Newsletter
Recibe gratis un resumen diario de lo más importante en negocios.
Al suscribirte aceptas los términos y condiciones de nuestra política de privacidad.
10 de may. (Sentido Común) -- La fecha límite para concluir, o posponer por varios meses más, las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), parece estar cada vez más cerca.
Todo indica que la fecha límite para que los tres países lleguen a un acuerdo antes de que diversos factores, como los procesos electorales que vivirán Estados Unidos y México en la segunda mitad del año, intervengan, es el 17 de mayo. Si los jefes negociadores no terminan de limar sus asperezas para entonces, las negociaciones se extenderán hasta finales de este año, o principios del próximo.
Esto es así porque de acuerdo con varios congresistas estadounidenses, si los negociadores de los tres países no alcanzan un pacto para finales de la próxima semana, entonces los representantes estadounidenses no contarán con el tiempo suficiente para terminar de redactar el texto final del nuevo pacto comercial y entregarlo a tiempo al Congreso para que los legisladores lo aprueben o lo rechacen.
El voto a favor o en contra que sólo pueden emitir los legisladores se debe a que otorgaron hace un par de años un permiso al presidente estadounidense para negociar acuerdos comerciales, sin que los resultados de esas pláticas, puedan ser enmendados o reformados por los representantes populares.
La facultad para negociar acuerdos comerciales que tiene hoy Trump es conocida como Trade Promotion Authority (TPA) y vence el 30 de junio. De ahí que si los negociadores no entregan el el nuevo pacto comercial al poder legislativos a más tardar a mediados de junio, entonces los diputados o senadores podrían enmendar el tratado para posteriormente aprobarlo, por el vencimiento para entonces de la facultad que dieron al poder ejecutivo y que también se conoce como fast track.
Claro que cualquier cambio que pudiesen introducir los legisladores, en la segunda mitad del año, al nuevo TLCAN forzaría a que ese pacto regresase de nuevo a los otros dos socios comerciales --Canadá y México-- para que estos entonces vuelvan a dar su visto bueno a las reformas realizadas por el poder legislativo, algo que se antoja difícil que ocurra de manera fácil y sin sobresaltos.
Frente a estas posibilidades, los negociadores y los analistas consideran que de no concluir pronto las pláticas, éstas podrán extenderse por varios meses más hasta al año próximo.
Este pronóstico lo dan los expertos aun cuando la Casa Blanca ya solicitó una extensión del TPA.
A esta problemática se añade la elección de legisladores que registrará la Unión Americana el 6 de noviembre. Muchos especialistas creen que ante la caída de la popularidad de Trump y de su partido, el Partido Repubicano, los comicios a legisladores podrían arrojar una composición del Congreso estadounidense diferente a la actual, en la que los miembros del Parido Demócrata podrían controlar la Cámara de Representantes, y quizás hasta el Senado.
Si eso ocurre, el futuro del nuevo TLCAN podría ensombrecerse ya que los demócratas son mucho menos proclives a los acuerdos comerciales que sus rivales, los republicanos.
El líder actual de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, advirtió ayer en un evento, que sin un acuerdo antes del 17 de mayo las posibilidades de que sea votado este año se reducen sustancialmente.
La advertencia del congresista republicano coincide con las palabras pronunciadas por diversos funcionarios de la Casa Blanca, quienes, de acuerdo al diario estadounidense The Washington Post, dijeron que si para el 18 de mayo no hay un acuerdo será virtualmente imposible que ese pacto pueda renovarse este año.
La prisa que tienen los estadounidenses se suma a las presiones que ya enfrentaban los negociadores de los tres países ante la elección presidencial de México, programada para el 1 de julio.
Los resultados de la elección presidencial muy probablemente provoquen la llegada de nuevos funcionarios mexicanos al proceso de negociación, a fin de que el presidente-electo y su equipo de trabajo esté al tanto y pueda incluso hacer sugerencias o influir en la negociación para que ésta refleje sus preferencias.
Frente a la premura por terminar la renegociación del TLCAN, una delegación mexicana está reunida de forma permanente esta semana en la capital estadounidense a fin de tratar de cerrar las diferencias que aún perduran en algunos temas del pacto trilateral.
Incluso, Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía y líder negociador de México, estimó que los próximos dos días serán claves para saber si habrá o no un acuerdo en principio pronto.
“Yo creo que entre hoy y mañana sabremos. . . si realmente tenemos lo que se necesita para concluir con estos temas en el corto plazo”, dijo Guajardo, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias Reuters. “Nosotros pronto sabremos si existe esa posibilidad”.
Hasta ahora, las negociaciones registran pocos avances en lo referente a las reglas que determinar cuándo un vehículo ensamblado en Canadá, Estados Unidos y México puede ser catalogado como norteamericano para que goce de los beneficios del libre comercio.
Además, los representantes comerciales de los tres países están también enfrascados en otros asuntos automotrices, como el salario mínimo que deben supuestamente recibir los trabajadores automotrices, así como el uso de acero o aluminio producido en la región y que puede formar parte de las llamadas reglas de origen.
Los negociadores del TLCAN también deberán zanjar sus diferencia en otros tópicos como la temporalidad agrícola, las compras gubernamentales, la cláusula de la muerte súbita (sunset clause) y los mecanismos de solución de controversias, entre otros temas que siguen sin resolverse.
Los diálogos deberán así progresar a una velocidad excepcional para que los gobiernos de las naciones norteamericanas acepten un acuerdo en principio que siente las bases del nuevo marco comercial.
De acuerdo con los últimos reportes, los representantes del gobierno estadounidense analizan con especial énfasis la propuesta que México entregó a principios de esta semana a fin de ver si es posible encontrar un punto medio a las sugerencias estadounidenses para redefinir la regla de origen de la industria automotriz.
Tras una consulta con la industria, el gobierno mexicano aparentemente presentó una contrapropuesta a la estadounidense con la que se permitiría aumentar el contenido mínimo de piezas norteamericanas en los autos de 62.5 a 70%, pero no a 75% como quería Estados Unidos.
En la contrapropuesta mexicana también se aceptó incorporar una obligación de compra mínima de ciertos metales como el acero y el aluminio, y de que ciertos componentes los fabriquen trabajadores con un mayor nivel salarial al que se paga en México.
“La respuesta del gobierno estadounidense fue que la iban a analizar y el día de hoy tuvieron reuniones de regreso para hacer unos ajustes”, dijo Moisés Kalach, jefe del grupo de empresarios que asesora a los negociadores mexicanos en el llamado ‘cuarto de junto’, en una entrevista con la agencia de noticia mexicana Notimex.
Fecha de publicación: 10/05/2018
Etiquetas: TLCAN negociación México Guajardo EUA Canadá comercio límite economía