28 de ago. (Sentido Común) -- Tras el anuncio que hicieron los gobiernos de Estados Unidos y México de que habían logrado ya limar todas sus diferencias para poder modernizar su acuerdo de libre comercio, han comenzado los debates sobre quien ganó o quién perdió con lo acordado.

     Muchos comienzan a tratar de descifrar el impacto que tendrán las modificaciones acordadas a fin de dilucidar las industrias y trabajadores ganadores y perdedores en cada país por esos cambios.

     De lo que no queda duda, al menos para un buen número de analistas, es que, a un día del anuncio de que Estados Unidos y México lograron un acuerdo para preservar su tratado de libre comercio, es que hay tres ganadores indiscutibles del pacto --al menos desde un punto de vista político.

     Esos ganadores no son otros más que el presidente estadounidense Donald J. Trump, el presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador y el presidente mexicano saliente Enrique Peña Nieto.

     Para los dos mandatarios y para el futuro presidente de México, el haber terminado las negociaciones para mantener el libre comercio trae ventajas para cada uno, que en buena medida explican porque, tras meses de dificultades, los equipos negociadores de las dos naciones pudieron finalmente resolver sus diferencias.

     En el caso concreto de Trump, muchos observadores consideran que el anuncio del éxito de las negociaciones le permitirá colgarse su primera medalla en términos de negociaciones internacionales frente a sus electores.

     Al mismo tiempo, el pacto elimina, al menos tentativamente, un elemento de incertidumbre y posibles daños a algunos de sus más fieles seguidores, como son los productores agrícolas y manufactureros.

     La posible ruptura del acuerdo comercial con México estaba, de tiempo atrás, generando serias preocupaciones en productores y trabajadores agrícolas, ya que muchos de ellos dependen, en buena medida, de las ventas sin aranceles que pueden hacer a México —el segundo consumidor más grande en el mundo de productos estadounidenses.

     Algo similar estaba ocurriendo con los capitanes de industrias manufactureras, que han creado, a lo largo de los últimos 20 años, importantes cadenas de suministro con proveedores mexicanos, quienes les brindan una ventaja competitiva frente a productores europeos y asiáticos.

     Sin el libre comercio, muchos de ellos temían que sus costos de producción se elevaran, algo que podría traducirse en pérdida de niveles de competitividad global.

     Con el acuerdo alcanzado, ambos sectores sin duda están hoy menos preocupados que ayer.

     El mismo Trump resaltó, cuando anunció el acuerdo con México, las ventajas que traerá haber concluido exitosamente las negociaciones con el país vecino del sur para esos dos grupos.

    “Es un acuerdo increíble. . . pero lo más importante es un acuerdo increíble para los trabajadores”, dijo el mandatario estadounidense durante el evento, vía telefónica que organizó con el presidente Enrique Peña Nieto para anunciar el éxito de las negociaciones. “Nuestros agricultores van a estar muy contentos. . . México ha prometido comenzar de forma inmediata a comprar tantos productos agrícolas como les sea posible”.

     Así, con el acuerdo alcanzado, que en cierta medida brinda ventajas a Estados Unidos, muchos electores podrán renovar su fe en Trump como un líder que defiende los intereses de su país --una de las razones por las que ganó la elección presidencial de 2016.

     Ese posible repunte en su popularidad podría además llegar en un momento clave: las elecciones estadounidenses de medio periodo.

     Muchas encuestas creen que el partido de Trump, el partido Republicano, perderá el control que tiene hoy en la Cámara de Represantantes ante la caída de la popularidad del presidente estadounidense.

     El acuerdo con México podría quizás modificar esos y darles a los republicanos nuevas municiones para intentar mantener el control de la Cámara Baja --algo crucial para la capacidad de gobernar de Trump.  

Ahora bien, en el caso de López Obrador, los analistas resaltan que el fin de las negociaciones elimina un elemento de incertidumbre y distracción que podría opacar el inicio de su mandato.

“Para Andrés Manuel tener este problema resuelto antes de su toma de posesión, el primero de diciembre, era vital”, dijo Duncan Wood, director de Mexico Institute, un centro de estudios México-Estadounidenses en Washington, D.C., durante una conferencia telefónica para platicar del significado del fin de las negociaciones entre México y Estados Unidos. “El no quería tener la distracción o una relación antagónica con Estados Unidos”.

De ahí que el futuro presidente de México sea considerado también, por algunos, como ganador del acuerdo de libre comercio alcanzado con Estados Unidos.

El acuerdo “le da un terreno económico firme sobre el cual podrá construir sus proyectos”, agregó Wood.

Finalmente, para Peña Nieto haber concluido el acuerdo con Estados Unidos le permitirá terminar su mandato con una nota positiva, aun cuando hoy es uno de los presidentes más impopulares que ha tenido el país por los altos índices de violencia, corrupción y desigualdad social que enfrenta México.

Con el pacto Estados Unidos-México, Peña Nieto además podrá darle un giro positivo a una relación tumultuosa que ha tenido con Trump por haberlo invitado al país durante la campaña electoral estadounidense luego de los insultos que profirió el candidato contra México.

Ese encuentro fue severamente criticado en el país y desde entonces ha empañado la relación de los dos mandatarios.

Ahora bien, un elemento que está aún en el aire y que podría desinflar los efectos políticos positivos que podría gozar Trump es la decisión de Canadá de no unirse al acuerdo alcanzado hasta ahora entre Estados Unidos y México.

Canadá es el principal socio comercial de Estados Unidos, tanto en materia de exportaciones como importaciones. Si Trump no logra convencer a los canadiense de unirse al acuerdo, muchos empresarios y trabajadores podrían volver a enfadarse con su presidente por haber arruinado una relación comercial, que si bien no era perfecta, sí daba resultados positivos en el agregado.

En ese sentido, algunos creen que el tamaño de la relación comercial que tienen Canadá y Estados Unidos forzará finalmente a ambas naciones a llegar a un acuerdo para mantener el acuerdo de libre comercio en América del Norte.

“El acuerdo bilateral [Estados Unidos-México] tiene mucho espacio para ser ajustado a fin de involucrar a Canadá”, dijo Anthony Wayne, ex embajador de Estados Unidos en México durante la conferencia de Mexico Institute. “Las posibilidades de un acuerdo trilateral crecen sólo por el tamaño, la magnitud y la importancia de la relación comercial Canadá-Estados Unidos y por la relación de inversiones. Hay mucho apoyo en el Congreso para mantener esa relación. . . Hay mucha presión para alcanzar un acuerdo”.

 



Fecha de publicación: 28/08/2018

Etiquetas: México Estados Unidos libre comercio Trump López Obrador Peña Nieto TLCAN