22 de ago. (Sentido Común) -- La posibilidad que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cancele la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el mayor proyecto de infraestructura de la administración actual, es un evento potencialmente negativo para el perfil crediticio de México, dijeron analistas de Moody’s Investors Service en un reporte.

     Actualmente la calificación crediticia soberana del país es ‘A3’, o el séptimo escaño en la categoría conocida como grado de inversión para Moody’s, con perspectiva 'estable'.

     Aunque por un tiempo esa calificación recibió una alerta amarilla de advertencia, debido a los elevados niveles de endeudamiento del país en términos del producto interno bruto, las acciones que tomó el gobierno de Peña Nieto en los últimos dos años para sanear las finanzas estabilizaron la calificación.

     No obstante, la evaluación que realiza Moody’s podría enfrentar pronto un sobresalto si el próximo gobierno decide dar marcha atrás al proyecto que ya está actualmente en marcha, con casi un tercio terminado, y que se estima que entrará en operaciones hacia el año 2023.

     El presidente electo anunció la semana pasada que ordenará una consulta entre la ciudadanía para recabar opiniones sobre el futuro de la nueva terminal aérea del país, a finales de octubre y tras casi dos meses de discusión en foros públicos con expertos e interesados.

     El próximo presidente de México pondrá a consulta de la ciudadanía dos proyectos: continuar con las obras actuales para edificar una nueva terminal en terrenos del municipio de Texcoco, Estado de México; o bien, suspender ese proyecto y, en su lugar, ampliar dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía, también en el Estado de México, para complementar las operaciones del aeropuerto actual.

     No obstante, los especialistas de Moody’s, que es una de las tres agencias de calificación crediticia más influyentes del mundo, advirtieron que la posible cancelación de las obras, que ya están en marcha, por el resultado del referéndum que ordenó el equipo de López Obrador acabará por afectar el entorno de inversiones del país.

     “Sería negativo para el entorno operativo y el turismo en México, porque crearía incertidumbre en torno a las políticas y podría frustrar futuros planes de inversión del sector privado para otros proyectos”, dijeron los especialistas de Moody’s, en su reporte. “Si el proyecto se cancelara, afectaría directamente la inversión y el empleo y constituiría una oportunidad perdida para mejorar la competitividad en México”.

     Los expertos de la calificadora también advirtieron que dar marcha atrás al proyecto de la nueva terminal aérea del país podría acabar con la expansión turística que ha vivido el país en los últimos años.

     De acuerdo con cifras de la Secretaría de Turismo, México es el sexto destino turístico más importante del mundo y el año pasado cerca de 70 millones de pasajeros viajaron por el país con ese objeto.

     Por ese auge turístico fue que el gobierno de Peña Nieto ordenó iniciar en septiembre de 2015 la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, para resolver la saturación que vive la terminal que actualmente opera en la capital del país.

     “Hoy tenemos mil destinos nuevos de la aviación comercial”, dijo el presidente Peña Nieto en abril, durante la inauguración del tianguis turístico en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, en abril de este año. “Hemos crecido en mil nuevos destinos, nacionales e internacionales, y por eso la decisión tomada de construir algo [el NAIM] que se había pospuesto por más de 12 años”.

     No obstante, López Obrador se opuso desde su campaña a la construcción de esta nueva terminal porque la consideraba demasiado onerosa para el presupuesto y porque sospechaba actos de corrupción en la asignación de contratos.

     De acuerdo con estimaciones de los técnicos que consultó el equipo de López Obrador, el actual proyecto del NAIM tendrá un costo cercano a los 285 mil millones de dólares, o 137.5%  más que lo presupuestado originalmente.

     Una vez electo, sin embargo, el futuro presidente del país suavizó su posición y dijo que consultaría a ese grupo de expertos para fueran ellos quienes dieran su evaluación de la viabilidad de los dos proyectos que someterá a consulta.

      Esos especialistas criticaron varios aspectos del proyecto actual, pero también dijeron que la opción de ampliar operaciones en la base militar de Santa Lucía no era viable, a menos que se redujera el tráfico y que se realizara un estudio adicional que permitiera desarrollar un plan para que ese aeropuerto cohabitara con el Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

     Esa situación, la de reducir operaciones para hacer compatibles ambas terminales, choca con la idea de ampliar la capacidad aérea del país para ofrecer mejores servicios.

      La consulta de la nueva terminal aérea será realizada en la última semana de octubre, aunque todavía no hay fecha exacta ni formato para que se recaben las opiniones de la población.

 



Fecha de publicación: 22/08/2018

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