sus ventas en el corto y mediano plazo, la industria acerera mexicana también ha criticado los aranceles que el gobierno de Donald J. Trump impuso a ese sector en Estados Unidos.

     Trump impuso tarifas de 25% al acero importado en Estados Unidos, incluso aquel producido por sus socios comerciales de Norteamérica, al considerar que podrían amenazar la seguridad nacional de su país.

     En los últimos meses, la industria acerera mexicana ha rechazo esa postura y ha manifestado que el acero de México no representa ninguna amenaza para la seguridad nacional estadounidense.

     No obstante, Seade espera que los gobiernos de Estados Unidos y México lleguen a un acuerdo para eliminar esas barreras comerciales antes que firmen el nuevo tratado a finales de noviembre.

     El negociador comercial de López Obrador incluso estima que el 7 de noviembre, una vez que terminen las elecciones legislativas en Estados Unidos, los dos gobiernos puedan atender ese asunto.

     “Espero que se levanten” esos aranceles, agregó Seade en el evento. “Entiendo que vamos en esa dirección”.

     Seade dijo también que las nuevas reglas de origen en la industria automotriz --que subirán de 62.5 a 75% el porcentaje de piezas originarias de Norteamérica en los autos ensamblados, además de imponer un nuevo componente laboral que obliga que 40% de las partes de un automóvil sean producidas en plantas con salarios mínimos de 16 dólares por hora-- no serán un obstáculo para ese sector en México.

     De hecho, de ese 40% que debe salir de plantas con altos salarios, 25% corresponde a sueldos de trabajadores de las plantas ensambladoras, otro 5% personal administrativo y 10% restante trabajadores de ingeniería y desarrollo.

     Para esas últimas categorías, en México el sector automotor ya cuenta con salarios que van de 10 a 22 dólares por hora, lo que pone al país como un punto atractivo para que marcas europeas y asiáticas trasladen sus operaciones administrativas, de ingeniería y desarrollo al territorio mexicano, a fin de cumplir con las reglas del T-MEC.

     “Espero que toda esa [operación] se venga a México”, dijo Seade, durante el evento. “No hay razón para que no sea así”.

     Seade estima que marcas de Europa y Asia trasladarán también procesos de producción de carrocerías, baterías y sistemas de suspensión a sus plantas en Norteamérica en el mediano plazo, para cumplir con los nuevos requisitos del acuerdo comercial.

 

 



Fecha de publicación: 30/10/2018

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